martes, 19 de febrero de 2013

SER DOCENTE EN EL SISTEMA ESTATAL / Kelly Rocío PAREDES T.

Por obra de los "enlaces" en Comunicación, nos ha llegado un mail por el cual nos informamos de una experiencia singular de una profesora que se alista, a pesar de, para este año.

"Soy una docente y como tantos (no todos) muy comprometida en la educación de mis estudiantes.
Elegí esta profesión y vocación que la realizo con muchísimo orgullo; pero esto no me impide que luche por mis derechos; y es un derecho de todos lograr un salario digno. Con esto no estoy diciendo que mi sueldo sea poco; por el contrario, hay empleados que reciben mucho menos. Me estoy refiriendo a la utilización del sueldo para poder trabajar. ¿Qué quiero decir objetivamente?
Yo, como todos los docentes, en mayor o menor medida, disponemos parte del sueldo en el trabajo diario. Ejemplos : Necesito un lapicero para corregir... Voy y compro uno, con mi sueldo. Tengo que forrar el Registro... voy y compro el papel de forrar, con mi sueldo. Necesito papel, carpeta para planificar... La Librería me fía y las pago, con mi sueldo. Las carpetas que faltan para los legajos de los alumnos, las tengo que comprar... con mi sueldo (de 30 sólo cumplieron 13, el año pasado). Ni hablar de las fotocopias (cada dos o tres meses les pedimos a los padres S/ 2.00, el 15% de ellos nos envían el dinero). Las fotocopias son herramientas que ayudan al aprendizaje, sobre todo en el Primer Ciclo (Yo he dado clases en 1er. grado) Así que imagine la cantidad de fotocopias que uso. ¿Qué hago? Vuelvo a pedir fiado a la Librería y saco las copias... con mi dinero.
Tengo más ejemplos. Pero claro, tal vez estén pensando ¿para qué gastan tanto? Les respondo : Un médico no puede operar sin un bisturí. Yo no puedo corregir una tarea sin lapicero. La diferencia : al médico le compran el bisturí. El abogado te cobra antes el derecho de trámite para elevar un documento. Los docentes para enviar un Informe, para planificar no cobramos a nadie, gastamos de nuestro sueldo para dichos trámites. El empleado bancario, cuando se le termina la tinta de su impresora, le avisa al gerente o al responsable para que la repongan inmediatamente. Si yo necesito tinta y como no tengo a quien avisarle, me voy en apuros a "MKN" y compro los cartuchos, con Tarjeta. El sueldo no me da para tanto. Cuando un médico o un ingeniero necesita un papel importante, levanta al interno y se lo solicita a su secretaria. Yo no tengo secretaria ni en casa ni en la escuela; por lo tanto me encargo de buscarlo en mi armario compartido. Cuando a una persona no le gusta cómo lo atendió su médico ¿qué hace? Da media vuelta y se va, cambia, o sólo baja la cabeza si sigue con el mismo profesional. Cuando yo llamo a un padre de familia por problemas de conducta o aprendizaje de su hijo, la mayoría de las veces, recibo insultos, me culpan, me amenazan... !Ni les cuento los problemas sociales! Mi escuela (disculpen que llame mi escuela, pero es parte de mi vida y me ocupa muchas horas de trabajo. Por la mañana doy clases y por la tarde corrijo cuadernos de tareas o de clase, planifico, recorto fotocopias, preparo informes, cierro el registro, completo libretas, etc.) Mi escuela, si bien está en una zona céntrica admite a alumnos de barrios periféricos con muchísimos problemas : hambre, frío, falta de padres, abandono, violaciones, maltrato, dificultades de aprendizaje por lo antes descrito y nosotros, los docentes, tenemos que cargar también con este aspecto. ¿Por qué? Porque además de maestros, docentes, pedagogos o como quieran llamarnos, somos seres humanos y nos duele, y mucho, ver tanto sufrimiento en personitas tan inocentes que no entienden por qué les está pasando eso. Muchas veces llegan llorando o tristes (tal vez no comieron la noche anterior o el padre les pegó o les dolía la barriguita o tenían fiebre y la mamá los mandó igual a la escuela). Entonces, ¿qué hacemos? Nos transformamos en psicólogos, en mamás, en médicos para salvar la situación. Yo siempre les digo a mis alumnos : "Tengo dos hijos en mi casa y treinta en la escuela", Y así lo siento. Hay veces que descuido a mis hijos, mi hogar por preocuparme por mis alumnos, por prepararles un regalito para el inicio de clases, para Pascuas, para el día del niño, para el final del semestre, su fiestecita de 10 minutos en su cumpleaños. Y así tratamos de cubrir sus carencias de amor, de padres desinteresados de la educación de sus hijos, que cambian un cuaderno por cualquier otra cosa banal  y más cara, por cierto. Muchas veces las docentes terminamos comprando los cuadernos para algunos alumnos, se los forramos, etiquetamos, follamos y hasta les hacemos la portada. Ahora, con una mano en el corazón (como se dice normalmente), ¿les parece que nuestra lucha es injusta?. Sólo pedimos al Gobierno un esfuercito más para este sector y los afines. (Tal vez no le sea fácil; pero hay cosas sin sentido en las que invierte, como el sueldo de los funcionarios : sueldo de por sí elevadísimo + viáticos+ desarraigos sin son de fuera, etc. Sólo un esfuercito, porque a veces entre los que vivimos a diario en la escuela, más el poco reconocimiento de la gente y del Gobierno, terminamos con licencias de todo tipo (no justifico a los docentes que piden licencia por cualquier motivo, hasta por un dolor de uña, eso no lo acepto ni comparto), estamos estresados, tristes. Sólo el amor que nos brindan nuestros alumnos nos hace ver la mañana, la vida de otra manera. Nos reconforta y seguimos.
En fin, no les canso más. Sólo quería contarles cómo son los días de un docente, cómo disponemos de nuestro sueldo para poder ejecutar nuestra noble profesión, cómo al escribir este mail, se me llenan los ojos de lágrimas porque no nos escuchan, no nos ven. No saben... No nos entienden. No entienden la profesión de ser docentes.
- Kelly Rocío PAREDES TAMAYO, Licenciada en Educación, Lengua y Literatura.
mikellyk@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario