Nino Manfredi y Fulvia Franco
Antonio Pietrángeli
Intérpretes: Catherine
Spaak, Nino Manfredi, Salvo Rondone,
Dido Perego, Lando Muzzanga.
Dirección: Antonio
Pietrángeli.
Largo metraje como “Vida Ardiente” y filmes de sketchs
como “Tres Noches de Amor”, parecen haber coincidido últimamente en el
propósito de erigir a la juvenil Catherine Spaak en un nuevo mito de sexo, ya
no de cuño europeo como Brigitte Bardot, ni de factura norteamericana como
Marilyn Monroe, sino de dimensión
internacional o por lo menos transferible a cualquier país del globo en
el momento actual. No es así de extrañar que Antonio Pietrángeli, el versátil y
discreto artesano de “Fantasmas de Roma” y de “El Magnífico Cornelio”, la haya
hecho heroína de una historia suya que, aparentemente localista por el nombre
de aquella y por el cariz provinciano de sus copartícipes, resulta en realidad
cosmopolita por la adaptabilidad de su anécdota.
Pero, lo cierto es que, con más juventud que positiva
belleza y con más cara dura que sexappel,
Catherine Spaak no alcanza tener envergadura de mito erótico, aunque sí de
muchacha moralmente endurecida y aún curtida en la experiencia de las
inconducentes relaciones sexuales.
Es de un realismo denso y desalentador el melodrama en
que Pietrángeli sitúa a su heroína y a sus amigos. El noble y caduco sello
antiguo de Parma no es sino un cascarón extraño al mundo modernamente
descolorido en que se mueven sus pródigos hijos de hoy. Cierto es que la
“parmigiana” es la sobrina de un canónigo de auténtica cepa y que su primer
amor fue el de un seminaristas con tan poca vocación como edad; pero no en vano
la muchacha ha hecho su bachillerato amoroso en París y está ahora preparada
para alternar “ventajosamente” con sus paisanos. Todo el curso de la película es precisamente
el relato de las relaciones de éstos con la impávida chica; y todas ellas --tal vez con excepción de una, frustrada –
son unas relaciones degradantes y desesperanzadas.
Bajo el signo del “twist” y de ritmos de relativa moda
como “Cuando calienta el sol”, “Mira qué luna”, “Cuando, cuando cuando”...los
parmigianos de esta historia han perdido su carácter y hasta su identidad.-
P. G.
DE MI ÁLBUM
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