A LA VIRGEN
DE LA EPIFANÍA
Del Oriente,
del Mar, del Mediodía,
¡todas las
gentes hoy ganamos puerto
--caravanas
de Dios por el desierto,
de su
querencia--, en esta Epifanía
del Verbo
consagrado en Ti, María,
y en el
Sacramento de humildad cubierto!
Doblada el
alma y el tesoro abierto,
ganamos hoy,
por fin, la teofanía
del Sinaí
velado en mansedumbre
y al aire de
tus brisas apagado:
el rostro del
Señor, sobre tu cumbre:
la Nueva Ley,
grabada en la sencilla
Presencia de
un infante recostado
Sobre este
Sinaí de tu rodilla.
EPIFANÍA
¿Sólo para
los tres Magos
esa tu
palabra inmensa?
¿Sólo esos
tres vasallos, Rey…?
¡No malgastes
la estrella!
Que se
congreguen en tu gruta
todas las
caravanas de la tierra.
Llama a las
del Oriente entumecido
--que trajo
las primeras
y en la hora
del alba--. Al Occidente
llámalo…como
si no estuviera.
¡Todas a Ti,
aunque se turbe Herodes!
(¿No quieres,
Madre, que tu Fruto sea
para todos,
como el de
Eva…?)
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