martes, 4 de septiembre de 2012

"LA PRESENCIA DE DOÑA MARÍA JULIA": GRATITUD.


REFLEXIONES ÍNTIMAS.
                                       GRATITUD es estar convencido de que, aunque pase el tiempo presuroso o lento, en el esplendor del sol al medio día, en el frescor de un atardecer tranquilo, a la caída de la noche silente y serena, debemos dar gracias a todos los que nos brindaron algo, que quizá no merecíamos, pero igual, nos colmaron con su generosidad oportuna.

   La gratitud nos exige elevar el pensamiento a diario para decir a Dios: muy generoso eres Tú, que nos has colmado con toda tu creación. Nos diste también padres que, no sólo nos dieron la vida, sino su amoroso cuidado y, por todo eso, te decimos hoy con unción: Gracias, Señor.

  Gratitud es esa fuerza interior que obliga al alma al reconocimiento de los amigos que nos tendieron desinteresadamente la mano, y que con su comprensión consiguieron amenguar nuestro dolor. Lo mismo con los que no nos comprendieron, y por eso, también tienen derecho a nuestra gratitud, pues en alguna forma nos enseñaron a entender que en la vida estamos obligados a soportar nuestras angustias y pesares, sin afectar la alegría y la felicidad ajenas.

    Gratitud merecen todos aquellos que vertieron en nosotros su poco o mucho de su saber, para abrir el surco de la cultura en la sociedad sin reclamar prebendas ni halagos, sin exigir altos emolumentos, sino recibir su justo haber. Ellos realizaron su quehacer sin aspavientos ni vanagloria; solamente con amor.

   La gratitud está guardada en el áncora de nuestro corazón, y sale ya en diástole o en sístole del mismo, pero convertido en una dulce sonrisa y una mirada tierna. En una frase parca lleva el sentir de nuestra alma y ella es: Gracias por la felicidad otorgada.

   La gratitud la sienten todos los humanos, y sólo es inasequible para aquellos que están dominados por el orgullo y la soberbia. No piensan que esto les resta la oportunidad de recaudar ayuda desinteresada cuando más lo necesiten. La podrán conseguir sólo humillándose.

   La gratitud no significa sólo quemar incienso de alabanzas a los que nos sirvieron. Ella demanda reconocer profundamente la ayuda y buena voluntad de que nos hicieron objeto.

  -- María Julia LUNA TIRADO.

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