viernes, 26 de diciembre de 2014

NAVIDAD: FIESTA DE LA HUMANIDAD DE DIOS Y DE LA COMENSALIDAD / Leonardo BOFF


          LA NAVIDAD está llena de significados. Uno de ellos ha sido secuestrado por la cultura del consumo que, en vez del Niño Jesús, prefiere la figura del vejete bonachón, Papá Noel, porque es más llamativo para los negocios. El Niño Jesús, por el contrario, habla del niño interior que llevamos siempre dentro de nosotros, que siente necesidad de ser cuidado y que, una vez que ha crecido, tiene el impulso de cuidar. Es ese pedazo de paraíso que no se ha perdido totalmente, hecho de inocencia, de espontaneidad, de encanto, de juego y de convivencia con los otros sin ninguna discriminación.

Para los cristianos es la celebración de la “proximidad y de la humanidad” de nuestro Dios, como se dice en la epístola a Tito (3,4). Dios se dejó apasionar tanto por el ser humano que quiso ser uno de ellos. Como dice bellamente Fernando Pessoa en su poema sobre la Navidad: «Él es el eterno Niño, el Dios que faltaba; el divino que sonríe y que juega; el niño tan humano que es divino».

Ahora tenemos un Dios niño y no un Dios juez severo de nuestros actos y de la historia humana. Qué alegría interior sentimos cuando pensamos que seremos juzgados por un Dios niño. Más que condenarnos, quiere convivir y entretenerse con nosotros eternamente.

Su nacimiento provocó una conmoción cósmica. Un texto de la liturgia cristiana dice de forma simbólica: «Entonces las hojas que parloteaban, callaron como muertas; el viento que susurraba, quedó parado en el aire; el gallo que cantaba se calló en medio de su canto; las aguas del riachuelo que corrían, se estancaron; las ovejas que pastaban, quedaron inmóviles; el pastor que erguía su cayado quedó como petrificado; entonces, en ese preciso momento, todo se paró, todo se silenció, todo se suspendió: nacía Jesús, el Salvador de las gentes y del universo».

La Navidad es una fiesta de luz, de fraternidad universal, fiesta de la familia reunida alrededor de una mesa. Más que comer, se comulga con la vida de unos y otros, con la generosidad de los frutos de nuestra Madre Tierra y del arte culinario del trabajo humano.

Por un momento olvidamos los quehaceres cotidianos, el peso de nuestra existencia trabajosa, las tensiones entre familiares y amigos y nos hermanamos en alegre comensalidad. Comensalidad significa comer juntos reunidos en la misma mesa como se hacía antes: toda la familia se sentaba a la mesa, conversaban, comían y bebían, padres, hijos e hijas.

La comensalidad es tan central que está ligada a la aparición del ser humano en cuanto humano. Hace siete millones de años comenzó la separación lenta y progresiva entre los simios superiores y los humanos, a partir de un antepasado común. La singularidad del ser humano, a diferencia de los animales, es la de reunir los alimentos, distribuirlos entre todos comenzando por los más pequeños y los mayores, y después los demás.

La comensalidad supone la cooperación y la solidaridad de unos con otros. Fue ella la que propició el salto de la animalidad a la humanidad. Lo que fue verdad ayer, sigue siendo verdad hoy. Por eso nos duele tanto saber que millones y millones de personas no tienen nada para repartir y pasan hambre.

El 11 de septiembre de 2001 sucedió la conocida atrocidad de los aviones que se lanzaron sobre las Torres Gemelas. En ese acto murieron cerca de tres mil personas.

Exactamente en ese mismo día morían 16.400 niños y niñas con menos de cinco años de vida; morían de hambre y de desnutrición. Al día siguiente y durante todo el año doce millones de niños fueron víctimas del hambre. Y nadie quedó horrorizado ni se horroriza delante de esta catástrofe humana.

En esta Navidad de alegría y de fraternidad no podemos olvidar a esos que Jesús llamó “mis hermanos y hermanas menores” (Mt 25, 40) que no pueden recibir regalos ni comer alguna cosa. Pero no obstante este abatimiento, celebremos y cantemos, cantemos y alegrémonos porque nunca más estaremos solos. El Niño se llama Jesús, el Emanuel que quiere decir: “Dios con nosotros”. Viene bien a la ocasión este pequeño verso que nos hace pensar sobre nuestra comprensión de Dios, revelada en Navidad:
Todo niño quiere ser hombre.
Todo hombre quiere ser rey.
Todo rey quiere ser ‘dios’.
Sólo Dios quiso ser niño.

Feliz Fiesta de Navidad del año de gracia de 2014.

Leonardo BOFF/ 24-diciembre-14

jueves, 25 de diciembre de 2014

RITA PEREDA Y SUS "SALAS DE CONCIERTOS" / José ZEGARRA VALLE - Alejandro PEREDA


Tomado de la sección dedicada a las anécdotas de Enfoque, Suplemento dominical del Diario La Industria, Trujillo, 14 de diciembre de 2014.

Sucede que en el transcurso de nuestras vidas hay episodios relacionados con el azar y este es otro de ellos.

   La protagonista Rita Pereda Calderón, trujillana y por tradición familiar involucrada con la música selecta en reafirmación y voluntarismo.

   Eran los primeros años del Conservatorio cuando su director Virgilio Rodrígez Nache, proyectaba llevar a los alumnos a la radio para demostrar los avances, misión encomendada a ella, anunciando la obra. (Ocurre que el dueño de la emisora Sudamericana escucha su voz y decide contratarla para los anuncios publicitarios). Además le permite presentar, durante 15 minutos, música selecta: "Los Grandes interpretando a los Grandes", cuyo resultado es auspicios y se mantiene un año en el aire.

   Otro pasaje ocurre cuando el canónigo Andrés Ulises Calderón, importante personalidad en el Conservatorio, considera que ella ha cumplido con la propuesta dada, siendo retribuida por la empresa radial con un pequeño estímulo económico. El tiempo prosigue su marcha y ahora la tenemos al servicio de Proyección Social dentro de la UNT en donde la doctora Elia Álvarez del Villar le asigna producir la audición "Sala de Conciertos" en la emisora Ondas del Norte, dada la sensibilidad de ambas damas por enaltecer el espíritu artístico en la comunidad. Yo aún recuerdo este espacio y logró gran aceptación en la década 1980-1990 contando con el apoyo de Víctor Meléndez, propietario de "Maravillosa Radio", donde una vez más la inquieta y perseverante difusora se embarca en irradiar Sala de Conciertos, desde las ondas de una pequeña emisora amiga de la cultura musical. Como resultado de esta interesante propuesta en favor de la ciudadanía, la Municipalidad Provincial de Trujillo, le otorga los Diplomas de Honor a la conductora y emisora en gesto personal del alcalde que se extiende a los integrantes de la familia Pereda Calderón por su aporte musical en nuestro país y en el extranjero.

   Rita Pereda sin experimentar cansancio regresa a la Radio el año 2003, ahora en "La Grande". Luego por circunstancias imprevistas se ven en la necesidad de cancelar el programa.

   Amigo lector: de pronto va a encontrarse con una apacible mujer caminando despacio por el umbrío Trujillo y, créame, ponga atención, se trata de una valiosa persona, ex integrante de la Orquesta Sinfónica y todavía dedicada a difundir solemnes conciertos. Ella es Rita Pereda, quien ha alcanzado cinco mil horas llevando la música selecta durante sesenta años de ininterrumpida labor artística.

   Todo documento adquiere mayor valía cuando es corregido o aumentado a su debido tiempo mucho más por alguien que ha presenciado este quehacer singular en aras del arte, y por el arte.

   Actualmente, Rita Julia, está en "Diplomat Stereo", dos horas, los domingos en horario de 4-6 ó 6-8 pm. cuando hay fútbol.

   Por muchos años fue Profesora de Apreciación Musical en la UNT, y con miedo a equivocarme, por jubilarse y no encontrar reemplazante, se suprimió el curso en dicho centro; sin ánimo de divinizarla. Muchos médicos y enfermeras la recuerdan por sus clases amenas y que querían pasar el límite del objetivo: 'Conozca por lo menos 100 melodías para decir que usted es una persona culta', fusionando la cultura con el entretenimiento a base de fichas y señalando, en cualquier compás al azar, el nombre de la melodía y su respectivo autor.   
Otro tanto era la descripción del argumento ya real ya inventado. Esto motivó planificar, publicar un libro, el que fue empezado por lo menos tres veces y no llegó a cristalizarse. Esbozaba: imagen del autor, argumento de cada obra y escritura en pentagrama de los primeros compases. Se tuvo la buena intención, por lo menos. Faltó un pivot para aprovechar las buenas jugadas o tentativas o un verdadero peón de ajedrez en el tablero humano.
(Muchas anécdotas pueden insertarse en este vasto campo...)



   Me interesa engarzar lo dicho con lo propio de ella:
Tiene una capacidad de descifrar la buena música plasmada en el pentagrama desde la improvisación del hombre enamorado hasta las sinfonías más elaboradas. Tiene una preferencia por Bach; por ella fuera que todos seamos sus seguidores.

   Es una fiel ferviente de Romain Rolland quien nos descubre que la Música es inmortal. Tú sola, no pasas. Tú eres el mar interior. Tú eres el alma profunda, nos dice.

   Lo más significativo: es una convencida de que la Música habla a todos los hombres en un lenguaje que todos entienden. Aún los sordos la escuchan; sí, ellos, pero escuchan las voces de sus propias almas. Por lo mismo, trabaja "ad honorem". No se ha valido de auspiciadores, que muy bien lo merecía.

martes, 23 de diciembre de 2014

Jairo DEL AGUA, EN EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA


TIRA DE TU IGLESIA! AUNQUE SÓLO SEAS UN MANSO BUEY...


22.12.14  Archivado en Religión

Bueyes 1

UN BUEY es un animal pacífico, humilde, lento pero fuerte, constante, esforzado. No sé por qué me ha venido la imagen de este animal.

   Tal vez porque está en todos los "nacimientos" expuestos estos días.    
   Tal vez porque su sedente figura de barro o madera oculta su laboriosidad, contrapunto de los que permanecen sentados, inactivos, instalados.

   Uno de los mayores peligros del Cristianismo es la "instalación". El pensar que ya está todo descubierto, que todo pensamiento nuevo o, incluso, pensar por uno mismo es pecado, que basta seguir las rutinas establecidas para conseguir la salvación.

   Y entiendo por "salvación" no el pasaporte a un cielo eterno, sino la consecución de una "madurez humana" que nos aproxime a la plenitud de Dios. Ese es el auténtico camino al cielo. De lo contrario, tendrás que madurar después lo que no maduraste en esta vida. No son las supersticiones -y tenemos muchísimas- las que salvan, sino la sinceridad en la búsqueda y en el seguimiento del Camino, confiando en el Evangelio y en el Espíritu prometido. Esto es lo que caracteriza a los cristianos.

   Lo que ocurre es que las Instituciones y sus dirigentes tienden al inmovilismo, al "todo atado y bien atado". Son como grandes edificios de gruesos muros que no necesitan cambios. Se conforman con permanecer. Lo que es un grave error porque, como mínimo, necesitarán un buen mantenimiento renovador.

   Por ello somos los individuos los que debemos dar vida a las Instituciones, los que debemos preocuparnos de su cuidado, de su reparación y de su actualización. De lo contrario se encaminarán a la ruina.

   Los católicos somos poco conscientes de este deber de colaborar, de contagiar vida, de dar movilidad a nuestra Iglesia. Nos conformamos con las "seguridades" de las cuadrículas establecidas sin cuestionarnos nada, sin plantearnos la religión como un camino sino como un sofá, en el que descansamos y nos sentimos seguros. ¡Ya trabajamos y nos esforzamos bastante en nuestra consecución del pan de cada día!
La Iglesia Institución tiende a pensar que el inmovilismo es su garantía de supervivencia. Por eso está terriblemente instalada. ¡Enorme error!

   No tenemos más que observar el espectáculo de algunos Obispos y Cardenales en la actualidad. Nunca se habrían atrevido a criticar a un Papa, entre otras cosas porque no habrían "subido". Pero ha llegado un Papa que está moviendo el árbol -de momento solo eso- y se sienten inseguros. Por eso se atreven a criticarlo abiertamente de una u otra forma. ¡Qué bochornoso espectáculo el de estos "guías" del inmovilismo y la instalación!

   Todo en este mundo es progresivo, desde el ser humano hasta la materia. Por eso somos los individuos los que debemos contagiar dinamismo a nuestra Iglesia. Desde la forma de pensar hasta la forma de actuar y usar los medios a nuestro alcance.

   Ayer me contaba un sacerdote venerable que en la Parroquia donde sigue colaborando le habían llamado la atención porque había afirmado: "Hay que decidirse: O el Dios de la Misericordia o el Dios del infierno eterno. Ambos son incompatibles". Hace muchos años que descubrí esa coherente verdad y son muchos los teólogos que lo afirmaron en distintos tiempos y formas.

   Sin embargo, se siguen cerrando puertas y ventanas para que no entren los aires nuevos del Espíritu. Seguimos pagando la hipoteca del pasado y no somos capaces de salir de deudas. A algunos nos han desahuciado por negarnos a seguir "pagando" y nos han expulsado de alguna Parroquia. Conozco el dolor de toparse con un irracional muro de hormigón, incompatible con el Camino de Jesús. Por eso digo que es imprescindible madurar como individuos, atreverse a pensar, a orar en libertad y a compartir lo que uno va descubriendo.

   Vivir –sobre todo vivir en el Espíritu- es como andar en bicicleta, si te paras, te caes. Lo mismo ocurre con la Iglesia compuesta de seres vivos y en desarrollo. Hay que "dar pedales" para que ande, para que no se caiga. Y no olvidemos que antes del derrumbe total viene el decaimiento y la decadencia. ¿Nos suena?

   Si los de arriba no pedalean, debemos ser los de abajo los que sudemos la camiseta porque creemos en la "comunión de los santos".
Luces
   ¿Tú, lector amigo, tiras de tu Iglesia aunque sea con el paso lento del humilde buey? ¿Aportas tus luces, tu colaboración, tus dones, tus certezas y evidencias interiores? ¿O de eso no sabes nada? ¿O solo te dejas arrastrar por los ritos y rutinas para tranquilizar tu conciencia?
Estos días hablamos y hablamos de "nacimiento", de vida nueva... ¿Tú estás empeñado en tu "renacimiento" o solo has colgado las viejas guirnaldas de años anteriores?

   Si no somos capaces de abrir nuevos surcos, de sembrar nuevas semillas, de inundarnos del agua del Espíritu, no crecerán nuevas cosechas y moriremos de inanición. Tal vez lenta pero inexorable.

   Hace años que estoy metido hasta el tuétano de mi alma en esa búsqueda del "auténtico rostro de Dios", de ese Dios que no puede ser incoherente, ni puede parecer absurdo o cruel. Hace años que comparto mis meditaciones, mis descubrimientos, mis regalos, porque "la luz es para ponerla sobre el candelero y no bajo la cama" (Mc 4,21).
Porque mi responsabilidad, como la tuya, es colaborar con mi Iglesia, con mis hermanos, para que la Institución avance, viva, camine y no se pudra o se hunda en los barros del pasado.


   ¿Dónde tienes tú colocada tu luz, tu estrella, tu fuerza cristiana? ¿Qué vas a hacer para "renacer" a una vida nueva? ¿Con qué te quedas con el "pesebre-cuna" o con el dinamismo del Niño recién nacido?

FRASES DE SELECCIÓN DE FRASES FAMOSAS


"El hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá nunca en lo improbable".
Óscar Wilde

"El hombre está siempre dispuesto a negar aquello que no comprende".
Luigi Pirandello

"El talento se nutre en la soledad; el carácter se forma en las oleadas tormentosas del mundo".
Johann W. Goethe

"La soledad es el patrimonio de todas las almas extraordinarias".
Arthur Schopenhauer


lunes, 22 de diciembre de 2014

SIN ENFRENTARSE A NADA / Rafael SANTANDREU


DE: "EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA"

Para entender la idea de que el temor, en general, no se cura enfrentándose a él sino pensando correctamente suelo explicar la siguiente historia inventada:

Dani telefoneó angustiado a su gran amigo. Estaba de los nervios. Le dijo:
   --¿Puedes venir ahora a mi casa? /Te necesito, de verdad!
   --Son las doce de la noche, Dani. ¿No puedes esperar hasta mañana? --replicó Fernando.
   --/Va en serio! Ven rápidamente, tengo una movida tremenda en casa --respondió Dani con la voz acelerada.
   Fernando era el mejor "amiguete" de Dani, como a ellos les gustaba denominarse, y se asustó un poco al oír su llamada de ayuda. Nunca antes había pasado algo así. Mientras se dirigía a buen paso hacia su casa, que estaba a un par de calles, se tocó el bolsillo del pantalón para asegurarse de que llevaba el móvil. "/Vaya!, igual hay que llamar a la policía o a una ambulancia. ¿En qué marrón debe haberse metido?", pensó.
   En unos minutos, ya tenía enfrente a su amigo, que le dijo, temblorosamente:
   --Vas a pensar que estoy loco, pero es que creo que hay fantasmas arriba en el desván.
   --¿Qué me estás contando, Daniel? Pero ¿qué dices? ¿Has fumado algo? --replicó Fernando, asustado por lo que estaba oyendo de labios de su amigo. ¿Cómo podía decir una sandez así de grande? Lo que estaba claro es que el tipo estaba blanco como la pared. La cosa no era una broma.
   --/No, no! /De verdad te lo digo!/No dejo de oír voces, pero no son humanas! /Escúchalas!
   Ahora Fernando sí que se preocupó. Su amigo iba en serio. Y a juzgar por su respiración acelerada, su tez blanca y su boca torcida, casi tenía un ataque de pánico. Así que pensó que tenía que calmarlo de alguna forma:
   --Vale, Dani, tranquilo... Yo creo que no hay nadie ahí arriba, déjame que vaya a comprobarlo --le dijo apretándole cariñosamente los hombros.
   Una vez arriba, dio una vuelta por el desván buscando el origen de los ruidos, pero no encontró nada. Enseguida bajó y dijo con voz tranquilizadora:
   --No hay nada, hombre. Puedes estar tranquilo. Sube conmigo y lo verás. Nada de nada. /Tu casa está limpia!
   Daniel subió entonces al desván y comprobó todos los rincones. Finalmente se calmó. Fernando le dijo amablemente:
   Mira, Dani, ya lo hemos comprobado. No hay fantasmas en tu casa. Si alguna vez vuelves a oír ruidos extraños, no lo dudes; la forma de resolver este problema es salir de dudas. Enfréntate al miedo y comprueba el asunto: verás que eso lo resuelve todo. No lo olvides: enfréntate siempre al miedo. /Eso lo resuelve todo!
   Aquella noche Dani durmió como un tronco y, no sólo eso, aprendió una valiosa lección por parte de su amigo.
   Fernando, por su parte, estaba muy orgulloso de haber podido ayudarle, pues no en vano se consideraba muy buen "psicólogo".
   Al cabo de una semana, volvió a sonar el timbre del teléfono de Fernando a medianoche.
   --¿Diga?
   --/Fernando! Necesito tu ayuda. /Esta vez sí que hay fantasmas! /Están dentro de las tuberías!

La moraleja de esta historia es que las neuras, los miedos irracionales, las obsesiones, están en la cabeza y hay que cambiarlas allí. En este cuento, Fernando trata de ayudar a su amigo con hechos y le sugiere que enfrente a sus miedos. pero esta estrategia funciona sólo temporalmente. Después Daniel genera otra idea irracional y el temor regresa.
   Hubiese sido mucho más efectivo enseñarle que los fantasmas no existen en ninguna situación...     (FIN)

domingo, 21 de diciembre de 2014

NAVIDAD / Fulton J. SHEEN


HAY DOS  nacimientos de Cristo: uno, cuando vino al mundo en Belén; el otro en el alma, cuando vuelve a nacer espiritualmente. Los hombres piensan en el primero mucho más que en el segundo y lo celebran todos los años; mas el Belén espiritual es igualmente trascendental. La gran diferencia entre el nacimiento de Cristo y los de César, Napoleón, Lincoln y Buda o algún otro, estriba en que carecen de poder para nacer en las almas.

   Tanto el nacimiento de Cristo en Belén como el nacimiento en el alma, resultan de una especie de invasión Divina. En un caso, es el mundo; en el otro, es una persona particular. Ambos crean grandes épocas. El nacimiento en Belén fue una crisis de la Historia y la dividió en dos para que hasta los comunistas, que niegan la existencia de Dios y la Divinidad de Cristo, publiquen sus periódicos como (mil novecientos sesenta y dos años después del Nacimiento de Cristo). El nacimiento espiritual también tiene su importancia, pues crea una crisis en el individuo al producir un nuevo grupo de valores, nuevos fines y propósitos e impulsos en la vida.

   Ambos dan lugar a antagonismos. El nacimiento en Belén causó la hostilidad de Herodes y el nacimiento de Cristo en las almas provoca la hostilidad de los de la naturaleza humana débil, renuentes a seguir las insinuaciones del espíritu.

   Fue el segundo nacimiento en el que insistió San Pablo cuando desde la prisión escribió a su amado pueblo, los efesios, pidiéndole que albergaran a Cristo en sus corazones por medio de la fe, “arraigados y fundados en el amor”. Este es el segundo Belén o la relación personal del corazón individual en Cristo Nuestro Señor, el Supremo Amador.

   Hay muchos que conocen bien el primer Belén, mas no tienen experiencia alguna en los regocijos del segundo. La diferencia entre los dos es la diferencia entre el posadero de Belén y María; entre Herodes y los pastores. Puede uno conocer todo lo referente a Cristo y sin embargo no tener Su nacimiento en el alma. Herodes conocía todas las profecías y no se sintió especialmente sorprendido cuando supo que Cristo había nacido, mas su reacción fue persecución.

   La razón por la cual el caso del posadero de Belén tiene lugar tan importante en la historia de la Navidad estriba en que vuelve a vivir en aquellos que niegan la posada de sus almas en el segundo Belén. El posadero tuvo razones para su conducta idénticas a las de quienes rehusan el renacimiento de Cristo en sus almas. Puede que el posadero rechazara al Dios Encarnado porque no le conocía, por estar demasiado ocupado con sus clientes que afluían a la ciudad para el censo. Tal vez hasta haya tenido una razón de índole económica; es decir, que María debió haber prevenido el nacimiento  de alguna forma y no haber traído al mundo a un niño en medio de tanta pobreza. Mas aún, la presencia de la Madre y de su bagaje puede haber indicado a este hombre de conceptos materialistas que no se trataba de personas de gran importancia.

   No hay una sola persona en el mundo que no se convierta, en algún momento de su vida, en el posadero de Belén. La decisión que tome depende de la actitud de su corazón hacia la Divinidad. Puede que no se dé la bienvenida al Divino Visitante, pero él ha creado una responsabilidad. Tal vez la razón principal del posadero fue la que la presencia de esa mujer encinta y el llanto del recién nacido por la noche, podían muy bien causar que otros huéspedes se fueran. Esto es precisamente lo que siempre hace el segundo Belén de Cristo. Desaloja del corazón a otros huéspedes, como el orgullo, la codicia, la avaricia, el odio, el egoísmo y la concupiscencia. Estos huéspedes son bienvenidos en la mayoría de los corazones y los más respetables en algunos.

   Puede también que el posadero creyera que no le sería remunerativo aceptar a la Madre y al Niño. No iban a ser huéspedes “de pago”. Es muy probable que las tarifas de alojamiento de los hoteles había subido considerablemente como consecuencia de la aguda falta de alojamientos. En consecuencia darle el frente a alguien que no podía pagar era cosa intolerable desde el punto de vista del negocio. Es esto, tanto como el amor a los placeres, lo que deja fuera al Huésped Divino; es decir, el amor al lucro. Es una vieja respuesta que resuena a lo largo de los siglos: “No hay habitaciones, no hay habitaciones, no hay habitaciones…” 

sábado, 20 de diciembre de 2014

MI RETABLO DE NAVIDAD / José Enrique RODÓ



PRÓLOGO / VICENTE CLAVEL

“Rodó no fue sólo un teorizante, un cenobita del pensamiento. En su iniciación quiso llevar sus prédicas a la juventud, aspirar el ambiente de la calle, hacer un ágora de cada plaza, ejercer un apostolado intelectual para elevar la condición moral e intelectual ante el ara santa de las ideas”.

“El día 1 de mayo del año 1917, a las diez de la mañana, falleció el filósofo de la dulzura, J. E. Rodó, en el más triste de los anónimos, desconocido, lejos de su suelo de origen (Uruguay) (que hoy conserva sus despojos mortales en el Panteón de los hombres mortales que han merecido honor de la patria), sin amigos que le ayudaran a bien morir, y sin más amor alrededor de su lecho de agonía, que la caridad helada que irradia la frialdad de una sala de hospicio (San Severio-Palermo)”.


   ¡Cuál sería el último pensamiento de Rodó! Acaso de tristeza al ver que no podría continuar estos Nuevos motivos de Proteo, que absorbían todas las potencias de su alma creadora de Bondad y Belleza; acaso de esperanza al ver que América surgía poderosa en el instante en que Europa aparecía condenada a la destrucción y a la ruina; acaso de angustia al pensar que la juventud hispanoamericana que él había aleccionado con su ejemplar Ariel, no estuviera a la altura de su misión llegado el momento supremo de salvar una brillante tradición civilizadora que agonizaba en el continente europeo, donde naciera…”.

                                                      I

EL NIÑO DIOS

   De toda la pintoresca variedad del Nacimiento vistoso  -- con el divino Infante, la Madre doncella, el Esposo plácido, las mansas bestias del pesebre-- , no venía a mí más dulce embeleso ni sugestión más tenaz, que los que traía en sí esta idea inefable: “Dios, en aquel día, era niño…” Niño en el cielo, niño de verdad, como lo representaba la figura. Mientras yo contemplaba el inocente simulacro, un celeste niño gobernaba el mundo, oía las plegarias de los hombres, distribuía entre ellos mercedes y castigos… ¿Cuándo la idea del Dios humanado, del Dios hecho hombre extremo de amor, pudo mover en corazón de hombre tan dulce derretimiento de gratitud, mezclado a la altivez de tamaña semejanza, como en el corazón de un niño la idea del Dios hecho niño?

   Hoy, que convierto en materia de análisis los poemas de mi candor – el hombre es el crítico, el niño es el poeta--, se me ocurre pensar cuán apetecible sería que Dios fuese niño una vez al año. En la “política de Dios” hay, sin duda, inescrutables razones, arcanos planes, propósitos altísimos, a los que se debe que su intervención en las cosas del mundo se reserve y oculte con frecuencia, y que su justicia, mirada desde este valle obscuro, parezca morosa e inactivo su amor. El día de Dios-niño, toda esa prudencia de Dios desaparecería. Al Dios sabio y político sucedería el Dios sencillo y candoroso, cuya omnipotencia obraría de inmediato, en cabal ejecución de su bondad. En ese día de gloria no habría inmerecido dolor que no tuviese su consuelo, ni puro ensueño que no se realizase, ni milagro reparador que se pidiera en vano, ni iniquidad que persistiera, ni guerra que durara. A ese día remitiríamos todos la Esperanza, y el mayor mal tendría un plazo tan breve que lo sobrellevaríamos sin pena. ¡Oh, cuán bella cosa sería que Dios fuese niño una vez al año, y que éste fuera el bien que anunciasen las campanas de navidad!...

   Pero, no… Ahora toman otro sesgo mis filosofías del recuerdo del niño-Dios. Antes que lamentarse de por qué Dios no sea niño de veras durante un día del año, acaso es preferible pensar que Dios es niño siempre, que es niño todavía. Cabe pensar así y ser grave filósofo. El Dios en formación, el Dios in fieri en el virtual desenvolvimiento del mundo o en la conciencia ascendente de la humanidad, es el pensamiento que ha estado en cabezas de sabios. ¿Y hemos de considerarla la peor, ni la más desoladora, de las soluciones del Enigma?... ¡Niño-Dios de mi retablo de Navidad! Tú puedes ser un símbolo en que todos nos reconciliemos. Tal vez el Dios de la verdad es como tú. Si a veces parece que está lejos o que no se cura de su obra es porque es niño y débil. Ya tendrá la plenitud de la conciencia, y de la sabiduría, y del poder, y entonces se patentizará a los ojos del mundo por la presentánea sanción de la justicia y la triunfal eficiencia del amor. Entre tanto, duerme en la cuna. Hermanos míos: no hagamos ruido de discordia, no hagamos ruido de vanidad, ni de feria, ni de orgía. Respetemos el sueño de Dios-niño que duerme y que mañana será grande… ¡Mezcamos todos con recogimiento y silencio, para el porvenir de los hombres, la cuna de Dios!

                                                               II

EL ASNO

   Asno del pesebre donde el Señor vino al mundo: yo te quería y te admiraba. Tú eras, en aquel espectáculo, el personaje que me hacía pensar. Iniciación preciosa que te debo. Tú, abanicando con los atributos de tu sabiduría, diste aliento a la primera chispa de libre examen que voló de mi espíritu. Tú fuiste mi Mefistófeles ¡oh Asno! Por amor a ti, por la caridad y compasión con que me inundabas el alma, me hiciste concebir los primeros asomos de duda sobre el orden y arreglo de las cosas del mundo, y aun sospecho que, por este camino, me llevaste, con inocencia de los dos, a los alrededores y arrabales de la herejía.

   Verás cómo. Yo, prendado de la gracia inocente y dulce que hay en ti, y que no suelen percibir los hombres, porque se han habituado a mirarte con la torcida intención de la ironía, me interesaba por tu suerte. Viéndote allí, junto a la cuna de Dios, me figuraba que te era debido algún género de gloria. Entonces preguntaba cuál fue tu destino ultratelúrico, y me decían que para los asnos no hay eternidad. Para los asnos no hay  en el mundo sino trabajo, burla y castigo, y después del mundo, la nada… La nueva ley no modificó en esto las cosas. El sacrificio del Hijo de Dios, no alcanzó a ti. El esclavo viejo de Pompeya que debió de trazar, bajo tu imagen dibujada en la pared, la inscripción de amarga ironía: --Trabaja, buen asnillo, como yo trabajé, y aprovéchate a ti tal como a mí me aprovechó--, dijo la desventura del asno pagano al cristiano. De poco te valió estar  presente en el nacimiento del Señor, ni más tarde llevarlo sobre tus lomos, en la entrada en Jerusalén, entre palmas y vítores. Ni mejoró tu suerte en la tierra, ni, lo que es peor, se te franqueó el camino del cielo. A mí, este privilegio de la promesa de otra vida para el alma del hombre, con exclusión de la candorosa alma animal, capaz de inmerecido dolor remunerable y capaz también de una bondad que yo no había aprendido todavía a discernir de la bondad humana, porque aun no había estudiado libros de filosofía, se me antojaba un tanto injusto y me dejaba un poco triste. ¡Cómo! El perro fiel y abnegado que muere junto a la tumba del amo acaso torpe y brutal; el león hecho pedazos en la arena infame; el caballo que conduce al héroe y participa del ímpetu heroico; el pájaro que nos alegra la mañana; el buey que nos labra el surco; la oveja que nos ofrece el vellón, ¿no recogerán siquiera las migajas del puro festín de gloria a que nos invita el amor de Dios después de la muerte?...—De esta manera me acechaba la pravedad herética tras el retablo de Navidad.

   Quedábamos en que para ti no hubo Nochebuena. Asno amigo; pero siglos después estuviste a dos dedos de la redención. Un paso más y te ganas los fueros de la inmortalidad, con el suplemento de una tregua y alivio en tu condición terrena. Fue cuando, en humilde pueblo de la Umbría, apareció aquel hombre vago, y tal vez loco, que se llamó Francisco de Asís. ¡Venturoso momento! La piedad de este hombre se extendía, como los rayos del sol, sobre todo lo creado. Sentía, presa de exaltadas ternuras, su fraternidad con las aves del cielo, con las bestias del campo y hasta con las fieras del bosque. Hablaba amorosamente del Hermano Lobo, del Hermano Cordero y de la Hermana Alondra. Era como el corazón de Cristo rebosando de su amor por nosotros y derramándose sobre la naturaleza. Era un Sakiamuni menos triste y austero, más iluminado de esperanza. Parecía venido a predicar un Testamento Novísimo, ante el cual el nuevo pasase a viejo. ¡Yo creo, y Dios me perdone, que a él también le acechaba la herejía! Pero se detuvo, o no lo comprendieron del todo, y la naturaleza siguió sin Nochebuena. Tú, Asno hermano, perdiste con ello tu redención, y acaso no perdimos menos los hombres.
   ¡Ah, si el dulce vago de Asís se hubiera atrevido!...

                                                                       III

SUEÑO DE NOCHEBUENA

   En nochebuena era soñar despierto, girando la mariposa interior en torno a la imagen de luz pura, que ya aparecía, infantil, en el regazo de la Madre; ya a márgenes del lago o sobre el monte, con sus rubias  guedejas de león manso; ya trágica y sublime, entre los brazos de la Cruz. Mi imaginación era invencionera; la fe le daba alas. Cuentos, leyendas, ficciones de color de rosa nacían de aquel soñar. Una recuerdo. No sabía reproducirla con su tono, con el metal de voz de la fantasía balbuciente. Será una idea de niño dicha con acento de hombre; será un verso de poeta que ha pasado por manos de traductor.

   Era en la soledad de los campos, una noche de invierno. Nevaba. Sobre lo alto de una loma, toda blanca y desnuda, se aparecía una forma, blanca también, como de caminante cubierto de nieve. En derredor de esta forma flotaba una claridad que venía, no de la luz de la linterna, sino del nimbo de una frente. El caminante era Jesús.

   Allá donde se eriza el suelo de ásperas rocas, un bulto negro se agita. Jesús marcha hacia él; él viene, como receloso, a su encuentro. A medida que el resplandor divino lo alumbra, se define la figura de un lobo, en cuyo cuerpo escuálido y en cuyos ojos de siniestro brillo está impresa el ansia del hambre. Avanzan; párase el lobo al borde de una roca, ya a pocos palmos del Señor, que también se detiene y le mira. La actitud dulce, indefensa, reanima el ímpetu del lobo. Tiende éste el descarnado hocico y aviva el fuego de sus ojos famélicos.; ya arranca el cuerpo de sobre la roca… ya se abalanza a la presa… ya es suya…, cuando Él, con una sonrisa que filtra a través de su inefable suavidad la palabra:
   --Soy yo--, le dice.

   Y el lobo, que lo oye en el rapidísimo espacio de atravesar el aire para caer sobre él, en el mismo rapidísimo espacio muda maravillosamente de apariencia: se transfigura, se deshace, se precipita en lluvia de blancas y fragantes flores. A los pies de Jesús, entre la nieve, las flores forman como una nube mística, sobre la que el divino cuerpo flotara. Y todo mi afán de poeta consistía, en que se entendiese que no fue voluntad del sagrado caminante, ni intervención de lo alto, lo que movió la transformación milagrosa, sino que fue la virtud del propio sentir del lobo espantado, loco, al reconocer a quien iba a destrozar con sus dientes: virtud en que arrepentimiento, dolor, vergüenza, ternura, adoración, se aunaron como en un fuego de rayo, y derritieron las entrañas feroces, y las refundieron en aquella forma dulcísima, todo ello, mientras declinaba la curva del salto, que tuvo por arranque la intención de hacer daño…Agregaba mi cuento que, el Señor, mirando a las flores que a sus plantas había, hizo sonar los dedos como quien llama a un animal doméstico. Entonces, de bajo el manto de flores se levantó, cual si se despertara, un perro grande, fuerte y de mirada noble y dulce, de la casta de aquellos que en las sendas del Monte San Bernardo van en socorro del viajero perdido.


   Algunas veces asocio a mi ficción candorosa la idea de esas súbitas conversiones de la voluntad, que, por la avasalladora virtud de una emoción instantánea, remueven y rehacen para siempre la endurecida obra de la naturaleza o la costumbre: Pablo de Tharsos herido por el fuego del cielo, Raimundo Lulio develando el ulcerado pecho de su Blanca, o el Duque de Gandía frente a la inanimada belleza de la Emperatriz Isabel.

viernes, 19 de diciembre de 2014

VERSOS: "EL TIEMPO Y LA ESPERA" / Pedro CASALDÁLIGA




VERDE NAVIDAD

Verdes periquitos
rompen a cantar
sobre el campo verde
bajo el sol feraz.

Piel de niño verde,
brota el arrozal.
Las colinas verdes
de vigía están.
Y el aire de Adviento
Lo presiente ya.

Solamente faltan
unas lluvias más.
Háblame, Esperanza;
temores, callad;
que, a pesar de todo,
/Él nos nacerá!

Verde, verde, verde,
verde está mi paz.

Madura la Niña,
de tan verde edad.

¿Navidades blancas?
/Verde Navidad!

      EL MISTERIO

      Os quedaréis sin la vida
      si le quitáis el misterio.

      Hay que salvar el aroma
      de la madera cortada.

      La mano de Dios confina
      con las murallas del mundo,
      con la esperanza del hombre.

      Jugarse el tipo, de gracia,
      como los niños que juegan.
      Servir bajo el día a día.
      Crecer contra la evidencia.
      Decir siempre una palabra
      última de lucha, para
      caer de rodillas
                               en silencio.

/OH DIOS MAYOR!

Voy a intentar querer lo que Tú quieres
y hacer Tu voluntad contra la mía.
Quiero dejarTe ser lo que Tú eres:
/Único, Otro, Nuevo cada día!

jueves, 18 de diciembre de 2014

¿DÓNDE ESTÁ EL NUDO DE LA CUESTIÓN ECOLÓGICA (II) / Leonardo BOFF

EN EL ARTÍCULO anterior con el mismo título abordamos el lado objetivo de la cuestión ecológica, tratando de superar el mero ambientalismo a partir de una nueva visión del planeta, de la naturaleza y del ser humano, como la porción pensante de la Tierra.

Pero esta consideración es insuficiente si no se completa con una visión subjetiva, aquella que afecta a las estructuras mentales y los hábitos de los seres humanos. No basta ver y pensar diferente. Tenemos también que obrar diferente. No podemos cambiar simplemente el mundo. Pero siempre podemos empezar a cambiar este pedazo del mundo que somos cada uno de nosotros. Y si la mayoría incorpora este proceso daremos el salto cuántico necesario hacia un nuevo paradigma de habitar la única Casa Común que tenemos.

Nos inspira la Carta de la Tierra, en cuya redacción tuve el honor de participar bajo la coordinación de M. Gorbachov entre otros. Insatisfechos con los resultados finales de la Rio+20 un grupo, entre ellos jefes de Estado, decidió hacer una consulta a las bases de la humanidad para levantar principios y valores con vistas a una nueva relación con la Tierra y a nuestra convivencia sobre ella. Cito la parte final que resume todo:
«Como nunca antes en la historia, el destino común nos invita a buscar un nuevo comienzo… Esto requiere un cambio de la mente y del corazón. Requiere un nuevo sentido de interdependencia global y de responsabilidad universal. Concluye la Carta: “debemos desarrollar y aplicar con imaginación la perspectiva de un modo de vida sostenible a nivel local, regional, nacional y global”» (n. 16 f).

Nótese que se habla de un nuevo comienzo y no solamente de alguna reforma o simple modificación de lo mismo. Dos dimensiones son imprescindibles: un cambio en la mente y en el corazón. El cambio en la mente ya ha sido abordado en el artículo anterior: la nueva visión sistémica, envolviendo Tierra y humanidad como una única entidad. Se podría incluir también el universo entero en proceso cosmogénico dentro del cual nos movemos y del cual somos producto.

Ahora podemos profundizar, aunque sucintamente, el cambio del corazón. Para mí aquí está uno de los nudos esenciales del problema ecológico que debe ser desatado, si realmente queremos hacer la gran travesía hacia el nuevo paradigma.

Se trata del desgaste de los derechos del corazón. En un lenguaje científico-filosófico es importante, junto con la inteligencia racional e instrumental, incorporar la inteligencia cordial o sensible (véase Muniz Sodré, Adela Cortina, Michel Maffesoli).

Toda nuestra cultura moderna ha acentuado la inteligencia racional hasta el punto de volverla irracional con la creación de instrumentos para nuestra autodestrucción y para la devastación de nuestro sistema-Tierra. Esta exacerbación ha difamado y reprimido la inteligencia sensible con el pretexto de que obstaculizaba la mirada objetivista de la razón. Hoy sabemos por la nueva epistemología y principalmente por la física cuántica que todo saber, por más objetivo que sea, viene impregnado de emoción y de intereses.

La inteligencia sensible y cordial, que reside en el cerebro límbico que posee más de 200 millones de años, cuando surgieron los mamíferos, es la sede de las emociones, de los sentimientos, del amor, del cuidado, de los valores y de sus contrarios. Nuestra realidad más profunda (previamente existe el cerebro reptil con 313 millones de años) es el afecto, el cuidado, el amor o el odio, los sentimientos básicos de la vida. El neo-cortex, sitio de la razón intelectual, empezó a formarse hace 5 millones de años, se perfeccionó como homo sapiens hace 200 mil años y culminó como homo sapiens sapiens dotado de inteligencia racional completa hace apenas cien mil años. Por lo tanto, somos fundamentalmente seres de emociones y de afectos, base de todo el discurso psicoanalítico.

Tenemos que enriquecer la inteligencia intelectual e instrumental, de la cual no podemos prescindir si queremos explicar los problemas humanos. Pero ella sola se transforma en fundamentalismo de la razón, que es su locura, capaz de crear el Estado Islámico que degüella a todos los diferentes o la shoah, la solución final para los judíos. Dice el filósofo Patrick Viveret: «Solo podemos utilizar la cara positiva de la racionalidad moderna si la utilizamos amalgamada con la sensibilidad del corazón» (Por una sobriedad feliz, 2012, 41).

Sin el matrimonio de la razón con el corazón nunca nos moveremos para amar de verdad a la Madre Tierra, reconocer el valor intrínseco de cada ser y respetarlo y para empeñarnos en salvar nuestra civilización. Bien decía el Papa Francisco: nuestra civilización es cínica, pues ha perdido la capacidad de sentir el dolor del otro. Ya no sabe llorar ante la tragedia de miles de refugiados.

La categoría central de esta visión es el cuidado como ética y como cultura humanística. Si no cuidamos la vida, la Tierra y a nosotros mismos, todo enferma y terminamos por no garantizar la sostenibilidad ni rescatar lo que E. Wilson llama biofilia, el amor a la vida. Todo lo que cuidamos también lo amamos. Todo lo que amamos también lo cuidamos.

Para mí, el núcleo de la razón instrumental analítica que nos dio la tecnociencia con sus beneficios y también con sus amenazas debe ser impregnado por el núcleo de la razón cordial y sensible. Juntas constituyen el nudo de una ecología integral.



Entonces seremos plenamente humanos. Nos sentiremos parte naturaleza y verdaderamente la propia Tierra que piensa, ama y cuida. Entonces podremos creer y esperar que aun podemos salvarnos, sin necesitar pensar como Martin Heidegger: «solamente un Dios nos podrá salvar». Yes, we can.

Leonardo BOFF/ 16-diciembre-14.

martes, 16 de diciembre de 2014

ADVIENTO DE LOS POBRES: Jesús MAULEÓN, EN EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA

Ven, ven, Señor (Adviento de los pobres)

11.12.14  Archivado en Oración

Ven, ven, Señor. Ven cuanto antes a este mundo hermoso y terrible. Hermoso como salido de manos divinas, y terrible por la fealdad que en él acumulamos cada día. 

Ven a inaugurar la mañana. 


Ven a ser dueño del mar, a llenar con tu inmensidad el silencio, tú que eres la Palabra eterna. 


Ven a la belleza del paisaje y a la belleza como un dolor en el corazón del hombre. 


Ven, Señor, y sé dueño de la lluvia y los pájaros. 


Ven al corazón y al rostro de los niños, al sueño de eternidad de los amantes. Ven adonde mana la ternura de las madres.


Ven a este mundo terrible del amor y del odio, de la dulzura y la violencia. 


Ven, antes que sea tarde, a la miseria y al misterio del hombre. 


Ven a la paz y con la paz. Ven con el pan y la esperanza.                                    

Ven a la soledad, ven a la vida humana, ven a la tristeza y al miedo. Ven a esta muerte, tan segura y tan nuestra.

Desde lo hondo te llamo, Señor. Desde la guerra y el dolor te llamo. Desde la locura de las armas te llamo. Desde la injusticia establecida te llamo. Desde el hambre de pan, de libros, de dignidad te llamo. Desde la pobreza impuesta, la maldad y la estupidez te llamo.



Ven, Señor Jesús, a la tierra del hombre, al ser del hombre.

Sálvanos. Y quédate con nosotros para siempre.

Amén.

                                                       VENTANA AL MUNDO:

                                                                          HELSINKI-FINLANDIA


Helsinki es la capital y la ciudad más grande de Finlandia.
Helsinki es una ciudad enigmática y encantadora,
considerada por algunos como la perla del Báltico.
Las influencias del Este y el Oeste se encuentran presentes
en la vida diaria de Helsinki; arquitectura, gastronomía,
diseño, costumbres y hasta el argot local de las calles
atestiguan un pasado bajo dominio ruso y sueco.

lunes, 15 de diciembre de 2014

FRASES CÉLEBRES


"La belleza es una carta de recomendación que nos gana de antemano los corazones".
Arthur Schopenhauer

"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo".
Óscar Wilde

"La sola Poesía real de la Vida, es la del Recuerdo...
contar nuestra Vida, es vivirla dos veces y llorar dos veces sobre ella".
Vargas Vila

domingo, 14 de diciembre de 2014

GANAR AUTOESTIMA / Rafael SANTANDREU



ACEPTACIÓN INCONDICIONAL DE LOS DEMÁS.
DE: "EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA"

La aceptación incondicional de uno mismo va ligada a la aceptación de los demás. Los seres humanos somos animales lógicos y si no aceptas a los demás incondicionalmente, tampoco lo harás contigo mismo cuando falles o cuando alguien deje de valorarte.
 
   Una de las personas que más y mejor nos habló de la aceptación incondicional fue Mohandas Gandhi, el activista por la paz indio de principios del siglo XX. Recordemos que Gandhi consiguió la independencia de su país del Imperio Británico sin disparar un solo tiro. Y lo hizo gracias a su filosofía de aceptación incondicional.
   La siguiente historia ejemplifica su forma de pensar y hacer:

Mohandas era un joven apuesto y refinado, educado en uno de los mejores colleges londinenses. Vestía un traje confeccionado en la city y leía en inglés, un idioma que dominaba a la perfección, pese a ser indio de nacimiento. Viajaba en un vagón de primera clase camino a Pretoria, en Sudáfrica, cuando el revisor se dirigió a él en un tono claramente amenazador;
   --La primera clase está reservada a blancos. ¿No te has enterado, coolie? --dijo el hombretón acentuando la palabra coolie, un término ofensivo para designar a todo asiático.
   --Perdone, caballero, pero yo tengo billete de primera. Me lo han vendido en la estación de Ciudad del Cabo --replicó educadamente el joven hindú.
   --Te crees muy listo, eh, coolie? Me da igual el billete que lleves. Tienes que cambiarte a los vagones de tercera. /Ahora!
   --No veo por qué tendría que cambiar de vagón. Soy abogado y...--empezó a decir Mohandas cuando, de repente, el revisor agarró su maleta y, sin mediar palabra, la tiró viuolentamente por la ventana. Nuestro joven se quedó mudo, petrificado, aunque, por suerte, el tren se hallaba en ese momento detenido en una pequeña estación.
   --/Malditos coolies! --continuó el revisor--. Os voy a enseñar a obedecer las normas. Sois un atajo de indisciplinados maleantes.
   Entonces, agarró por las solapas al propio Mohandas para arrojarlo al polvoriento andén junto a la abollada maleta.
   Acto seguido, el revisor bajó al andén, se metió un silbato rojo en la boca y soltó un fortísimo silbido al aire. En menos de dos segundos, el tren estaba otra vez en marcha mientras Mohandas se frotaba los ojos incapaz de creer lo que le acababa de suceder. Éste fue su primer contacto con el régimen de apartheid o racismo oficial que reinaba en Sudáfrica en la década de 1890.

Ésta es una anécdota real de la vida de Mohandas Gandhi. De hecho, él afirmaba que ese maltrato en el tren despertó en él su motivación por luchar contra las desigualdades y el racismo. Pero lo haría, no con bombas y rifles, sino convenciendo a todo el planeta de la superioridad de las ideas igualitarias, con su filosofía de la no-violencia.
   Con respecto al revisor agresivo, Gandhi optó por hacer un ejercicio de comprensión y entender que el hombre tenía una filosofía de vida equivocada: intentaría convencerle de que se es mucho más feliz amando a todo el mundo. Seguramente, el revisor se aplicaba a sí mismo sus ideas agresivas y vivía en un entorno mental donde la gente es buena o mala según sus cualidades, bienes o capacidades. Él mismo debía de caer en el menosprecio personal cuando no lograba hacer las cosas bien, de ahí su violencia hacia los demás, un reflejo de su violencia hacia sí mismo.

sábado, 13 de diciembre de 2014

LOS 100 MEJORES CANTANTES DEL SIGLO


LUISA TETRAZZINI
Soprano de coloratura italiana, 1871-1940

Con una voz marginalmente menos bella que Melba, Tetrazzini fue un milagro de la coloratura en una época que dio muchos sopranos.

Su técnica era de una calidad devastadora, con notas agudas fluidas y flotantes, todo un hito de la "edad de oro".

Con un fraseo sin costuras, se permitía extraordinarios despliegues de ornamentación.

viernes, 12 de diciembre de 2014

¿DÓNDE ESTÁ EL NUDO DE LA CUESTIÓN ECOLÓGICA? (I) / Leonardo BOFF


ESTAMOS ACOSTUMBRADOS al discurso ambientalista generalizado por los medios de comunicación y por la conciencia colectiva. Pero hay que reconocer que restringir la ecología al ambientalismo es incidir en un grave reduccionismo. No basta una producción de bajo carbono pero manteniendo la misma actitud de explotación irresponsable de los bienes y servicios de la naturaleza. Sería como limar los dientes de un lobo con la ilusión de quitarle su ferocidad. Su ferocidad reside en su naturaleza, no en sus dientes. Algo similar ocurre con nuestro sistema industrial, productivista y consumista. Está en su naturaleza tratar a la Tierra como un mostrador de mercancías a ser colocadas en el mercado. Tenemos que superar esta visión si queremos alcanzar otro paradigma de relación con la Tierra y así parar un proceso que puede llevarnos al abismo.

Estamos cansados de medio ambiente. Queremos el ambiente entero, es decir, una visión global del sistema-Tierra, del sistema-vida y del sistema-civilización humana, formando un gran todo, hecho de redes de interdependencias, complementaciones y reciprocidades.

Con razón la Carta de la Tierra tiende a sustituir medio ambiente por comunidad de vida, pues la biología y la cosmología modernas nos enseñan que todos los seres vivos son portadores del mismo código genético de base – los veinte aminoácidos y las cuatro bases fosfatadas– desde la bacteria más originaria surgida hace 3,8 mil millones de años, pasando por las grandes selvas, los dinosaurios, los colibrís y llegando hasta nosotros. La combinación diferenciada de esos aminoácidos con las bases fosfatadas origina la diversidad de los seres vivos. El resultado de esta constatación es que un lazo de parentesco une a todos los vivientes, formando de hecho una comunidad de vida que debe ser «cuidada con comprensión, compasión y amor» (Carta de la Tierra, n. I, 2). Lo que Francisco de Asís intuía en su mística cósmica, llamando a todos los seres con el dulce nombre de hermanos y hermanas, nosotros lo sabemos por un experimento científico.

Entre esos seres vivos resalta el planeta Tierra. Desde los años 70 del siglo pasado se afirmó, en gran parte de la comunidad científica, primero la hipótesis, y desde 2001 la teoría de que la Tierra no solo tiene vida sobre ella. Ella misma está viva, y ha sido llamada por su formulador principal, James Lovelock, y en Brasil por José Lutzenberger, Gaia, uno de los nombres de la mitología griega para la Tierra viva. Ella combina lo químico, lo físico, lo ecológico y lo antropológico de forma tan sutil que se vuelve siempre capaz de producir y reproducir vida. En razón de esta constatación la propia ONU, en una famosa sesión general el 22 de abril de 2009, aprobó por unanimidad llamar a la Tierra, Madre Tierra, Magna Mater y Pachamama. Es como decir que ella es un super Ente vivo, complejo, a veces contradictorio a nuestros ojos (hace convivir el orden con el desorden), pero siempre generadora de todos los seres, en sus distintos órdenes, especialmente es gestadora de los seres vivos, máxime de los seres humanos, hombres y mujeres.

Se añade aún este dato, que, según el bioquímico y divulgador de asuntos científicos Isaac Asimov, es el gran legado de los viajes espaciales: la unicidad de la Tierra y de la humanidad. Desde allá arriba, desde las naves espaciales y la Luna, dice él y lo confirman los astronautas, no hay diferencia entre ser humano y Tierra. Ambos forman una única entidad. En otras palabras, el ser humano, dotado de inteligencia, de cuidado y de amor resulta de un momento avanzado y altamente complejo de la propia Tierra. Esta evolucionó hasta tal punto que comenzó a sentir, a pensar, a amar, a cuidar y a venerar, como ya señalaba el gran cantor y poeta argentino indígena Atahualpa Yupanqui. Y he aquí que irrumpió el ser humano en el escenario de este minúsculo planeta Tierra. Por eso se dice que el hombre deriva de humus: tierra buena y fértil; o adamah en hebreo bíblico: hijo e hija de la tierra arable y fecunda.

Todo ese proceso de la gestación de la vida sería imposible si no existiese todo el sustrato físico-químico (la escala de Mendeleiev) que se formó hace miles de millones de años en el corazón de las grandes estrellas rojas, que al explotar lanzaron tales elementos en todas las direcciones, creando las galaxias, las estrellas, los planetas, la Tierra y nosotros mismos. Por lo tanto, esta parte que parece inerte, también pertenece a la vida, porque sin ella, ayer al igual que hoy, la vida y la vida humana serían imposibles.

La sostenibilidad –categoría central de esta visión– es todo lo que se ordena a mantener la existencia de todos los seres especialmente los seres vivos y nuestra cultura sobre el planeta.

¿Qué concluimos de este rápido recorrido? Que debemos cambiar nuestra mirada sobre la Tierra, sobre la naturaleza y sobre nosotros mismos. Ella es nuestra gran madre que al igual que nuestras madres merece respeto y veneración. Es decir, conocer y respetar sus ritmos y ciclos, su capacidad de reproducción, no devastarla como hemos hecho desde el adviento de la tecnociencia y del espíritu antropocentrista que piensa que ella solo tiene valor en la medida en que nos es útil. Pero ella no necesita de nosotros, somos nosotros los que necesitamos de ella.

Este paradigma está llegando a su límite, porque la Madre Tierra está dando señales inequívocas de estar extenuada y enferma. O reinventamos otra forma de atender nuestras necesidades vitales en relación con la Tierra o ella, que está viva, podrá no querernos más sobre su suelo.

Asumir esta nueva mirada y esta nueva práctica es para mí el gran nudo y el desafío decisivo de la cuestión ecológica actual.
Leonardo BOFF/ 9-diciembre-14

miércoles, 10 de diciembre de 2014

LA PRESIDENTA DILMA INICIÓ EL DIÁLOGO ABIERTO / Leonardo BOFF



Una de las principales propuestas de la recién reelegida presidenta del país, Dilma Rousseff, ha comenzado a realizarse: dialogar abierta y constructivamente con la sociedad y con los diferentes segmentos sociales. Fue así como el día 26 de noviembre, durante casi dos horas, dialogó con representantes del Grupo Emaus, a saber, Frei Betto, Luiz Carlos Susin, Rosileny Schwantes, Maria Helena Arrochellas, Marcia Miranda y Leonardo Boff. Este grupo, compuesto por cerca de 40 personas, que existe desde hace 40 años, nació como resistencia a la dictadura militar, reuniendo a intelectuales y religiosos de varias partes del país para analizar la coyuntura política y eclesial y trazar acciones concretas con las bases para acelerar el rescate de la democracia, maniatada por el régimen dictatorial. El nuestro era un sueño grande: el de gestar un país que incluya en su presupuesto a aquellas personas que hace quinientos años estaban al margen. Entre los presentes había presos políticos y torturados y prácticamente todos estaban vigilados. Pero enfrentamos los peligros y amenazas por una causa mayor que implica un país justo y solidario.

El encuentro se dio en esta comunión de espíritu: el corazón valiente de la presidenta que soportó duras torturas sin entregar nunca a nadie y nosotros que, a nuestra manera, nos expusimos por la misma causa en aquel tiempo y ahora. Ella captó pronto el significado de nuestra presencia, solicitada por nosotros. No íbamos a pedir nada, solamente a reforzar su determinación de seguir en la construcción del proyecto originario del PT, el de crear una sociedad con menos perversidad que diese centralidad a los más pobres e invisibles, no obstante las presiones de la macroeconomía dominante.

Le entregamos un documento –El Brasil que queremos– con 16 puntos que pueden leerse en mi blog (leonardoboff.wordpress.com) donde resaltan: la reforma del sistema político, hacer el modelo económico más social y popular, la promoción de la reforma agraria y urbana, la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y quilombolas entre otros.

La conversación transcurrió de forma extremadamente franca y jovial, reconociendo aciertos y equívocos. Resaltamos especialmente la necesidad de que la presidenta retome el diálogo con la sociedad, principalmente con los movimientos sociales organizados. Inmediatamente se marcó para la próxima semana un encuentro con la Coordinación de los Movimientos Sociales y otro con la Coordinación Nacional del Movimiento de los Sin Tierra (MST). Todos insistimos en retomar la educación política de las bases, en especial la de los jóvenes, dentro de la pedagogía de Paulo Freire.

   No sirve mostrar solo obras. Hay que mostrar que ellas obedecen a un proyecto político del Gobierno en beneficio de los más necesitados como Mi Casa Mi Vida, Luz para Todos y otras iniciativas. Este vínculo de causalidad hace a la población consciente y refuerza el proyecto popular, que necesita ser fortalecido para superar nuestra abismal desigualdad social.

  Destacamos la importancia de reforzar y ampliar iniciativas de cuño social y ambiental como el proyecto “Cultivando Agua Buena” implementado por la hidroeléctrica de Itaipu, que abarca a un millón de personas, incorporadas mediante una sistemática educación ecológica (se formaron más de 1600 educadores ambientales), recuperando ríos, introduciendo la agricultura orgánica, integrando pueblos indígenas y quilombolas, y otros tantos beneficios, mejorando la vida de las poblaciones y de la comunidad de vida. La presidenta se mostró entusiasmada por el proyecto, que ya tiene más de once años, y por las personas que lo llevan adelante, con costes mínimos y en colaboración con los 29 municipios limítrofes de sus orillas, y su eventual implantación en otras hidroeléctricas.

Un punto importante fue la educación política de los jóvenes para que no sean meros consumidores sino ciudadanos críticos y participantes. Es un desafío para los grupos de las Iglesias que se insertan en los medios populares y para el propio PT que debe retomar una ligazón orgánica y dialogar y aprender con ellos.

La presidenta se mostró especialmente sensible a la cuestión de los derechos humanos y a los Centros de Referencia de los Derechos Humanos, en la perspectiva de fortalecer iniciativas comprobadamente serias que se están llevando a cabo en todo nuestro país.

La cuestión ecológica fue considerada tan importante y compleja que merecerá otro encuentro específico.

Nada pedimos. No nos movieron intereses corporativos o personales. Sólo ofrecimos nuestros servicios, en caso de que sean solicitados por la Presidenta. Ella se mostró conmovida y abierta a otros encuentros más sistemáticos, pues se dio cuenta de nuestro deseo de colaboración.
Leonardo BOFF / 9-diciembre-14