lunes, 19 de enero de 2015

HOMBRES DE CIENCIA: HIPARCO DE RODAS O NICEA


La mayoría de la gente cree que con anterioridad a Copérnico (1473-1543) todos los hombres instruidos del mundo, con excepción de unos cuantos científicos excéntricos, creían que el Sol giraba en torno a la Tierra.

   En realidad, la idea correcta del Sol como centro de nuestro sistema planetario es concepto científico mucho más antiguo. Fue, que se sepa, expuesta por primera vez por Aristarco de Samos, matemático y astrónomo que vivió unos 250 años antes de Cristo.

   La generalidad de la gente había creído siempre –y, en verdad, lo creyó hasta bien recientemente –que el Sol giraba en torno a la Tierra. A esta idea se le conoce en astronomía con el nombre de “sistema toloméico”.

    Pero así como el concepto heliocéntrico en 18 siglos anterior a Copérnico, el concepto toloméico es mucho más viejo que Tolomeo, astrónomo de Alejandría que dio su nombre a tal concepto.

   Fue por primera vez expuesto científicamente en Babilonia, pero en la civilización occidental lo fue por HIPARCO DE RODAS, el astrónomo tal vez más preciado de nuestra historia.

   Nadie sabe la fecha de su nacimiento: unos dicen fue en 160 A. C. y otros en 145 A. C.  Murió alrededor del año 125 A. C.

   Nació en el Asia Menor y vivió la mayor parte de su vida en la isla griega de Rodas y en la ciudad greco-egipcia de Alejandría, el mayor centro de cultura de la edad antigua.

   Sólo queda un fragmento de sus papeles; un comentario sobre los trabajos de otro científico, pero aún así mucho sabemos de él, por lo mucho y muy efusivo que sobre él, Tolomeo e historiadores y geógrafos como Estrabón.

   Hiparco inventó la trigonometría.  Fue el primer catalogador de estrellas, enumerando casi mil soles en el universo.  Trabajaba todo el año.  Utilizaba una esfera celestial para cartografiar los cielos.

   Trató de las aparentes irregularidades en los movimientos de los planetas especialmente de ese misterioso llamado “retrogresión”, en virtud del cual parecen retroceder en sus órbitas. No hacían tal cosa, aseguró Hiparco, sino que parecían hacerlo por causa de la posición de nuestra plataforma de observación, la Tierra.

   Más asombroso aún: Hiparco inventó la longitud y la latitud, las divisiones lineales de un círculo de 360 grados, que hicieron posible trazar buenos mapas.  La división del día en 24 horas de igual duración.

   Hiparco fue el “mensajero” que llevó la ciencia caldea, o babilonia, a la civilización griega haciéndola, de esta forma,  llegar a nosotros. Muchos historiadores de los progresos científicos aseguran que la mayor parte de la astronomía de Tolomeo y de científicos posteriores fueron principalmente elaboraciones sobre los conceptos o teorías de Hiparco.

   Por sobre todo esto, Hiparco es tal vez mejor recordado por su refutación de la teoría heliocéntrica del sistema solar. De haberla aceptado, 1800 años antes de Copérnico, el curso de la civilización científica occidental habría sido muy distinto.

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