viernes, 30 de mayo de 2014

EL SER HUMANO: PARTE CONSCIENTE E INTELIGENTE DE LA TIERRA / Leonardo BOFF

El ser humano consciente no debe ser considerado aparte del proceso evolutivo. Él representa un momento especialísimo de la complejidad de las energías, de las informaciones y de la materia de la Madre Tierra. Los cosmólogos nos dicen que alcanzado cierto nivel de conexiones hasta el punto de crear una especie de unísono de vibraciones, la Tierra hace irrumpir la conciencia y con ella la inteligencia, la sensibilidad y el amor.
El ser humano es esa porción de la Madre Tierra que, en un momento avanzado de su evolución, empezó a sentir, a pensar, a amar, a cuidar y a venerar. Nació, entonces, el ser más complejo que conocemos: el homo sapiens sapiens. Por eso, según el antiguo mito del cuidado, de humus (tierra fecunda) se derivó homo-hombre y de adamah (en hebreo tierra fértil) se originó Adam-Adán (el hijo y la hija de la Tierra).
En otras palabras, nosotros no estamos fuera ni encima de la Tierra viva. Somos parte de ella, junto con los demás seres que ella generó también. No podemos vivir sin la Tierra, aunque ella pueda continuar su trayectoria sin nosotros.
Por causa de la conciencia y de la inteligencia somos seres con una característica especial: a nosotros nos fue confiada la guarda y el cuidado de la Casa Común. Todavía mejor: a nosotros nos toca vivir y rehacer continuamente el contrato natural entre Tierra y humanidad pues su cumplimiento garantizará la sostenibilidad del todo.
Esa mutualidad Tierra-humanidad se asegura mejor si articulamos la razón intelectual, instrumental-analítica, con la razón sensible y cordial. Nos damos cada vez más cuenta de que somos seres impregnados de afecto y de capacidad de sentir, de dar y de recibir afecto. Tal dimensión posee una historia de millones de años, desde cuando surgió la vida hace 3,8 miles de millones de años. De ella nacen las pasiones, los sueños y las utopías que mueven a los seres humanos a la acción. Esta dimensión, llamada también inteligencia emocional fue desestimada en la modernidad en nombre de una pretendida objetividad de análisis racional. Hoy sabemos que todos los conceptos, ideas y visiones de mundo vienen impregnados de afecto y de sensibilidad (M. Maffesoli, Elogio da razão sensível, Petrópolis 1998).
La inclusión consciente e indispensable de la inteligencia emocional con la razón intelectual nos mueve más fácilmente al cuidado y al respeto de la Madre Tierra y de sus seres.
Junto a esta inteligencia intelectual y emocional existe también en el ser humano la inteligencia espiritual. Esta no es solamente del ser humano; según renombrados cosmólogos es una de las dimensiones del universo. El espíritu y la conciencia tienen su lugar dentro del proceso cosmogénico. Podemos decir que ellos están primero en el universo y después en la Tierra y en el ser humano. La distinción entre el espíritu de la Tierra y del universo y nuestro espíritu no es de principio sino de grado.
Este espíritu está en acción desde el primerísimo momento después de la gran explosión. Es la capacidad que muestra el universo de hacer una unidad sinfónica de todas las relaciones e interdependencias. Su obra es realizar aquello que algunos físicos cuánticos (Zohar, Swimme y otros) llaman holismo relacional: articular todos los factores, hacer convergir todas las energías, coordinar todas las informaciones y todos los impulsos hacia delante y hacia arriba de forma que se forme un Todo y el cosmos aparezca de hecho como cosmos (algo ordenado) y no simplemente como una yuxtaposición de entes o caos.
En este sentido no pocos científicos (A. Goswami, D. Bohm, B. Swimme y otros) hablan de un universo autoconsciente y de un propósito que es perseguido por el conjunto de las energías en acción. No es posible negar esta trayectoria: de las energías primordiales pasamos a la materia, de la materia a la complejidad, de la complejidad a la vida, de la vida a la conciencia, que en nosotros, los seres humanos, se realiza como autoconciencia individual, y de la autoconciencia pasamos a la noosfera (Teilhard de Chardin), por la cual nos sentimos una mente colectiva.
Todos los seres participan de alguna forma del espíritu, por más “inertes” que se nos presenten, como una montaña o una roca. Ellos también están envueltos en una incontable red de relaciones, que son la manifestación del espíritu. Formalizando podríamos decir: el espíritu en nosotros es aquel momento de la conciencia en que ella sabe de sí misma, se siente parte de un todo mayor y percibe que un Eslabón liga y re-liga a todos los seres, haciendo que haya un cosmos y no un caos.
Esta comprensión despierta en nosotros un sentimiento de pertenencia a este Todo, de parentesco con los demás seres de la creación, de aprecio de su valor intrínseco por el simple hecho de existir y de revelar algo del misterio del universo.
Al hablar de sostenibilidad en su sentido más global, necesitamos incorporar este momento de espiritualidad cósmica, terrenal y humana, para ser completa, integral y potenciar su fuerza de sustentación.
-Leonardo BOFF/ 30-mayo-14

lunes, 26 de mayo de 2014

EL PAVOR DE LOS SUPER-RICOS: LA DESIGUALDAD Y LOS GRANDES IMPUESTOS / Leonardo BOFF

Está causando furor entre los economistas y lectores de asuntos económicos, y principalmente pánico entre los muy ricos, un libro de 976 páginas escrito en 2013 que se ha convertido en un verdadero best-seller. Se trata de una obra de investigación de uno de los más jóvenes (43 años) y brillantes economistas franceses, Thomas Piketty, que abarca un periodo de 250 años. El libro se titula Le capital au XXIe siècle (Seuil, Paris 2013). Aborda fundamentalmente la relación de desigualdad social producida por herencias, ingresos y principalmente por el proceso de acumulación capitalista, teniendo como material de análisis particularmente a Europa y Estados Unidos.
La tesis de base que sostiene es: la desigualdad no es accidental sino el rasgo característico del capitalismo. Si la desigualdad persiste y aumenta, el orden democrático estará fuertemente amenazado. Desde 1960, la participación de los electores en Estados Unidos disminuyó del 64% (1960) a poco más del 50% (1996), aunque haya aumentado últimamente. Tal hecho deja ver que es una democracia más formal que real.
Esta tesis, sostenida siempre por los mejores analistas sociales y repetida muchas veces por el autor de estas líneas, se confirma: democracia y capitalismo no conviven. Y si aquella se instaura dentro del orden capitalista, asume formas distorsionadas e incluso rasgos de farsa. Donde entra, establece inmediatamente relaciones de desigualdad lo cual, en el dialecto de la ética, significa relaciones de explotación y de injusticia. La democracia tiene como presupuesto básico la igualdad de derechos de los ciudadanos y el combate a los privilegios. Cuando la igualdad es herida, se abre espacio al conflicto de clases, a la creación de élites, a la subordinación de grupos enteros, a la corrupción, fenómenos visibles en nuestras democracias de bajísima intensidad.
Piketty ve a Estados Unidos y Gran Bretaña, donde el capitalismo triunfa, los países más desiguales, lo que es confirmado también por uno de los mayores especialistas en desigualdad, Richard Wilkinson. En Estados Unidos los ejecutivos ganan 331 veces más que un trabajador medio. Eric Hobsbawn, en una de sus últimas intervenciones antes de su muerte, dice claramente que la economía política occidental del neoliberalismo “ha subordinado deliberadamente el bienestar y la justica social a la tiranía del PIB, al mayor crecimiento económico posible, deliberadamente desigualitario”.
En términos globales, citemos el valiente documento de Oxfam Intermón enviado a los opulentos empresarios y banqueros reunidos en Davos en enero de este año como conclusión de su informe “Gobernar para las élites, secuestro democrático y desigualdad económica“: 85 ricos tienen el mismo dinero que 3.570 millones de pobres del mundo.
El discurso ideológico lanzado por esos plutócratas es que tal riqueza es fruto de activos, de herencias y de la meritocracia; las fortunas son conquistas merecidas como recompensa por los buenos servicios prestados. Se ofenden cuando son señalados como el 1% de ricos frente al 99% de los demás ciudadanos, pues se imaginan ser los grandes generadores de empleo.
Los premios Nobel J. Stiglitz y P. Krugman han mostrado que el dinero que recibieron de los gobiernos para salvar sus bancos y empresas no han sido empleados para la generación de empleo. Entraron en la rueda financiera mundial que rinde siempre mucho más sin necesidad de trabajar. Y aún hay 21 billones de dólares de 91 mil personas en los paraísos fiscales.
¿Cómo va a ser posible establecer relaciones mínimas de equidad, de participación, de cooperación y de democracia real cuando se revelan estas excrecencias humanas que se hacen sordas a los gritos que suben de la Tierra y ciegas a los sufrimientos de millones de co-semejantes?
Volvamos a la situación de desigualdad en Brasil. Nos orienta nuestro mejor especialista en este área, Márcio Pochmann (véase también Atlas da exclusão social – os ricos no Brasil, Cortez, 2004): veinte mil familias viven de la colocación de sus riquezas en los circuitos financieros, por lo tanto ganan a través de la especulación. Continúa Poschmann: «el 10% más rico de la población impone, históricamente, la dictadura de la concentración, pues alcanza a responder por casi el 75% de toda la riqueza nacional. Mientras que el 90% más pobre se queda solo con el 25%» (Le Monde Diplomatique, octubre 2007).
Según datos de organismos económicos de la ONU de 2005, Brasil era el octavo país más desigual del mundo. Pero gracias a las políticas sociales de los dos últimos gobiernos, dígase honrosamente, el índice de Geni (que mide las desigualdades) pasó de 0,58 a 0,52. En otras palabras, la desigualdad, que sigue siendo enorme, bajó un 17%.
Piketty no ve un camino más corto para disminuir las desigualdades que la severa intervención del Estado y la aplicación de impuestos progresivos sobre la riqueza hasta en un 80%, lo que horroriza a los super-ricos. Son sabias las palabras de Eric Hobsbawn: «El objetivo de la economía no es la ganancia sino el bienestar de toda la población; el crecimiento económico no es un fin en sí mismo, sino un medio para dar vida a sociedades buenas, humanas y justas».
Y como gran final la frase de Robert F. Kennedy: «el PIB incluye todo, menos lo que hace que la vida valga la pena».
-Leonardo BOFF / 26-mayo-14        



sábado, 24 de mayo de 2014

LOS 100 MEJORES CANTANTES DEL SIGLO

DAWN UPSHAW
Soprano lírica norteamericana, n. 1960

Los mejores trabajos de esta soprano son con el repertorio del Siglo XX.
Una incursión en Broadway con / Wish it so muestra su versatilidad, pero  The girl with the orange lips es una recopilación muy inteligente de Falla y Ravel hasta Delage que muestra su estilo delicado, meticuloso y expresivo.

¿QUIÉN TRIUNFA EN LA VIDA? / Óscar WILDE

¿Quién triunfa en la vida? –preguntó una voz cansada. Y una respuesta salió de la multitud:
    - El oro.
   Pero el viejo replicó:
   -El oro es estiércol; no es un triunfo, pero sí es derrota, porque es el símbolo de la traición, de la bajeza, de la ruindad. El hombre lo sacó de las entrañas de la tierra para pagar su egoísmo.

   De la multitud salió una voz enérgica, resonante, bravía:
   -En la vida triunfa la espada.
   Mas la cascada voz dijo:
   -Sois demasiado niños. La espada es símbolo de la destrucción, de la propia derrota. La espada que apunta al semejante, que quiere herir al propio corazón. Todos los grandes por su espada, han caído bajo el filo de otra espada.

   Y otra respuesta se levantó de la multitud. Cuatro o cinco dijeron a coro:
   -En la vida triunfa la belleza.
   Pero el anciano exclamó:
   -La ilusión es ciega, estáis en el principio de vuestra vida. Toda belleza es efímera. Toda beldad declina. Toda grandeza acaba. Todo resplandor toca a su ocaso.

   Del seno de la multitud brotó un murmullo que fue creciendo, alcanzando ímpetus de huracán y estalló en un terrible grito como trueno que dijo:
   -Nosotros triunfamos; la multitud triunfa; el pueblo triunfa.

   Pero el viejo estaba impasible y con voz aún más cansada y fría que su propio ser, habló:
   -No sois vosotros, no es la multitud la que triunfa; tras de vosotros están los triunfadores; vosotros sois el arma, sois el instrumento.

   Y él hizo un silencio grande como la calma del mar. La Mirada del viejo escrutaba en el fondo de las almas y en todas leía la duda y la congoja.
   Y levantando su voz dijo:
   -Todos son los que triunfan en la vida, es verdad. Mas todas llevan el germen del triunfo. Los más los desperdician y los aplastan con los pies como la uva en lagar. En la vida triunfan los constantes. Es en vano que iniciéis  vuestro perfeccionamiento sin constancia... Toda obra emprendida sin auxilio vana es, porque será tan sólo un fuego que se apagaría una mañana. La constancia es fuente de sabiduría y de santidad. En la vida existen dos clases de hombres que triunfan: los sabios y los santos, mas éstos son los verdaderos triunfadores porque la santidad es la gran sabiduría. El santo es el hombre sabio porque se ha conocido y se ha perfeccionado, y es el verdadero triunfador.

-Óscar Wilde

SONETILLO YO / Pedro CASALDÁLIGA

Catorce surcos de tierra,
catorce ríos de sangre,
catorce almenas en vela
y el sueño en catorce mares.

Catorce vuelos sin nido,
paloma en catorce aras,
catorce noches testigo,
catorce veces el alba.

La muerte sobre el camino,
el Pueblo por compañía
y el Viento por toda voz.

Como un silencio que digo,
catorce versos mi vida,
catorce versos y Dios.

viernes, 23 de mayo de 2014

¿CUÁNTA BARBARIE EXISTE AÚN ENTRE NOSOTROS? / Leonardo BOFF

Perversidades siempre se han dado en la humanidad, pero hoy, con la proliferación de los medios de comunicación, algunas se hacen más patentes y suscitan especial indignación. El caso más clamoroso fue el linchamiento de la inocente Fabiane María de Jesús en Guarujá en el litoral paulista a principios de este mes de mayo de 2014. Confundida con una secuestradora de niños para prácticas de magia negra, fue literalmente despedazada y linchada por una turba de indignados.
Tal hecho constituye un desafío a la comprensión, pues vivimos en sociedades consideradas civilizadas y dentro de ellas ocurren prácticas que nos remiten a los tiempos de barbarie, cuando aún no había contrato social ni reglas colectivas para garantizar una convivencia mínimamente humana.
Hay una tradición teórica que ha intentado dilucidar tal hecho. En 1895 Gustave Le Bon escribió, quizá fue el primero, un libro sobre la “Psicología de las masas”. Su tesis es que una multitud, dominada por el inconsciente, puede formar un “alma colectiva” y llegar a practicar actos perversos que el “alma individual” normalmente jamás practicaría. El norteamericano H. L. Melcken escribió en 1918 “La Turba”, un estudio mesurado sobre el hecho. Muestra la identificación del grupo con un líder violento o con una ideología de exclusión, que adquiere entonces un cuerpo propio y, sin control, deja que irrumpa lo bárbaro que anida todavía en el ser humano. Freud en 1921 retomó la cuestión con su “Psicología de las masas y análisis del yo”. Los impulsos de muerte subsistentes en el ser humano, dadas ciertas situaciones colectivas, dice, escapan al control del superyó (conciencia, reglas sociales) y aprovechan el espacio liberado para manifestarse con toda su virulencia. El individuo se siente amparado y animado por la multitud para dar salida a la violencia escondida dentro de él.
El análisis más incitante fue hecho por la filósofa Hannah Arendt. En 1961 siguió en Jerusalén todo el proceso del juicio del criminal nazi Adolf Eichmann por crímenes contra la humanidad. En 1963 Arendt escribió un libro que irritó a muchos: “Eichmann en Jerusalén: un relato sobre la banalización del mal”. Y acuñó la expresión “la banalización del mal”. Mostró como la identificación con la figura del “Führer” y con las órdenes dadas desde arriba pueden llevar a las peores barbaridades con la conciencia más tranquila del mundo. Pero no solo en ellos se expresa la barbarie. También lo hace en aquellos judíos a los que desbordaba su odio a Eichmann, exigiendo los peores castigos para él, como expresión también de un mal interno.
¿Qué concluimos de todo esto? Que un concepto realista del ser humano debe incluir también su inhumanidad. Somos sapientes y dementes. En otras palabras: la barbarie, el crimen, el asesinato pertenecen al ámbito de lo humano. Hace miles de años dimos un día el salto desde la animalidad, del inconsciente al consciente, del impulso destructivo a la civilización. Pero ese salto todavía no se ha completado totalmente. Cargamos dentro de nosotros, latente pero siempre actuante, con el impulso de muerte. La religión, la moral, la educación, el trabajo civilizatorio han sido los medios que hemos desarrollado para poner bajo control esos demonios que nos habitan. Pero esas instancias no tienen la fuerza que pueda someter tales impulsos a las reglas de una civilización que procura resolver los problemas humanos con acuerdos y no recurriendo a la violencia.
Hay que reconocer que todavía prevalece en nosotros mucha barbarie. No diría animalidad, pues los animales se rigen por impulsos instintivos de conservación de la vida y de la especie. En nosotros esos impulsos perduran pero tenemos condiciones para volverlos conscientes, canalizarlos para tareas dignas a través de sublimaciones no destructivas, como Freud y, recientemente, el filósofo René Girard con su “deseo mimético” positivo tanto han insistido. Pero ambos se dan cuenta del carácter misterioso y desafiante de la persistencia de ese lado sombrío (pulsión de muerte en dialéctica con la pulsión de vida) que dramatiza la condición humana y pueden llevar a hechos irracionales y criminales como el linchamiento de una persona inocente. Todos pensamos en los linchadores, ¿pero cuáles serían los sentimientos de Fabiane María de Jesús, sabiéndose inocente y siendo víctima de la saña de la multitud que hace “justicia” por su propia mano?
La cuestión principal no es el Estado ausente y débil o el sentimiento de impunidad. Todo eso cuenta, pero no aclara el hecho de la barbarie. Ella está en nosotros. Y a todas horas resurge en el mundo con expresiones innombrables de violencia, algunas reveladas por la Comisión de la Verdad que analiza las torturas y las abominaciones practicadas por tranquilos agentes del Estado de terror implantado en Brasil.
El ser humano es una ecuación aún no resuelta: cloaca de perversidad, para usar una expresión de Pascal, y al mismo tiempo la irradiación de bondad de una Hermana Dulce en Bahía, que aliviaba los padecimientos de los más miserables. Ambas realidades caben dentro de ese ser misterioso ―el ser humano― que sin dejar de ser humano puede ser también inhumano. Tenemos que completar el salto de la barbarie a la plena humanidad. La situación violenta del mundo actual, también contra la Madre Tierra, nos deja aprensivos sobre la posibilidad de que ese salto pueda tener un final feliz. Sólo un Dios podrá humanizarnos. Él lo intentó pero acabó en la cruz. Uno de los significados de la resurrección es darnos esperanza de que aún es posible. Pero para eso necesitamos creer y esperar.
-Leonardo BOFF / 23-mayo-14 

jueves, 22 de mayo de 2014

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA


   
                         

 DE "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"

                           ENSÉÑAME, mi Dios,                                   
                               a descubrirte                                              
                           en todas las cosas.                                          
                         Y que cualquier cosa                                        
                        que haga yo, la realice                                       
                         como si fuese para Ti.                                      
                                                                  George Herbert

miércoles, 21 de mayo de 2014

CITAS CITABLES

LA LABOR del individuo sigue siendo la chispa que impulsa la humanidad.
-Igor Sikorsky

PODRÁ haber veces en que seamos impotentes para impedir la injusticia, pero nunca debemos callar nuestra protesta.
-Elie Wiesel

LA AMISTAD es casi siempre unión de una parte de la mente de alguien con una parte de la mente de otro; por eso las personas resultan amigas sólo en porciones.

-Jorge Santayana

martes, 20 de mayo de 2014

TRIPLE FILTRO DE SÓCRATES

En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.

Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo: ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?

Espera un minuto – replicó Sócrates - . Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.

¿Triple filtro?

Correcto – continuó  Sócrates-.

Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.

El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?

No – dijo el hombre -, realmente sólo escuché sobre eso y….

Está bien – dijo Sócrates -. Entonces realmente no sabes si es cierto o no.
Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?

No, por el contrario…

Entonces, deseas decirme algo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto.

Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad.

¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?

No, la verdad  es que no.

Bien – concluyó Sócrates - , si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?

lunes, 19 de mayo de 2014

LO QUE DIJO BERLIOZ y SE DIJO DE ÉL

LO QUE DIJO BERLIOZ:
Yo hubiera deseado ser escritor.
De hecho, he dotado a mis composiciones de un espíritu literario que unos critican y a otros les parece un encuentro ideal entre las letras y la música.

Las cualidades dominantes de mi música son la expresión apasionada, el ardor interior, el ritmo arrebatado y lo imprevisto.

LO QUE SE HA DICHO DE BERLIOZ:

"Quiérase o no, Berlioz ha sido uno de nuestros compositores más audaces, un artista personal que supo cautivar a media Europa".
Claude Debussy.

"El señor Berlioz es un hombre imaginativo, muy distinto de lo que solemos oír en las salas de conciertos. Su orquesta es imponente, con un punto de dolor".
Franz Liszt.

domingo, 18 de mayo de 2014

EL POEMA MAYO DE CÉSAR VALLEJO / Danilo SÁNCHEZ LIHÓN

              1.    Sabor a rastrojo

   César Vallejo escribió el poema que lleva por título Mayo, mes en que realizamos el Encuentro Internacional Capulí, Vallejo y su Tierra, en donde retrata hasta con una virtud que adorna a las emociones sinceras, como es la ingenuidad, la vida ejemplar, el amor y el trabajo; la cotidianeidad simbolizada en el humo saliendo por el tejado de las cocinas de la aldea nativa, como evocando el atardecer sombrío pero también la aurora radiante.
   Mayo es el poema que muestra el amor, la idealización que César Vallejo tenía por el mundo campestre, donde se cumplen dos ensoñaciones: un idilio pastoril y el trabajo enaltecedor. Sirve tanto para conocer mejor su tierra como para conocer a César Vallejo mismo, cuáles eran sus preferencias y sus gustos más sentidos. Habla por ejemplo de una mujer casi con cualidades de santa, de una Ruth sagrada que allí ha de encontrarse. Y es que, a imaginar esto se presta una naturaleza paradisíaca y magnificente como la del mes de mayo en ese paraje andino, poema es el mural de todo un día, desde la alborada hasta el anochecer, pasando por el cardinal mediodía. 
2. El último lucero fugitivo
    Y empieza así:
MAYO
Vierte el humo doméstico en la aurora
su sabor a rastrojo;
y canta, haciendo leña, la pastora un salvaje aleluya!
Sepia y rojo.
Donde sentimos la honda cadencia de una melodía sutil recogida en el verso, y la visión idílica, matinal, paisajística de cromaticidad intensa, cual una pintura flagrante donde resalta la naturaleza profusa y el humo que se eleva bajo la luz solar del día en el rayar del alba:
Humo de la cocina, aperitivo
de gesta en este bravo amanecer.
El último lucero fugitivo lo bebe, y, ebrio ya de su dulzor,
¡oh celeste zagal trasnochador!
se duerme entre un jirón de rosicler.
El lucero se duerme como si hubiera velado ex profeso toda la noche hasta anunciarse el sol. Y recién se duerme cual un muchacho ebrio que ha bebido todo el dulzor de esa honda dulzura matinal. 
3. Unción de los trigales
Mitología de lo geográfico y cósmico inmersa en el poema; ámbito de la naturaleza y del orbe que él recrea atribuyéndole acciones humanas para celebrar la vida y consagrar el amor.
 Pero luego hay una unión paradójica con el mundo de la cocina y de los juegos de los niños, cuando dice:
Hay ciertas ganas lindas de almorzar,
y beber del arroyo, y chivatear!
Cuando ya es el mediodía, y hay esa referencia tan suelta e íntima de las ganas lindas de almorzar, como si este acto no fuera solamente alimenticio sino de comunión con la naturaleza y con los demás, pero que se eleva, que sube a lo alto y se sublima. Que distinta esta alusión a cuando se queja de hambre, y es porque se trata del mes de mayo donde él traza una suerte de utopía:
Aletear con el humo allá, en la altura; o entregarse a los vientos otoñales en pos de alguna Ruth sagrada, pura, que nos brinde una espiga de ternura bajo la hebraica unción de los trigales!
4. Un mundo armónico
Donde reconocemos convicto el anhelo de encontrar allí la arcadia representada en la mujer ideal, vinculada al mundo evangélico y a la vez campestre, lleno de cariño, de inocencia y de honestidades graficadas en la espiga y en la consumación del amor en una alfombra, entre unos muros y en un lecho de trigales. Y, en seguida, como complemento al amor, en un cuadro arquetípico, el himno al trabajo en el símbolo de un joven labrador con la hoz al hombro camino a Irichugo, que es el lugar en donde la familia Vallejo tenía alguna parcela de terreno en Santiago de Chuco:
Hoz al hombro calmoso,
acre el gesto brioso,
va un joven labrador a Irichugo.
Canto al trabajo y devoción a esta práctica que siempre él exaltó y fue ejemplo de ello; y que ubica en el marco de un mundo armónico de afinidad con la naturaleza y sumado a los sentimientos de amor pleno de bondades, constituye una suerte de arcadia, de ideario y utopía vallejiana.
5. El sudor que honra
Y en cada brazo que parece yugo
se encrespa el férreo jugo palpitante
que en creador esfuerzo cuotidiano
chispea, como trágico diamante,
a través de los poros de la mano
que no ha bizantinado aún el guante.
He aquí el sudor que honra, que da méritos, que dignifica al hombre. He aquí el anuncio ya del poeta de Trilce, de Los poemas humanos y de España, aparta de mí este cáliz.
He aquí donde se valoran funciones del cuerpo por ser noblemente humanas, que resultan dignificadas, como puede ser toser, sudar y hasta el polvo del que estamos hechos.
Materia a la cual él dedica hasta un Padre Nuestro, en España aparta de mí este cáliz, porque al igual que sudor el hombre es polvo.
6. Por la cuesta bravía
Bajo un arco que forma verde aliso,
¡oh cruzada fecunda del andrajo!
Y encontramos aquí otra reivindicación que abre una puerta a la consideración que desarrolla después de que la revolución social será encabezada y hecha heroísmo por los desarrapados y mendigos del mundo.
La zagala que llora
su yaraví a la aurora,
recoge ¡oh Venus pobre!
frescos leños fragantes
en sus desnudos brazos arrogantes
esculpidos en cobre.
Y no han de faltar en este cuadro eglógico incluso los animales, integrados al mundo vegetal y humano:
En tanto que un becerro,
perseguido del perro,
por la cuesta bravía
corre, ofrendando al floreciente día
un himno de Virgilio en su cencerro!
7. Tal es mayo
Clarísimo se advierte el anuncio de la utopía plasmada después en Telúrica y magnética de los Poemas humanos, el mundo por el cual luchamos y llegamos en el mes de mayo hasta esta bandera flameante que es Santiago de Chuco.
Delante de la choza
el indio abuelo fuma;
y el serrano crepúsculo de rosa,
el ara primitiva se sahúma
en el gas del tabaco.
Para luego verlo todo ello representado en un vestigio de nuestra cultura que convertiremos otra vez en realidad cualquier día:
Tal surge de la entraña fabulosa
de epopéyico huaco,
mítico aroma de broncíneos lotos,
el hilo azul de los alientos rotos!
Tal es mayo, el hilo azul de los alientos rotos, en Santiago de Chuco y en la poesía de César Vallejo.
8. No ocultar esencias
Allí estaremos muy pronto entre los días 23 y 25 de mayo del año 2014 conociendo cada muro, ventana y la campiña de este pueblo, fecha en la cual ingresará a el puquial el Capulí 15 Vallejo y su Tierra. Pero también estaremos con nuestros pasos definiendo aún más nuestro compromiso de consagrar la vida a construir y avivar la utopía andina avizorada por el poeta de la solidaridad humana nacido entre nosotros.
Porque César Vallejo acertó meridianamente de no ponerle reparos al candor ni a la ingenuidad, potestades que las vive y las siente, y con las cuales, además, escribe. Y a la inocencia de la cual se nutre y con la cual se inviste, para captar un mundo que no solo no se ofrece de otro modo, como es el mundo andino, sino que con ello erige palpitante toda la esencia y la manera de ser y actuar del alma andina. Y es que en esto él también es un ave rara por la fortaleza y además la sabiduría de no ocultar nada de estas esencias.
A estar juntos en su pueblo, en su casa y con su gente va para ti la invitación infinita de compartir todas estas entelequias que yacen en la esencia del poema Mayo.

FOLIOS DE LA UTOPÍA.

sábado, 17 de mayo de 2014

CLARIDAD / Pedro CASALDÁLIGA

Decir el pan, la lucha, el gozo, el llanto,
el monótono sol, la noche ciega.
Verter la vida en libación de canto,
vino en la paz y sangre en la refriega.

Desnuda al viento mi palabra os llega.
Sobre la plaza de la fiesta canto.
Pido que todos entren en la siega.
Vengo a espantar las fieras del espanto.

Mediterráneamente luminosa
escancio en mi palabra cada cosa,
vaso de luz y agua de verdad.

Si el Verbo se hace carne verdadera,
no creo en la palabra que adultera.
Yo hago profesión de claridad.

viernes, 16 de mayo de 2014

HOMBRES Y MUJERES: NUEVAS RELACIONES CREATIVAS / Leonardo BOFF

La creatividad es la dinámica del propio universo. Su estado natural no es la estabilidad sino el cambio creativo. Todo es fruto de la creación natural o humana. La Tierra es fruto de una Energía creadora, misteriosa y cargada de propósito. Un día, un pez primitivo “decidió”, en un acto creador, dejar el agua y explorar la tierra firme. De ese acto creativo, vinieron los anfibios, luego los reptiles, después los dinosaurios, y finalmente los mamíferos y nosotros.
Si no fuéramos creativos, nunca habríamos llegado hasta aquí. Detengámonos, por un momento, en la relación hombre-mujer, punto central en las discusiones actuales de la Iglesia. Sabemos que hace diez mil años, la historia fue marcada por el patriarcado. Este ha supuesto un viacrucis de sufrimiento para todas las mujeres. Pero lo que ha sido construido históricamente puede ser también históricamente deconstruido. Esta es la esperanza que subyace en las luchas de las mujeres oprimidas y de sus aliados entre los hombres, la esperanza de un nuevo estadio de civilización ya nunca estigmatizado por la dominación de género.
Los hombres y las mujeres son definidos cada vez más no a partir de su sexo biológico o factor cultural, sino a partir del hecho de ser personas. Entendemos aquí por persona todo aquel o aquella que se siente dueño de sí y que ejercita la libertad para plasmar su propia vida. La capacidad de autoproducción en libertad (autopoiesis) es la suprema dignidad del ser humano que no debe ser negada a nadie.
Tras el reconocimiento de la persona como persona, son decisivos los valores de la cooperación y de la democracia como valor universal, en el sentido de participación en la vida social, de la cual las mujeres históricamente fueron privadas.
Su ausencia ayudó a instaurar la dominación y la subordinación histórica de las mujeres. Hoy, mediante la cooperación de ambos, dentro de una ética de la solidaridad y de cuidado mutuos, es cuando se construirán relaciones inclusivas e igualitarias.
La cooperación supone confianza y respeto mutuo en una atmósfera donde la coexistencia se funda en el amor, en la proximidad, en el diálogo abierto, como ha insistido y mostrado el Papa Francisco.
Bien resaltaba el gran biólogo chileno Humberto Maturana: la permanencia del patriarcalismo representa el intento de regresión a un estadio pre-humano que nos remite al nivel de los chimpancés, societarios pero dominadores.
Por eso la lucha por la superación del patriarcalismo es una lucha por el rescate de nuestra verdadera humanidad. Las mujeres por ser mujeres reciben menos salario haciendo el mismo trabajo. Y ellas componen más de la mitad de la humanidad.
La democracia participativa y sin fin, fundamentalmente, quiere decir participación, sentido del derecho y del deber y sentido de corresponsabilidad. Antes que una forma de organización del Estado, la democracia es un valor a ser vivido siempre y en todo lugar donde los seres humanos se encuentran. Esta democracia no se restringe solo a los humanos, sino que se abre a los demás seres vivos de la comunidad biótica, pues reconoce en ellos derechos y dignidad. La democracia integral posee, pues, una característica socio-cósmica.
La superación de la ancestral guerra de los sexos y de las políticas opresivas y represivas contra la mujer se da en la misma proporción en que se introduce y se practica la democracia real y cotidiana. En nombre de esta bandera, la gran escritora y feminista Virginia Woolf (1882-1941) podía proclamar: “Como mujer no tengo patria, como mujer no quiero patria, como mujer mi patria es el mundo”.
La lucha contra el patriarcado supone un re-generación del hombre. En esa tarea el hombre seguramente no conseguiría dar el salto por sí mismo. De ahí la importancia de la mujer a su lado. Ella podrá evocar en los hombres lo femenino escondido bajo cenizas seculares y podrá ser co-partera de una nueva relación humanizadora.
Lo primero que hay que hacer es privilegiar los lazos de interacción mutua y la cooperación igualitaria entre hombre y mujer. Aquí se impone un proceso pedagógico en la línea de Paulo Freire: nadie libera a nadie, pero juntos, hombres y mujeres, se liberarán en un proceso compartido de libertad creadora.
En este nuevo contexto se deben recuperar aquellos valores considerados antiguos y propios de la socialización femenina, pero que ahora deben ser gritados a los oídos de los hombres y junto con las mujeres procurar vivirlos. Se trata de un ideal humanitario para ambos. Me permito rescatar algunos:
- Las personas son más importantes que las cosas. Cada persona debe ser tratada humanamente y con respeto.
- La violencia nunca es un camino aceptable para la solución de los problemas.
- Es mejor ayudar que explotar a las personas, dedicando especial atención a los pobres, a los excluidos y a los niños.
- La cooperación, la asociación y el compartir son preferibles a la competencia, la autoafirmación y el conflicto.
- En las decisiones que afectan a todos cada persona tiene derecho a decir su palabra y ayudar en la decisión colectiva.
- Estar profundamente convencido de que lo cierto está del lado de la justicia, de la solidaridad y del amor, y de que la dominación, la explotación y la opresión están del lado equivocado.
Tales valores, tenidos en otro tiempo por femeninos, fueron manipulados por la mentalidad patriarcal para mantener a las mujeres subordinadas y dóciles. Hoy, al cambiar el cuadro del mundo y de la sociedad, tales valores son los que nos pueden salvar. Es la razón por la que los hombres y mujeres deben ser creativos en sus relaciones, pues así se humanizan.
-Leonardo BOFF/ 16-mayo-14

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA





DE "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"

EL DON DEL AMOR

Espíritu Santo,
el don más grande que
nos concedes es el espíritu
del amor, el cual cambia
toda nuestra actitud.
Es un don que perdurará
por toda la eternidad.

Enséñame a amar a Dios
como Padre mío,
quien me ama más
de lo que yo pueda amarme
a mí mismo.

A menos que, y hasta que yo
pueda amarme a mí mismo,
nunca podré amar a nadie más,
porque el verdadero amor
a sí mismo es la base
de todas las relaciones
humanas.

Que no excluya yo a nadie
de este amor,
especialmente a aquellos
que me han herido
o que me han ofendido
de alguna manera.
                     Monseñor Buckley

jueves, 15 de mayo de 2014

EL MILAGRO QUE JUAN PABLO II SE NEGÓ HACER / Eduardo GALEANO

En la primavera de 1979, el arzobispo de El Salvador, Óscar Arnulfo Romero, viajó al Vaticano. Pidió, rogó, mendigó una audiencia con el papa Juan Pablo II: 
-Espere su turno.
-No se sabe.
-Vuelva mañana.

Por fin, poniéndose en la fila de los fieles que esperaban la bendición, uno más entre todos, Romero sorprendió a Su Santidad y pudo robarle unos minutos.
Intentó entregarle un voluminoso informe, fotos, testimonios, pero el Papa se lo devolvió:
-¡Yo no tengo tiempo para leer tanta cosa!
Y Romero balbuceó que miles de salvadoreños habían sido torturados y asesinados por el poder militar, entre ellos muchos católicos y cinco sacerdotes, y que ayer no más, en vísperas de esta audiencia, el ejército había acribillado a veinticinco ante las puertas de la catedral.

El jefe de la Iglesia lo paró en seco:
-¡No exagere, señor arzobispo!
Poco más duró el encuentro.
El heredero de San Pedro exigió, mandó, ordenó:
-¡Ustedes deben entenderse con el gobierno! ¡Un buen cristiano no crea problemas a la autoridad! ¡La iglesia quiere paz y armonía!

Diez meses después, el arzobispo Romero cayó fulminado en una parroquia de San Salvador. La bala lo volteó en plena misa, cuando estaba alzando la hostia.
Desde Roma, el Sumo Pontífice condenó el crimen. Se olvidó de condenar a los criminales.

Años después, en el parque Cuscatlán, un muro infinitamente largo recuerda a las víctimas civiles de la guerra. Son miles y miles de nombres grabados, en blanco, sobre el mármol negro. El nombre del arzobispo Romero es el único que está gastadito.
Gastadito por los dedos de la gente.                                                                                     Eduardo.
Galeano en su libro "Espejos" 

miércoles, 14 de mayo de 2014

EL TIEMPO DE LAS UTOPÍAS MÍNIMAS / Leonardo BOFF

    No es verdad que vivamos tiempos pos-utópicos. Aceptar esa afirmación es mostrar una representación reduccionista del ser humano. Este no es solamente un dato que está ahí cerrado, vivo y consciente, al lado de otros seres. También es un ser virtual. Esconde dentro de sí virtualidades ilimitadas que pueden irrumpir y concretarse. Es un ser de deseo, portador del principio esperanza (Bloch), permanentemente insatisfecho y buscando siempre cosas nuevas. En el fondo es un proyecto infinito, en busca de un oscuro objeto que le sea adecuado.
De ese trasfondo virtual es de donde nacen los sueños, los pequeños y grandes proyectos y las utopías mínimas y máximas. Sin ellas el ser humano no vería sentido a su vida y todo sería gris. Una sociedad sin una utopía dejaría de ser sociedad, no tendría un rumbo pues se hundiría en los pantanos de los intereses individuales o corporativos. Lo que ha entrado en crisis no son las utopías, sino cierto tipo de utopía, las utopías maximalistas venidas del pasado.
Los últimos siglos han estado dominados por utopías maximalistas. La utopía iluminista que universalizaría el imperio de la razón contra todos los tradicionalismos y autoritarismos. La utopía industrialista de transformar las sociedades con productos sacados de la naturaleza y de las invenciones técnicas. La utopía capitalista de llevar progreso y riqueza a todo el mundo. La utopía socialista de generar sociedades igualitarias y sin clases. Las utopías nacionalistas bajo la forma de nazifascismo que, a partir de una nación poderosa, con “raza pura”, rediseñaría la humanidad, imponiéndose a todo el mundo. Actualmente la utopía de la salud total, gestando las condiciones higiénicas y medicinales, que busca la inmortalidad biológica o la prolongación de la vida hasta la edad de las células (cerca de 130 años). La utopía de un único mundo globalizado bajo la égida de la economía de mercado y de la democracia liberal. La utopía de los ambientalistas radicales que sueñan con una Tierra virgen y con el ser humano totalmente integrado en ella, y otras.
Éstas son las utopías maximalistas. Proponían lo máximo. Muchas de ellas fueron impuestas con violencia o generaron violencia contra sus opositores. Tenemos hoy suficiente distancia en el tiempo para confirmar que estas utopías maximalistas frustraron al ser humano. Entraron en crisis y perdieron su fascinación. De ahí que hablemos de tiempos pos-utópicos. Pero pos se refiere a este tipo de utopía maximalista. Ellas dejaron un rastro de decepción y de depresión, especialmente, la utopía de la revolución absoluta de los años 60-70 del siglo pasado, como la cultura hippy y sus derivados.
Pero la utopía permanece porque pertenece al espíritu humano. Hoy la búsqueda se orienta hacia las utopías minimalistas, aquellas que, al decir de Paulo Freire, realizan lo “posible viable”, hacen a la sociedad “menos malvada y menos difícil el amor”. Se nota por todas partes la urgencia latente de utopías de simple mejora del mundo. Todo lo que nos entra por las muchas ventanas de la información nos lleva a sentir que el mundo no puede continuar así como está. Cambiar, y si no se puede cambiar, por lo menos mejorar.
No puede continuar la absurda acumulación de riqueza como jamás la hubo en la historia (85 más ricos tienen ingresos equivalentes a los de 3.570 millones de personas, como denunciaba la ONG Oxfam Intermón en enero de este año en Davos). Para ellos, el sistema económico-financiero no está en crisis; al contrario, ofrece oportunidades de acumulación como nunca antes en la historia devastadora del capitalismo. Hay que poner un freno a la voracidad productivista que asalta los bienes y servicios de la naturaleza con vistas a la acumulación y produce gases de efecto invernadero que alimentan el calentamiento global, que si no se detiene, puede producir un armagedón ecológico.
Las utopías minimalistas, a decir verdad, son aquellas que vienen siendo implementadas por el gobierno actual del PT y sus aliados con base popular: garantizar que el pueblo coma dos o tres veces al día, pues el primer deber de un Estado es garantizar la vida de sus ciudadanos. Esto no es asistencialismo sino humanitarismo en grado cero. Son los proyectos “mi casa-mi vida”, “luz para todos”, el aumento significativo del salario mínimo, el “Prouni” que permite el acceso a los estudios superiores a estudiantes socialmente menos favorecidos, los “puntos de cultura” y otros proyectos populares que no cabe aquí enumerar.
A nivel de las grandes mayorías son verdaderas utopías mínimas viables: recibir un salario que cubra las necesidades de la familia, tener acceso a la salud, mandar los hijos a la escuela, conseguir un transporte colectivo que nos les robe tanto tiempo de vida, contar con servicios sanitarios básicos, disponer de lugares de ocio y de cultura y una pensión digna para enfrentarse a los achaques de la vejez.
La consecución de estas utopías minimalistas crea la base para utopías más altas: aspirar a que los pueblos se abracen en la fraternidad, que no guerreen entre sí, que se unan todos para preservar este pequeño y bello planeta Tierra, sin el cual ninguna utopía maximalista o minimalista puede ser proyectada. El primer oficio del ser humano es vivir libre de necesidades y gozando un poco del reino de la libertad. Y al final poder decir: “valió la pena”. 

- Leonardo BOFF/ 13-mayo-14          


martes, 13 de mayo de 2014

LOS 100 MEJORES CANTANTES DEL SIGLO

ELENA GERHARDT
Mezzosoprano alemana, 1883-1961

Elena Gerhardt se dedicó en exclusiva a los escenarios, donde elevó el Lied a un nuevo nivel de seriedad. En su primer recital en 1903 estaba acompañada por el gran director Artur Nikisch en una época en la que el acompañamiento era considerado cosa de segundones; ocho años después grabó con él varias canciones.

Fue la primera mujer que cantó Winterreise, estableciendo un hito.

lunes, 12 de mayo de 2014

DEL ÁLBUM: FOTOS DE LA BIOGRAFÍA /De Mujeres Hacedoras de Grandes Metas

Cuando yo me vaya, no quiero que llores, quédate en silencio, sin decir palabras, y vive recuerdos, reconforta el alma.
Cuando yo me duerma, respeta mi sueño, por algo me duermo; por algo me he ido.
Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada, y casi en el aire, con paso muy fino,... búscame en mi casa, búscame en mis libros, búscame en mis cartas, y entre los papeles que he escrito apurado.
Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco y puedes usar todos mis zapatos. Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama, y cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate y beberte el vino que dejé guardado. Escucha ese tema que a mí me gustaba, usa mi perfume y riega mis plantas.
Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima, corre hacia el espacio, libera tu alma, palpa la poesía, la música, el canto y deja que el viento juegue con tu cara. Besa bien la tierra, toma toda el agua y aprende el idioma vivo de los pájaros.
Si me extrañas mucho, disimula el acto, búscame en los niños, el café, la radio y en el sitio ése donde me ocultaba.
No pronuncies nunca la palabra muerte. A veces es más triste vivir olvidado que morir mil veces y ser recordado.
Cuando yo me duerma, no me lleves flores a una tumba amarga, grita con la fuerza de toda tu entraña que el mundo está vivo y sigue su marcha.
La llama encendida no se va a apagar por el simple hecho de que no esté más.
Los hombres que “viven” no se mueren nunca, se duermen de a ratos, de a ratos pequeños, y el sueño infinito es sólo una excusa.
Cuando yo me vaya, extiende tu mano, y estarás conmigo sellada en contacto, y aunque no me veas, y aunque no me palpes, sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces, un día, sonriente y vibrante, sabrás que volví para no marcharme.

sábado, 10 de mayo de 2014

EN ÉXODO / Pedro CASALDÁLIGA

La vida sobre ruedas o a caballo
yendo y viniendo de misión cumplida,
árbol entre los árboles me callo
y  oigo cómo se acerca Tu Venida.

Cuanto menos Te encuentro, más Te hallo,
libres los dos de nombre y de medida.
Dueño del miedo que Te doy vasallo,
vivo de la esperanza de Tu vida.

Al acecho del Reino diferente,
voy amando las cosas y la gente,
ciudadano de todos y extranjero.

Y me llama Tu paz como un abismo
mientras cruzo las sombras, guerrillero
del Mundo, de la Iglesia y de mí mismo.

viernes, 9 de mayo de 2014

LA HOSPITALIDAD A LOS HAITIANOS: ¿CUÁN HUMANA ES NUESTRA SOCIEDAD? / Leonardo BOFF

                   El drama de cientos y cientos de haitianos, víctimas del devastador terremoto, que, vía el Estado de Acre, buscan hospitalidad en Brasil, representa un test de lo humana que es o no es nuestra sociedad. No quiero restringirme sólo a los haitianos sino a tantas personas que son expulsadas de sus tierras, poseros, indígenas, quilombolas y otros, por el avance del agronegocio o desalojados, como recientemente del local de la OI en Rio de Janeiro, que tuvieron que refugiarse en la plaza de la Catedral de la ciudad. Organismos de la ONU nos informan de que existen en el ¡ mundo más de cien millones de refugiados, ya sea por guerras, por situación de hambre, por problemas climáticos y otras causas similares. Cual Abrahanes andan por ahí buscando quien los acoja. Y cuántos barcos son rechazados teniendo que vagar por los mares en medio de todo tipo de necesidades y desesperanzas.

                Basta recordar a los refugiados de África que llegan a la isla italiana de Lampedusa. Recibieron la solidaridad del Papa Francisco, que en esa ocasión hizo las más duras críticas a nuestra civilización por ser insensible y haber perdido la capacidad de compadecerse de la desgracia de sus semejantes. Todas estas personas padecen por falta de hospitalidad y de solidaridad.

                En Brasil, en los periódicos y especialmente en los medios sociales, se desató una fuerte polémica sobre cómo tratar a los haitianos desesperados y depauperados que están llegando a nuestro país. El Gobernador de Acre, Tião Viana, mostró profunda sensibilidad y hospitalidad al acogerlos, hasta el punto de, con los escasos medios de un estado pobre, no poder hacerse cargo de la situación. Tuvo que pedir socorro al Gobierno Central. Pero ha sido insultado por muchos de manera descarada en las redes sociales y en twitter. Aquí nos damos cuenta de cuan inhumanos y sin piedad pueden ser algunos. No respetan la regla de oro universal de no desear ser tratado de esa forma si se encontrasen un día en una situación semejante. Según el notable biólogo Humberto Maturana, tales personas retroceden a un estadio pre-humano, al nivel en el que se encuentran hoy los chimpancés que son societarios pero autoritarios, no siempre practicando siempre la mutualidad.

                En este contexto la virtud de la hospitalidad gana especial relevancia. La hospitalidad, dijo el filósofo Kant en su último libro La Paz Perpetua (1795): es la primera virtud de una república mundial. Es un derecho y un deber de todos, pues todos somos hijos e hijas de la misma Tierra. Tenemos el derecho de circular por ella, de recibir y de ofrecer hospitalidad. Uno de los más bellos mitos griegos se refiere a la hospitalidad. Dos viejitos muy pobres, Baucis y Filemón, dieron acogida a Júpiter y a Hermes que se disfrazaron de andariegos miserables para probar cuanta hospitalidad quedaba en la Tierra. Fueron rechazados por casi todos, pero cálidamente acogidos por esta pareja de viejitos que les ofrecieron lo poco que tenían. Cuando las divinidades se deshicieron de sus trapos y mostraron su gloria, transformaron la choza en un espléndido templo. Los viejitos se prostraron en reverencia. Las divinidades les dijeron que hiciesen un pedido que sería prontamente atendido. Como si lo hubiesen combinado previamente, ambos dijeron que querían seguir en el templo recibiendo a los peregrinos y que al final de su vida ambos, después de tan largo amor, pudiesen morir juntos. Y fueron escuchados. Filemón fue transformado en un enorme carbayo y Baucis en una frondosa morera. Sus ramas se entrelazaron en lo alto y así siguen hasta el día de hoy, como cuentan los que pasan por allí. Y se sacó una lección que pasó a lo largo de todas las tradiciones: quien acoge a un pobre hospeda al propio Dios.

                La hospitalidad exige una buena voluntad incondicional para acoger al necesitado y al que se encuentra en gran sufrimiento.

                Exige también escuchar atentamente al otro, más con el corazón que con los oídos, para captar su angustia y su esperanza.

                Exige además una acogida generosa, sin prejuicios de color, de religión ni de condición social. Evitar todo aquello que lo haga sentir un indeseado y un extraño.


                Es importante dialogar abiertamente para captar su historia de vida, los peligros que pasó y cómo llegó hasta aquí. Responsabilizarse conscientemente junto con otros para que encuentre un lugar donde vivir y un trabajo para ganare la vida. La hospitalidad es uno de los criterios básicos del humanismo de una civilización. La nuestra está marcada lamentablemente por prejuicios de larga tradición, por nacionalismos, por xenofobia y por varios fundamentalismos. Todos estos cierran las puertas a los inmigrantes en vez de abrírselas y, compasivos, compartir su dolor. En este espíritu debe ser vivida y testimoniada la hospitalidad con nuestros hermanos y hermanas haitianos. Aquí se demuestra si somos verdaderamente un pueblo de cordialidad y de acogida abierta a todos, cuánto hemos crecido en nuestra humanidad y mejorado nuestra civilización. 

-Leonardo BOFF/ 9-mayo-14