“… Cuando la piedra, por acción del
hombre,
hecha golpe de sí misma o a golpe de
hierro cotidiano
acepta ser la prisionera de las formas
que la imaginación de luz herida
viene dictando hace milenios
la verdad es que tales formas
son prisioneras de la piedra”.
“La invisible fuerza que atrae a la
materia
para que no se (cada) de la Tierra
es el dominio que la piedra tiene de
sí propia,
en su estabilidad, su presencia en sí,
formando parte y totalidad de sí
misma;
es el dominio que la piedra, por ser
perfección absoluta,
ejerce sobre todo lo creado, capaz de
alguna perfección todavía…”.
“he subido a la piedra para verme y
sentirme
en todo el horizonte de mi oscuro
destino”.
“Si el hombre se adentrara en la
piedra,
sin la sabiduría falsa que lo hace
hombre,
con esplendor de niño sustentado en un
ángel,
sabría que la piedra no es dura ni
fría…
y de ella tomaría tal cantidad de
imágenes
que lo harían el niño de las
eternidades…”
“… bien podría nutrirse de la luz
que la piedra ha libertado del
infinito espacio, para sí;
… las minerales músicas…
que de tan músicas,
han llegado a la armonía incomparable
del silencio;
la claridad se hace agua, viento,
raíz,
mano, canto lágrima, soledad…”
“Pero, el hombre, es aún en forma y
vuelo,
la imperfección vagando entre sus
alas”…
“Si le fuera dado al hombre nutrirse
de la piedra,
como del pan se nutre,
como se nutre de la luz…”
“Con la esencia del verdadero Tiempo
y hasta con la verdad de Dios y su
existencia;
quizá también, si así, el hombre,
llegaría a saberse en sus raíces más
lejanas
para ser algo más que sucesivos
episodios de latidos…”
“Pero, ¡pobre hombre!
no ha encontrado ni ha de encontrar
aún
la manera de valerse de la piedra para
otra cosa
que no sea la prisión de sus propios
sueños…”
“La piedra me enseña que el hombre
No se encuentra en sus huellas ya en
pasado
él se queda, un poco en cada huella;
se queda en todo lo que de él,
presintiendo eternidad,
no es capaz de vivir su eternidad…”
… “con el Tiempo que le falta y que
sólo le será revelado,
cuando llegue a su plenitud, a su
equilibrio,
a la conjugación en presente, de su
esencial esencia…”
(Continúa> Sábado)
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