miércoles, 1 de octubre de 2014

CONTROLAR TEMPESTADES (APORTAR CALMA A LOS DEMÁS) / Rafael SANTANDREU


DE "EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA" 

Santandreu, en la actualidad, dedica buena parte de su tiempo a la formación de médicos y psicólogos, y a la divulgación a través de medios de comunicación como la revista Mente Sana, de la que ha sido redactor.

Un hombre viajó a Chelm a fin de pedir consejo al rabino Ben Kaddish, el más sabio de todos los rabinos del siglo XIX.
-       Rabino – preguntó el hombre-, ¿dónde puedo encontrar la paz?
El religioso lo miró y dijo:
-       ¡Rápido, mira detrás de ti!
El hombre dio media vuelta y el rabino Ben Kaddish le dio en la nuca con un
candelabro.
-       ¿Te parece suficiente paz? – le dijo ajustándose su yarmulke [casquete].

En esta parábola se hace una pregunta absurda. No sólo es absurda la pregunta, sino también el hombre que viajó a Chelm para hacerla. ¿Por qué fue a molestar al rabino? ¿Acaso el rabino no tenía suficientes problemas?
La moraleja de este cuento es que este hombre no tiene mejor que hacer que vagabundear y poner nerviosa a la gente. Por ello el rabino le golpea en la cabeza, algo que, según la Torah, es uno de los métodos más sutiles de demostrar interés.
En una versión similar de este cuento, el rabino salta encima del hombre en un estado de frenesí y le graba la historia de Ruth en la nariz con un estilete. Este cuento fue escrito por un joven Woody Allen en la década de 1960 y fue publicado en la revista The New Yorker. En él emplea como mecanismo humorístico el surrealismo, al estilo de los hermanos Marx.

Tanto el humor como el surrealismo son dos herramientas magníficas para combatir las neuras de los demás… porque estamos tan neuróticos que cada vez más es más importante saber convivir con las “neuras” ajenas, sin contagiarse de ellas.

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