25 de Julio
El final de un viaje de aventura y fascinación a
través de una selva tropical y volcanes activos, lagos y bosques con exuberante
vegetación, extraordinarias especies de fauna y flora y una población hospitalaria
y amable, terminó en Costa Rica.
Costa Rica
Es uno de los países más desarrollados de América Latina.
Cuenta con un sólido y estable sistema democrático, sin problemas de
agitaciones políticas y dictaduras, la lacra de los países centro y sudamericanos;
sobretodo la cultura política ha alcanzado niveles civilizados. Desde
1950 carece de un ejército profesional y el canon militar lo emplea en
educación y salud. El analfabetismo de 4,2%, es el más bajo entre los países
del tercer mundo, después de Cuba con sólo 3%. El
90 % de su energía lo obtiene de fuentes regenerativas. Costa
Rica ha logrado combinar la protección de la naturaleza con el empleo de los
recursos naturales de la selva tropical creando el turismo ecológico; el 27% de
la tierra está bajo el control del Estado. Los
habitantes han sido incluídos en el proyecto de la preservación de la selva
tropical y de los bosques mediante una renta estatal para evitar que se vean en
la necesidad de explotar los recursos de la naturaleza.
El contacto directo con la naturaleza y un
cuidadoso turismo premia al visitante con la oportunidad de alojarse en medio
de la selva tropical para experimentar el dinamismo de la vida en la selva. Según
una encuesta a nivel mundial hecha por la encuestadora « Gallup » en
diciembre de 1912, los costarricenses son los habitantes más felices de la
tierra.
Costa Rica es la primera productora de los
plátanos “chiquita” para la exportación, famosos en Europa. En Costa Rica hay
mucho más que ver y descubrir.
El 6 de diciembre (2014), dejamos Granada con
dirección a Costa Rica; después de 270 Kilómetros de viaje, llegamos a
Monteverde, una región de bosques cubiertos por niebla. La Reserva de
Monteverde fue fundada en 1972 por un grupo de “Quáqueros”, una secta
protestante de origen inglés que inspiró a Max Weber en 1804 su famosa obra
sociológica : « El capitalismo y la ética protestante », cuya
tesis es que el protestantismo es una religión de desarrollo económico mientras
que el catolicismo es más humanista; su argumentación lo basa en la
teología protestante sobre la “predestinación”. La
Reserva Monteverde fue creada para proteger la selva tropical a lo largo de la
cordillera de Tileran. Esta zona privada se encuentra entre 800 y 1,800 metros
de altura y hospeda más de 2,500 especies de plantas y una gran cantidad de
animales mamíferos, aves, reptiles y anfibios, como el mapache, el tapir y el
oso hormiguero. Una experiencia en un «mundo
de las maravillas» en medio de exuberantes helechos, musgo y árboles gigantes.
Una vivencia increíble en medio de sonidos y ruidos típicos de la selva
tropical.
Continuamos hacia la Reserva Santa Elena, 25
kilómetros de Monteverde. Una verdadera aventura el caminar en lo profundo de
la selva cubíerta de niebla, una separación continental entre el océano
Pacífico y el Atlántico. Esta “tierra de las maravillas” es morada de más de
350 especies de pájaros, árboles gigantes como el árbol nacional de Costa
Rica : el « Guanacaste » y gigantes helechos, bambús y palmas en
los que crecen abundantes plantas trepadoras “Lianas” conocidas en la sierra
peruana con el nombre de « bejuco ».
También viven en esta reserva biológica pumas y el
« pájaro-dios » de los Mayas, el “Quetzal”. Además
se puede admirar la selva de una perspectiva de los pájaros desde los elevados
puentes colgantes que nos hacen descubrir una selva salvaje aún no explorada.
En el programa está una caminata de 2 horas y media
en los campos de lava volcánica del volcán El
Arenal a 1633 metros de altura. Aquí están las fuentes de las aguas
termales.
A 120 kilómetros está el Puerto Viejo de Sarapiquí,
el más importante de Costa Rica en el tiempo de la Colonia; aquí se encuentra
la
Reserva de la selva Tirimbina. En una hora y media
de camino se puede admirar la coherencia del sistema ecológico con la
extraordinaria flora y fauna en la selva del valle del Caribe. Aquí se ha
logrado intensificar el cultivo del cacao. Un guía local nos demostró el
proceso de obtención del chocolate.
A 120 kilómetros encontramos el Parque Nacional Braulio
Carillo. Aquí se puede constatar las consecuencias del cambio del clima en la
región y la importancia que tiene el equilibrio biológico de la selva tropical.
Nuestro viaje
termina en San José, la capital de
Costa Rica, que se encuentra en el centro del país a 1, 200 m. sobre el nivel
del mar en la meseta central; está rodeado, al norte, por una cordillera volcánica
y al sur, por una poderosa cadena de cerros de más de 3,000 de altura; gracias
al terreno volcánico, el cultivo de grandes extensiones de café son favorecidas.
San José es una ciudad moderna y vale la pena pasear por las calles con sus
boulevares, monumentos, jardines y edificios públicos como el Teatro Nacional.
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