Oh Señor de mi corazón,
sé todo lo demás
pero nada para mí,
salvo lo que eres.
Sé Tú mi mejor pensamiento
en el día y en la noche,
despierto o dormido,
sea tu presencia mi luz.
Sé mi sabiduría
y mi palabra verdadera.
Permanece siempre conmigo,
y yo contigo, Señor.
Sé Tú mi gran Padre,
y yo tu verdadero hijo.
Permanece en mí,
habitándome,
y yo solo contigo.
Sé Tú, y sólo Tú,
el primero en mi corazón,
oh Soberano del cielo,
tú eres mi tesoro.
Gran corazón
de mi propio corazón,
pase lo que pase,
sé siempre mi visión,
oh Soberano de todo.
--Tradición Celta.
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