Adorable Señora de azul
ataviada
enséñame a rezar.
Dios era el Niño que
llevaste en brazos,
dime: ¿Qué debo orar?
¿Cariñosa lo alzaste en tu
regazo
si junto a Ti venía?
¿Cantábasle también un dulce
canto
cual mi madre solía?
Por la noche ¿le tienes de
la mano?
¿Probaste un tanto
a contarle lo malo que es el
mundo?
¿Estalló Él en llanto?
¿Crees que de veras se
complace
si mis cosas le digo?
Cositas que me ocurren…
También, dime
¿es que se oye ruido
al batir los ángeles sus
alas?
¿Alcanzará Él a oírme si le
hablo
siendo mi voz un hilo?
¿Me comprende lo que le digo
ahora?
Tú que lo sabes, dilo.
Adorable Señora de azul
ataviada
enséñame a rezar.
Dios era el Niño que
llevaste en brazos
Tú me has de orientar.
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