ESTÁ BIEN que
el hombre se complazca de las comodidades del siglo XX y su civilización, pero
antes de compadecernos de quienes vivieron en el pasado debemos detenernos a
pensar en cuáles de las conveniencias actuales son realmente nuevas.
Los cretenses que vivieron hace millares de
años contaban con acueductos y sistemas de alcantarillado muy similares a los
nuestros.
Tampoco son cosa muy nueva, que digamos,
nuestras grandes carreteras de hoy que ascienden colinas y descienden a valles
sin interrupciones en el terreno. Los viejos incas y los romanos contaban con
carreteras tan llanas como las nuestras, pero mucho más sólidamente construidas
y permanentes.
Appius
Claudius Crassus fue uno de los constructores más grandes de la historia
romana. Sus grandes obras públicas fueron hechas mucho antes del primer
emperador romano y continuaron en uso durante siglos después.
El nombre de Crassus ha llegado hasta
nosotros en el nombre de una de las rutas más famosas del mundo, la Vía Apia.
Aún se transita por ella.
Este camino iba, originalmente, de Roma
hasta Terracina; después fue extendiendo hasta Capua, cerca de Nápoles.
Finalmente se extendió a todo el largo de Italia. La Vía Apia, al igual que la
mayoría de las carreteras romanas, se construyó primero que nada para facilitar
el movimiento de soldados de un lugar a otro. Al principio otros usos eran
principalmente accidentales pero en épocas posteriores fueron vías de tránsito
para turistas y público en general más que para soldados.
Crassus construyó sus carreteras con
superficie dura por dos razones: para facilitar el tránsito a pie y para darle
permanencia. La caballería marchaba siempre al margen de la carretera, puesto
que el pavimento duro dañaba los cascos de los caballos.
Las carreteras romanas se construían con
cuidado escrupuloso. Se cavaba primero una ancha zanja que se rellenaba después
con arena o pilotes enterrados en la tierra. Sobre esta base se echaban piedras
sobre las cuales se vertía cemento y, más arriba, una capa superficial de
piedra picadas combinadas con concreto. Sobre esta última capa se colocaban
grandes losas cuadradas unidas cuidadosamente con concreto. ¡No en balde están
aún en uso!
Crassus fue también el primero en construir
un gran acueducto para llevar agua Roma desde una corriente montañosa situada a
16 kilómetros de distancia de la ciudad. Fue este el primero de los grandes
acueductos romanos y todos los que vinieron después le tomaron como ejemplo.
Tenían un declive de 0.6 metros para cada 1.6 kilómetros que permitía al agua
correr ininterrumpida hacia la ciudad al tiempo que proveía la presión
suficiente para alimentar fuentes públicas.
Crassus nació, poco más o menos, en el año
350 A.C. Y murió, también poco más o menos, en el año 275 A.C. Fue, además,
destacado líder público romano y fue elegido para ocupar distintos cargos
electivos, entre ellos el de censor. Los censores romanos tenían a su cargo las
obras públicas y de aquí el interés de Crassus en acueductos y carreteras.
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