lunes, 1 de junio de 2015

VERSOS DE "EL TIEMPO Y LA ESPERA": RETIRO ESPIRITUAL EN EL CERRO DE SANTA TEREZINHA / Pedro CASALDÁLIGA



Respiro a Dios.
                      El cerro, como un novio,
se ha vestido de flores sertanejas,
porque la madre noche ha derramado
sus plácidas vasijas
sobre el programa cierto de noviembre.

El aire amanecido
                     --la brisa del profeta—
visita mis pulmones.
                        ¡Dios sea bienvenido!
El campo huele auténtico
Olor de Dios me llega.

El sol me arropa, tibio,
la espalda caminante, cerro y Carmelo arriba.

Las olas de los montes que modeló Su Mano
cubren de paz mis ojos vespertinos.
Escribo “Paz”, sobre la arena húmeda,
sobre la carne frágil de esta Tierra en combate.
Firma de paz, el río, certifica el encuentro
y sigue su camino hacia la mar lejana.

Un pájaro me canta: “Bem-te-vi”.
¡Él, Él, me ve, mejor que yo me veo!

Abro mi cruz, mis brazos,
a todo lo que venga.
Sé que también me espera la jornada de Elías…

Pero ahora, hermanos, respiro a Dios, lo huelo a campo abierto.
Y callo, bajo el sol de su presencia,
como un niño dormido.

Ahora Dios me abraza enteramente.

1 comentario:

  1. En términos Kierkegaardianos diríamos que Casaldáliga escribe en "indicativo", mientras los demás escriben en "subjuntivo" o en "condicional": "quisiéramos" o "querríamos que algo "fuera" o "fuese", cuando en él "es" --y lo respalda con todo su vivir-- (José María Velarde, autor del Prólogo). Suerte que lo tenemos vivo en un rincón de Brasil.

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