sábado, 3 de mayo de 2014

CANTO A LA PIEDRA / GARRIDO MALAVER (Editado por A. ORREGO)

“… La piedra,
no es tentada por la soledad
ni herida por el olvido…
Por eso no se inquieta en presencia de la luz,
no teme a la sombra,
no aspira alas para alcanzar al astro y sumergirse
en la infinitud que no le produce ninguna angustia”.

“Lo inmortal, en la piedra,
ha de ser el equilibrio entre forma y esencia;
en tanto que el hombre
su forma, su materia,
prisión es de la luz esencial que el hombre debe libertar
para así consagrar su eternidad eterna”.

“Yo la contemplo y la palpo, simplemente,
con la ilusión de que alguna vez ha de decirme,
en idioma que nadie ha ejercido,
si la eternidad es la suprema verdad de la Vida
o si la Eternidad es Vida de la Muerte”.

“ Y digo lo que digo,
Porque subido en ella (la piedra)    
pude saber que el horizonte en que nací,
era más ancho de lo que me aseguraban mis ojos;
porque subido en ella sentí que me crecía el corazón
hasta rozar la bóveda del cielo…”
“El sueño de la piedra
quizá será su estarse despierta para sí,
mientras que el sueño del hombre
es el ensayo de dejarse a sí mismo, más allá de sus sentidos…”

“Yo tengo devoción por la piedra
porque ella me enseña a liberarme cada día que pasa
sin encontrarme muerto…”
                             ***
“La piedra en esta América nuestra
no es la piedra que se quedó guardando
signos del hombre que murió para siempre;
en ella, está balbuceante, día a día,
en procura de idiomas siderales,
nuestra alma primigenia que supervive a toda muerte,
más de horizonte cada vez…”
(Continúa> Domingo)


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