martes, 3 de abril de 2012

"LA PRESENCIA DE DOÑA MARÍA JULIA": NIEBLA.

REFLEXIONES ÍNTIMAS....
                                                                  OPACO SE vuelve el día. Se anuncia una visita inoportuna: la nostalgia acompañada de la niebla.
   Huyendo, el vagabundo andar nos lleva hasta la playa. Lecho enorme. Se nos antoja inhóspita, anonadante.
   Hay un rumor de besos: serán las olas que humedecen las arenas.
   Caminando al azar, el viento nos susurra su mensaje.
   Perfiles indefinidos, fantasmas, sombras imprecisas. Todo un mundo, un universo subjetivo, surge de improviso.
   La niebla crece; el alma se agosta. Avanzamos errantes y nos sentimos reducidos a la nada. Soledad. La niebla nos envuelve. Nos encierra en nuestros pensamientos. Mariposa que aletea el pasado, barco que abandonamos porque encalló antes de emprender la travesía.
   Niebla gris. Austero color; nos ivitas a meditar. De pronto surge una luz. Fluorescencia marina o ilusión que quisiéramos revivir, para tenerla nuievamente con nosotros.
   Barcarola, para tirarla en la playa. Esperemos que pase la noche y llegue la aurora suave y serena.
   Barcarola ilusionada. Nacida de la niebla. No eres azul; tu gris no da alegría. Niebla, tu coraza es como la muerte. Y en vida das dolor, nostalgia. Niebla.
                                        -- María Julia LUNA TIRADO DE CIUDAD.

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