DE: ORACIONES SIGLO XX
“DESDE RUSIA
CON AMOR”
Señor: Hay
mucha gente ante alarmada ante la
creciente ola de ateísmo que invade cada
vez más las playas de una sociedad occidental de tradición religiosa. Sin
embargo, en medio de ese fenómeno innegable, no podemos olvidar la certeza
consoladora de que la verdad de tu existencia, aun maniatada, se impone a los
espíritus.
Estoy pensando, Señor, en esa confesión reciente de una mujer famosa por su apellido,
por ser hija del que fue durante muchos años Pontífice Máximo del ateísmo ruso:
“Crecí en una familia donde jamás se hablaba de Dios; pero cuando llegué a la
mayoría de edad me di cuenta de que es imposible la existencia sin Dios en el
corazón (SVETLANA STALIN””).
Tú sabes, Señor,
que los meandros del alma humana son complicados como la construcción de un
laberinto; pero también es verdad que cualquier hombre que busca con sinceridad, tarde o temprano, te hallará
a Ti como la salida única y luminosa de su búsqueda.
Por eso,
Señor, te pido para todos los ateos esa buena voluntad indispensable para
hallarte; que caminen por la vida con la conciencia recta, con el deseo cordial
de tropezarse con la verdad.
Y para
cuantos creemos en Ti, Señor, te suplico la gracia de trasparentar en nuestras
vidas la imagen de tu bondad, para que al vernos, puedan verte a Ti. Al menos,
que no seamos los creyentes “el muro de la vergüenza” donde se estrellen los
esfuerzos de los ateos, que te buscan sin saberlo.
Rafael de Andrés.
DOM. XXXII
DEL TIEMPO ORDINARIO
Parábola de
las diez vírgenes.
“Entonces el
Reino de los Cielos podrá ser comparado a diez jóvenes que salieron con sus
lámparas para recibir al novio. De ellas, cinco eran descuidadas y las otras
previsoras.
Las
descuidadas tomaron sus lámparas como estaban, sin llevar más aceite. Las
previsoras, en cambio, junto con las lámparas llevaron sus botellas de aceite.
Como el novio demoraba en llegar, se adormecieron todas y terminaron por
quedarse dormidas.
Pero al
llegar la medianoche alguien gritó: ‘¡Viene el novio, salgan a recibirlo!’
Todas las jóvenes se despertaron inmediatamente y prepararon sus lámparas.
Entonces las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dennos aceite, porque
nuestras lámparas se están apagando’ Las previsoras dijeron: ‘Vayan mejor a
comprarlo, pues el que nosotras tenemos no alcanzará para ustedes y para
nosotras’.
Mientras iban
a comprarlo vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él a la
fiesta de las bodas, y cerraron la puerta.
Cuando
llegaron las otras jóvenes dijeron: ‘Señor, Señor, ábrenos’ Pero él respondió:
‘En verdad, no las conozco’.
Por eso añadió
Jesús, permanezcan vigilantes, ya que no saben ni el día ni la hora”. Mateo 25,
1-13.
En esta
ocasión, la parábola, en un lenguaje nupcial, invita a los discípulos a
permanecer en constante vigilancia. Las lámparas encendidas, es una alusión
directa a ordenar y limpiar la casa. Recordemos que en el lenguaje simbólico de
Mateo, casa es una expresión para referirse a la forma en que cada uno va a
construir su vida (7, 24-27).
Mediante la
imagen espiritual de las “lámparas encendidas” encontramos un llamado de
atención a un sector de la comunidad a no confiarse porque han compartido un mismo escenario,
sino que el criterio de permanencia al lado del Señor es la fidelidad y el
saber esperar su manifestación en el momento que Él lo disponga.
DE MI ÁLBUM
AMAZONAS AL ATARDECER
ANDINA-MACHU PICCHU
ATARDECER EN EL CABO DE LA VELA
BOSQUE EL OLIVAR-LIMA
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