sábado, 24 de mayo de 2014

¿QUIÉN TRIUNFA EN LA VIDA? / Óscar WILDE

¿Quién triunfa en la vida? –preguntó una voz cansada. Y una respuesta salió de la multitud:
    - El oro.
   Pero el viejo replicó:
   -El oro es estiércol; no es un triunfo, pero sí es derrota, porque es el símbolo de la traición, de la bajeza, de la ruindad. El hombre lo sacó de las entrañas de la tierra para pagar su egoísmo.

   De la multitud salió una voz enérgica, resonante, bravía:
   -En la vida triunfa la espada.
   Mas la cascada voz dijo:
   -Sois demasiado niños. La espada es símbolo de la destrucción, de la propia derrota. La espada que apunta al semejante, que quiere herir al propio corazón. Todos los grandes por su espada, han caído bajo el filo de otra espada.

   Y otra respuesta se levantó de la multitud. Cuatro o cinco dijeron a coro:
   -En la vida triunfa la belleza.
   Pero el anciano exclamó:
   -La ilusión es ciega, estáis en el principio de vuestra vida. Toda belleza es efímera. Toda beldad declina. Toda grandeza acaba. Todo resplandor toca a su ocaso.

   Del seno de la multitud brotó un murmullo que fue creciendo, alcanzando ímpetus de huracán y estalló en un terrible grito como trueno que dijo:
   -Nosotros triunfamos; la multitud triunfa; el pueblo triunfa.

   Pero el viejo estaba impasible y con voz aún más cansada y fría que su propio ser, habló:
   -No sois vosotros, no es la multitud la que triunfa; tras de vosotros están los triunfadores; vosotros sois el arma, sois el instrumento.

   Y él hizo un silencio grande como la calma del mar. La Mirada del viejo escrutaba en el fondo de las almas y en todas leía la duda y la congoja.
   Y levantando su voz dijo:
   -Todos son los que triunfan en la vida, es verdad. Mas todas llevan el germen del triunfo. Los más los desperdician y los aplastan con los pies como la uva en lagar. En la vida triunfan los constantes. Es en vano que iniciéis  vuestro perfeccionamiento sin constancia... Toda obra emprendida sin auxilio vana es, porque será tan sólo un fuego que se apagaría una mañana. La constancia es fuente de sabiduría y de santidad. En la vida existen dos clases de hombres que triunfan: los sabios y los santos, mas éstos son los verdaderos triunfadores porque la santidad es la gran sabiduría. El santo es el hombre sabio porque se ha conocido y se ha perfeccionado, y es el verdadero triunfador.

-Óscar Wilde

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