BESOS
Y COPOS DE NIEVE
En uno de los salones, Papier se encuentra
rodeado por Milun, Alysse y lod demás que luchan por la causa de Arturo.
“Así que me perdí de toda la acción”/
exclama Papier boquiabierto.
Milun asiente.
“Estoy seguro que pronto escucharemos de
ellos”.
Columbio aprieta el puño.
“Pero esta vez recibirán su merecido”.
Janice toma la mano de Columbio.
“Cálmate querido”. Voltea su mirada hacia
Papier. “Y dinos, ¿dejaste algún amor en Crystland?”
Papier sonríe.
“De ninguna manera. El amor no está hecho
para mí”.
“Conozco esa sonrisa”/ responde Flere.
Alysse se cruza de brazos.
“La que debe estar entusiasmada de tu
regreso es Rebeca”.
Papier ensancha los ojos.
“Creo que esta reunión ha concluido”/
observa Milun.
Salen. Flere se acerca a Papier.
“¿Estás seguro que no tienes nada que
decir?”
Papier se lleva la mano a la cabeza.
“¿Es tan difícil de aceptar que durante este
tiempo solo me dediqué a mis labores?”
“No, pero se me hace muy extraño tu súbito
regreso cuando parecías estar muy feliz allá”.
Papier baja la mirada.
En el corredor, Roger espera que Pedro esté a
solas y se le acerca con una nota en la mano.
“¿Y esto?”
Pedro recibe la nota y lee.
“Viene del circo”/ exclama él.
En su habitación, Casey observa su reflejo
en el espejo. Miccael ingresa.
“Me informaron de tu regreso”.
Casey asiente repetidamente.
“Así es y no sabes lo bien que me ha hecho
estar lejos”.
Miccael luce sorprendido.
“No me hagas caso. ¿Qué ocurre”/ agrega
Casey.
“Se trata de la Señora Caprise. Le hice
saber que viajaría. Necesito de tu apoyo”.
Casey sonríe.
“Está bien, pero es necesario que averigues
algo por mí”.
Miccael asiente.
En sus recámaras, la Reina Beatriz se reúne
con la modista. Lleva puesto un vestido plateado.
“Su Majestad, lucirá despampanante en su
aniversario de bodas”.
La Reina asiente.
Papier entra y se deslumbra al verla.
“Majestad. Creo que mis ojos no soportan
tanta belleza”.
“Conde, extrañaba vuestra simpatía”/
responde la Reina.
La modista sale.
Papier aclara su garganta.
“Está demás decirle que cuenta con la
admiración de todos en vuestro reino”.
“Crystalnd…siempre está conmigo”.
“Me dijeron que el Rey quería verme, pero no
he logrado dar con él”.
La Reina sonríe.
“Últimamente el Rey ha encontrado la caza
como pasatiempo. Le haré presente su visita”.
Papier asiente sin quitarle la mirada.
“Espero se divierta mucho esta noche,
Conde”/ agrega la Reina.
Papier hace una venia y sale.
“Nuevamente ese extraño latido en mi
corazón”/ dice para sí.
En eso Rebeca se acerca. Papier la mira
sorprendido.
La Señorita Pía y Broderick dan indicaciones
a Alysse y a los demás criados. Milun observa a Alysse. Pedro se acerca.
“Solo puedo contar contigo”/ dice él.
Milun luce sorprendido.
Pedro extrae de su bolsillo la nota.
“Camil me la ha enviado. Cree que esta
adivina sabe cómo encontrar a Clara”.
Milun toma el papel y lee.
“Solía trabajar en el circo. Debo acudir
cuanto antes”/ agrega Pedro.
“Conozco esta ciudad. Está a una horas de
aquí”.
“Esta noche será la ocasión perfecta”.
Milun niega con la cabeza.
“Me es imposible acompañarte con esto del
aniversario”.
“Iré solo. Necesito que los demás no
sospechen, sobre todo Flere”.
Milun lo observa boquiabierto.
“Podría ser peligroso para ti”.
Pedro respira hondo.
“¿Hasta cuándo todos dejarán de tratarme
como un niño”/ exclama él.
“Está bien. ¿Pero por qué quieres mantener a
Flere al margen de todo esto? Pensé eran amigos”.
“No está de acuerdo conmigo. Creo que pierdo
mi tiempo”.
“Entiendo”/ responde Milun.
En el pasillo, Rebeca no le quita a Papier
la mirada de encima.
“Hasta que finalmente se atreve a dar la
cara…”/ exclama ella.
Papier frunce el ceño.
“Antes de partir no hacías más que vitarme.
¿Bajo qué fundamento te expresas hacia mí de esa manera?“
Rebeca ensancha los ojos.
“Nuestro Conde ha de haber encontrado algo
muy interesante que lo mantuvo ocupado todo este tiempo”.
“Veo tu fastidio, mas no pienso darte
ninguna justificación de mis acciones”/ responde Papier con determinación.
Rebeca asiente.
“Ya veo… después de todo no me equivoqué con
usted”.
“Soy lo que soy. Concuerdo con vuestro
pensamiento”.
“¡No es más que un cínico!”/ grita Rebeca.
Papier se acomoda el sombrero y camina de
largo. Rebeca acude detrás de él, pero en eso Casey la toma del brazo con
fuerza.
“¿Cómo habéis atrevido a usurpar tu
identidad?, Señorita Dana”.
Rebeca permanece inmóvil.
En el vestíbulo, Alysse y Milun se
encuentran.
“Luces muy atareada. Espero tengas la
oportunidad de disfrutar esta noche”/ dice Milun.
Alysse respira hondo.
“Con todo lo ocurrido, no me queda más que
disimular”.
“Lo haces muy bien”.
Milun acaricia el rostro de Alysse. Alysse
baja la mirada.
“Lamento quitarte tu tiempo”/ agrega Milun.
Alysse sonríe.
“Te veré esta noche”.
Milun asiente.
Alysse camina. La Señorita Pía se acerca a
Milun con ojos de hormiga.
“¿Pero cuál es tu juego”/ exclama ella.
“Si te refieres a Rebeca…”
“No lo niegues. Estoy más que segura que
algo se traen”.
Milun sonríe.
“Solo te diré que el que burla, al final
sale burlado”/ dice la Señorita Pía con tono enfurecido.
“Extrañaba oírte así”.
La Señorita Pía se marcha.
En el pasillo, Rebeca intenta zafarse.
“Don Casey, no sé de lo que me habla”.
Casey se ríe.
“Y
todavía tienes el descaro de negarlo. Tomaste mi emblema y fuiste a ver a mi
mujer haciéndote pasar por una narradora”.
Rebeca respira hondo.
“Está en un error. Todo este tiempo sólo me
he dedicado a mis labores domésticas”.
Casey libera el brazo de Rebeca.
“Estuviste fuera unos días. Pero como no
quieres colaborar con la verdad, en este mismo momento haré que te echen de
Palacio”.
Rebeca se arrodilla.
“Se lo suplico, no lo haga”.
“No hay manera”.
Rebeca voltea llena de temor.
“Está bien, se trata de la ‘Reina”.
Casey luce sorprendido.
En sus recámaras, la Reina Beatriz se coloca
el collar de diamantes.
Alysse y janice sonríen.
En su habitación, Casey observa el documento
de compra del collar y golpea el escritorio con su puño. Rebeca lo observa
asustada.
“Maldita sea la Reina…”/exclama Casey.
“Don Casey, se lo suplico, permanezca
calmado”.
Casey sonríe.
“Es lo que he hecho desde que puse pie aquí.
Pero esta noche desenmascaré a esa golfa”.
“No es el momento. Sería su palabra en
contra de la Reina”.
Casey se acerca a Rebeca amenazante.
“Por su culpa mi mujer está tras las rejas.
Moveré cielo y tierra hasta que todos comprueben la verdad”.
Rebeca se toma de las manos.
“Si tan solo hubiera la manera de demostrar
que la Reina se atrevió a hospedar a su amante todo este tiempo”/ dice ella.
Casey toma a Rebeca del cuello.
“Me pregunto, ¿Cuál es tu interés con todo
esto?”.
Rebeca hace a un lado la mano de Casey.
“Justicia”/ grita ella.
Momentos después, en el patio inferior, un
carruaje espera por Pedro.
En eso Flere y Roger se acercan.
“Jamás te perdonaré por perderme el baile de
la Reina”/ dice Flere.
Pedro los mira muy sorprendido.
“¿Qué hacen ustedes aquí?”
“Vinimos a acompañarte”/ responde Flere.
Roger asiente.
“¿Pero cómo Milun se atrevió a
traicionarme?”/ exclama Pedro.
“No creo que pedir ayuda por un amigo sea
traición”.
Pedro niega con la cabeza.
“Debes entender que cuentas conmigo a pesar
de no estar de acuerdo algunas veces”/ agrega Flere.
Flere y Roger entran en el carruaje. Pedro se
encoge de hombros.
En el salón de bailes, el Rey y la Reina
realizan su tradicional baile ante los aplausos de los presentes. Alysse
aplaude efusivamente. Milun la observa.
Papier aplaude como hipnotizado. A su lado,
Janice mira a todos lados.
“Me pregunto, ¿dónde estará Flere?”
“Estuvo por aquí hace un momento”/ responde
Columbio.
Los músicos tocan otra melodía. Columbio lleva
a Janice hacia la pista de baile.
Milun observa a Alysse y se imagina bailando
con ella.
“¿Y por qué no?”/ dice Milun para sí.
Milun se acerca a Alysse, pero Papier se
adelanta.
“¿Bailamos?”/ pregunta Papier.
Alysse asiente y toma la mano de Papier. Milun
se detiene.
Papier gira a Alysse.
“Veo que dominas más tus movimientos”/
exclama él.
“En su ausencia pasaron muchas cosas”.
Casey ingresa y dirige su mirada hacia la
“Reina. Miccael se le acerca.
“Afortunadamente la Señora Caprise creyó mis
palabras”.
Casey asiente.
Entre los invitados una elegante joven de
silueta de avispa y largas cejas se acerca a Miccael.
“He oído hablar de usted. Pensaba que andaba
de viaje”/ dice ella.
Miccael la mira sorprendido.
“Soy la Condesa de Jesti”.
Miccael besa su mano.
“Encantado”.
“Pierda cuidado. Diré que jamás lo vi por
aquí”.
Miccael sonríe.
“Disfrutando de esta velada”.
La Condesa asiente.
“No es mi lugar favorito, pero…”
“¿Vino acompañada?”/ exclama Miccael.
“Podría decirse que sí”.
Miccael extiende su mano.
“¿Gustaría bailar?”
La Condesa mira hacia la pista de baile.
“No dispongo de mucho tiempo. ¿Por qué mejor
no me muestra el Palacio?”
Miccael luce sorprendido.
Pedro, Flere y Roger caminan por uno de los
barrios más descuidados de la aldea de Chandler.
“¿Estás seguro que es aquí”/ exclama Flere.
Pedro se detiene frente a una puerta y observa
la nota nuevamente.
“Por lo que Milun me indicó, hemos llegado”.
“No me gusta para nada este lugar”/ observa
Flere.
Pedro golpea la puerta. La puerta se abre por
sí sola.
Roger retrocede.
“¿Hay alguien aquí”/ grita Pedro.
“¡Adelante!”. Se escucha la voz afónica de
una mujer.
Pedro, Flere y Roger ingresan a una
desordenada habitación iluminada por muchas velas. La sombra de una mujer con
las manos sobre la mesa toma forma. Pedro avanza hacia ella.
“Busca a Aída, la adivina”.
El rostro algo arrugado de la mujer se revela. Lleva el cabello recogido con un
paño.
“Viniste a mí en el mejor momento”.
Pedro agacha la cabeza.
“Necesitaba verla cuanto antes”.
Aída observa detenidamente a Flere y a Roger.
“Cuánta oscuridad detrás de esa máscara”/
comenta Aída.
Roger toma la mamo de Flere.
“Mis amigos. Están aquí por mí”/ responde
Pedro.
“Y usted está aquí por una muchacha, una
joven muchacha”.
Pedro luce sorprendido.
En el salón todos brindan en nombre del Rey
y la Reina. Casey bebe de golpe. Alysse se le acerca.
“Has estado callado desde tu regreso”/ dice
ella.
Casey sonríe.
“Si crees que mi visita a Britta tiene algo
que ver te equivocas”.
“¿Entonces?”
“Simplemente no deja de sorprenderme la
ceguera en la que todos hemos ca’[ido”.
Alysse baja la mirada.
“Veo que Britta ha tratado nuevamente de
convencerte”.
“Alysse querida. Espero Milun esté contigo
cuando abras los ojos”.
Casey se marcha. Milun se acerca a Alysse.
“Creería haber escuchado mi nombre”.
Alysse niega con la cabeza.
“Luciste espectacular en la pista. Vuestros
pies no han defraudado”/ agrega Milun.
Alysse sonríe.
“Necesito pedirte algo”
“Adelante”/ responde Milun.
“Me preocupa mucho Casey. Temo el ver a
Britta lo ha afectado bastante”.
Milun baja la mirada.
“Te pido cuides de él. No es mala persona”/
agrega Alysse.
“Veré qué hago”.
Alysse toma la mano de Milun.
“Gracias por ser buen amigo”.
Alysse se marcha.
“Amigo”/ balbucea Milun para sí.
En su habitación, Miccael acaricia el rostro
de la Condesa de Jesti quien descansa sobre su pecho.
“Es usted muy bella”/ exclama él.
“Y usted muy buen amante”.
Miccael sonríe.
“Una de las cualidades de no haber crecido
noble”/ agrega la “Condesa.
“Aun así, por mis venas corre la misma
sangre del Rey”.
La Condesa se levanta y se coloca el vestido.
“Además eres muy gracioso…”
“Pero ¿adónde vas?”
“Debo darme prisa. Mi esposo se debe
preguntar dónde me he metido”.
“¿Esposo?”
“El Conde de Jesti. Deberías aprender más
del linaje”.
Miccael permanece boquiabierto.
“Pero ¿te atreves a…”
“¿Usarte?’/ responde la Condesa con una
amplia sonrisa. “Por lo que me dijeron, discreción es una de tus cualidades”.
Miccael niega con la cabeza.
“Me olvidaba”.
La Condesa arroja unas monedas sobre la cama y
sale.
Aída revela siete cartas sobre su mesa.
Pedro observa confundido.
“Veo oscuridad, animales…muerte”.
“Debo encontrar a Clara. Dígame dónde se
encuentra”.
La adivina recoge las cartas.
“No se puede hallar a quien no quiere ser hallado”.
“Debe haber una forma”/ suplica Pedro.
Aída extiende su mano hacia Pedro.
“Mano izquierda”.
Pedro observa a Aída acariciar la palma de su
mano. Aida cierra los ojos y de golpe retira su mano.
“Es terrible. Será mejor que vuelvas a
casa”.
“Pero…”/ balbucea Pedro.
“No hay nada que pueda salvarla”.
Flere se acerca.
“Necesitamos saber su paradero. No hemos
venido a oír malos presagios”.
Aída se levanta de su asiento.
“No oculto la verdad. Nada me costaría
revelar lo que he visto”{.
Pedro baja la mirada.
“Jamás podría dormir tranquilo, al saber el
daño que sufre esa muchacha. Sea lo que sea dígamelo”.
Aída golpea la mesa.
“Muchacho ingenuo. Una taberna, vuestra dama
se encuentra en una taberna, rodeada de borrachos, suciedad y…peligro”.
“Una taberna…debemos ir por ella”.
“Cálmate”/ exclama Flere.
Pedro saca de su bolsillo unas monedas de oro.
“Jamás cobraría a los amigos de un amigo”/
dice Aída enfadada.
Pedro se inclina hacia ella.
“Muchas gracias”.
En la calle, Flere y Roger rodean a Pedro.
“Necesitamos ir por los otros”/ observa
Flere.
“No hay tiempo; para la mañana ya han de
haberse marchado”
“¿Acaso piensas ir de taberna en taberna?”
“Lo haré así sea necesario”/ responde Pedro
con determinación.
Flere asiente.
“iré contigo”. Voltea su mirada hacia Roger.
“Ve e informa a los demás”.
Roger baja la mirada.
En su habitación, Milun toma una cantimplora
dispuesto a beber.
“No lo haré”/ dice para sí.
En eso, entra Rebeca cubriéndose el rostro.
“No sabes lo terrible que ha sido…”
Rebeca descansa su cabeza en el rostro de
Milun.
“…El muy cínico se atrevió a admitir que
sólo jugaba conmigo”.
Milun la abraza.
“No le hagas caso. Eres muy bella persona”.
Rebeca mira a Milun fijamente.
“¿En verdad lo soy?”
“Claro que sí”.
“Demuéstrame que es verdad. Hazme tuya”.
Milun luce sorprendido.
“No podría. No deseo hacerte daño”.
Rebeca besa los labios de Milun.
“Qué importa. Ya no existe nada más que me
lastime”.
Milun la aparta. Rebeca toma la cantimplora y
bebe.
“Si es por Alysse…pierde el tiempo con
ella”.
Milun baja la mirada. Rebeca extiende la
cantimplora hacia él.
“Nadie tiene por qué enterarse”.
Milun recibe la cantimplora y bebe de golpe.
Rebeca sonríe.
En su habitación, Papier se dispone a
descansar. Un criado llama a la puerta.
“Mensaje para usted, de Crystland”.
Papier asiente y recibe la carta. Luego de ver
el nombre del remitente la arroja en un cesto donde otras cartas esperan ser
leídas por él.
DE MI ÁLBUM
(Jordanien)
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