miércoles, 1 de noviembre de 2017

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA


DE: ORACIONES SIGLO XX

“AMOR SIN BARRERAS”

   Señor: Hoy vengo a rezarte con las primeras palabras de una canción, que rueda por el mundo entero a la velocidad de cuarenta y cinco revoluciones por minuto. Como son muchas las letras que giran en microsurcos sobre millones de tocadiscos, te diré que me refiero  a esa que dice así: “Hablemos del amor una vez más, hablemos del amor, que es toda la verdad de nuestra vida”.

   Sí, Señor, quisiera hablarte del amor una vez más. Tú sabes que te hablo continuamente de esta realidad incrustada en el corazón de la vida humana, ya que el hombre no puede prescindir de amar, como no puede dejar de respirar.

   Pero Tú sabes, Señor, mejor que nadie, que muchas veces nuestro corazón no funciona bien, por insuficiencia de amor o por lesiones más o menos graves, hasta la última del odio, que es un amor al revés. También nuestros pulmones, hechos para el oxígeno, se vician a veces de anhídrido carbónico.

   Señor, hablemos del amor, que es toda la verdad de nuestra vida humana. Te ruego que enseñes a amar a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestros novios, a nuestros esposos, a nuestros profesionales, a nuestros subalternos, a nuestros superiores, a nuestros gobernantes, a los prójimos cercanos y lejanos.

   Señor, hablemos del amor, que es toda la verdad de nuestra vida divina. Recuérdanos que la caridad es el corazón del cristianismo, el alma de tu verdadera religión.
          Rafael de Andrés.


DOM. XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO



No imiten a los maestros de la Ley

“Entonces Jesús habló al pueblo y a sus discípulos de esta manera:
Los maestros de la ley y los fariseos ocupan el puesto de Moisés. Hagan y cumplan todo lo que dice, pero no los imiten, ya que ellos enseñan y no cumplen. Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas…

Que el más grande de ustedes se haga servidor de los demás. Porque el que se hace grande será rebajado, y el que su humilla será engrandecido”. Mateo, 13, 1-12



   Jesús enseña que no todo el proceder de los escribas y fariseos es malo, pues les valora su capacidad de estudiar y enseñar la Ley, pero advierte a sus discípulos que no se pueden conformar con el simple conocimiento de las prescripciones judías, sino que ellas han sido dadas al pueblo de Israel, para lograr la armonía y equilibrio en sus relaciones sociales. Es decir, Jesús les insiste que la praxis debe estar estimulada por el servicio a los demás, sin esperar a cambio honores, favores o privilegios, sino establecer vínculos de fraternidad que nace del mismo momento en que consideramos a Dios como el Padre del Cielo, o de lo contrario caen en apariencias e incoherencias.

DE MI ÁLBUM
(Quillabamba)





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