miércoles, 8 de noviembre de 2017

"EL REINO AHORA: CAOS". Cap. 14 / Tony PEREDA



EL LLAMADO

   En la Iglesia La Madre de Todos, Milun, Columbio y Broderick se reúnen con Arturo.
   “Jamás me hubiese imaginado que al Rey se le ocurriría nombrar a Casey como miembro de la Corte”/ exclama Columbio. “Es inaudito”.
   “Como Amo Protector posee absoluta potestad de gobernar si algo sucediera con nuestro Rey”/ comenta Milun.
 Arturo niega con la cabeza.
   “No debemos dejarnos abatir. Además no hay indicios que Donés y Casey estén complotados”.
   “Es más que obvio”/ responde Milun.
   “No saltemos en conclusiones. Debes recordar que cuando llegué a la Corte, todos ustedes desconfiaban de mí”/ observa Broderick.
   “Será necesario andar con cuidado”/ exclama Arturo.

   En sus apartamentos, Donés y Casey chocan sus copas de vino.
   “Espero hayas aprendido a no subestimar a este amigo”/ dice Donés.
 Casey bebe de su copa y la lanza.
   “No necesitaba nada de ti. Te equivocas si piensas que nuestra amistad está sellada”.
 Donés luce enfurecido.
   “Espero hayas hecho llegar mi mensaje al Monseñor. No deseo más tratar con un títere”/ agrega Casey.
   “Eres tú quien no tiene la mínima pista del error que estás cometiendo”.
 Casey sonríe y abandona la habitación.
   “No lo permitiré”/ exclama Donés. “Debo hallar la manera de controlarlo”.

   En sus recámaras, la Reina Beatriz luce preocupada por las palabras de Donés. Alysse y Janice la acompañan.
   “Ya no sé qué hacer con tantos mensajes de caballeros solicitando conocer a Alysse / exclama Janice.
   “Exageras. Solo tratan de ser amables”/ responde Alysse.
 La Reina sonríe.
   “No cabe duda que finalmente has logrado el merecido reconocimiento”/ observa la Reina.
   “Su Majestad, no necesito reconocimiento alguno. El estar a su lado me basta”.
 Rebeca entra con una taza de té.
   “Con permiso, Señoritas”/ dice ella.
 Janice toma la mano de la Reina.
   “Debemos irnos. Espero te mejores”.
 Janice y Alysse salen.
 La Reina bebe.
   “Está muy amargo”.
   “Es mejor de esa manera. Ya verá que le ayudará con ese dolor de cabeza”/ responde Rebeca.
 La Reina niega con la cabeza.
   “Llévatelo”.
 Rebeca baja la mirada.
   “Como usted diga, Su Majestad”.
 Rebeca sale. La Reina cubre su rostro con las manos.
   “No puedo seguir de esta forma”/ dice la Reina para sí.

   Milun, Columbio y Broderick ingresan en la habitación de Roger.
 Roger se alegra al verlos. Flere y Pedro juegan ajedrez en una mesa.
   “Según Arturo, la posición de Casey no nos afecta en nada”/ dice Columbio.
 Flere aprieta el puño.
   “No podemos confiar en ese tipo. El Rey está expuesto a sufrir un atentado”/ exclama Flere.
   “No queda de otra”/ responde Milun.
 Milun se acerca Roger y golpea su espalda.
   “Espero estos dos no te hayan aburrido”.
 Roger niega con la cabeza.
   “Intentábamos enseñarle ajedrez. Pero a Roger no le gustó que “el bufón” no sea una de las fichas”/ observa Pedro.
   “Yo tengo la solución”/ responde Milun.
 Milun toma la figura del alfil del tablero y la presiona hasta separar la cruz de la parte superior.
   “Este será ahora el bufón”.
 La Señorita Pía entra.
   “Ha llegado visita para Roger.
 Roger mira a todos lados.

   En el pasillo principal, Rebeca camina hacia la cocina. Detrás de una columna, Milun la llama. Rebeca mira sorprendida a Milun.
   “Necesitaba conversar contigo un momento”/ dice Milun.
   “La Reina me necesita”.
 Milun se acerca a ella.
   “Debes saber que no sólo me dejé llevar por mis impulsos el otro día. En verdad eres muy bella”.
 Rebeca niega con la cabeza.
   “No necesita darme explicaciones”.
   “¿Acaso no tengo derecho en querer hacer bïen las cosas?”
 Rebeca baja la mirada.
   “No sé qué es lo que quiere de mí”.
 Milun toma su mano.
   “Quiero que conozcas al verdadero Milun”.
 Rebeca y Milun se miran fijamente.

   Columbio y Flere acompañan a Roger hacia el vestíbulo. Al llegar, Roger se paraliza al ver a su vieja amiga, Milka. Milka, en su atuendo de payaso, corre hacia Roger y le da un cálido abrazo.
 Columbio y Flere permanecen en silencio ante tal esperado encuentro. Milka derrama unas lágrimas.
   “Noches y noches pensando en verte”/dice ‘Milka.
 Roger agacha la cabeza.
   “No ha sido fácil lo que Roger ha vivido. Esperamos pronto recupere el habla”/ comenta Columbio.
 Milka acaricia la cabeza de Roger.
   “Ese miserable tiene bien merecido lo que le sucedió por atreverse a tocarte”/ dice Milka con determinación.
 Columbio y Flere se miran.
   “Todos en el circo están preocupados por ti. Robbit, Camil, Geraldyn…
 Flere se acerca a Milka.
   “Nos conocimos brevemente. Soy Flere y mi amigos es el Canciller Columbio”.
 Milka se inclina hacia ellos.
   “Gracias por encontrar a Roger. Cuando los vi sabía que eran buenas personas”.
   “Sería bueno que conversemos en otro lado”/ opina Columbio.
 Milka asiente y extrae de su bolso un bastón. El mango está tallado con una cara sonriente de bufón.
   “Cuando nos abandonaste, decidí hacerme cargo de él”.
 Roger recibe el bastón y lo observa detenidamente.

   En sus recámaras, la Reina Beatriz se reúne con Laura.
   “Riot está contento ahora que Casey forma parte de la Corte Real”.
   “Si el Rey tiene confianza en él, yo también debo hacerlo”/ responde la Reina.
 Rebeca entra.
   “Su Majestad, hay un caballero que exige verla. Al parecer ha convencido a los guardias que es necesario se entreviste con usted”.
 La Reina Beatriz luce sorprendida.
   “Qué interesante”, dice Laura.
   “Hágalo pasar”/ exclama la Reina.
 Rebeca abre la puerta. Dos guardias ingresan acompañando al delgado hombre con turbante, que anteriormente hizo tratos con la Señora Britta.
   “Su Majestad. Este hombre está desarmado”/ dice uno de los guardias.
   “¿Qué necesita de mí?”/ dice la Reina.
   “Su Majestad, soy Jairo. Con mucho respeto, ruego me permita unas palabras… a solas”.
 La Reina asiente.
   “Déjennos”/ dice ella con determinación. “Laura, permanece a mi lado”.
 Los guardias y Rebeca salen.
   “Agradezco se me permita esta oportunidad de acercarme a Usted. Anteriormente una de sus damas se acercó a mí con un encargo. Al parecer se trataba  de una embustera. A mis manos llegaron unos costosos pendientes cuyo brillo se podría admirar desde la luna”.
 La Reina respira hondo.
   “No entiendo a qué se refiere”.
   “Tranquilícese, Su Majestad. Desconozco la procedencia de tales objetos. Después de trabajar en ellos y no saber más de mi supuesta clienta, decidí ofrecerlos al mejor postor. Luego de enterarme que la denuncia de robo se había esparcido por todos los reinos, era en vano conseguir comprador”.
   “¿En dónde se encuentran dichos pendientes? / exclama la Reina. “Si fueron extraídos de mi Palacio deben ser devueltos de inmediato”.
 Jairo sonríe.
   “Estoy de acuerdo con usted. Pero olvidé mencionar que dichos pendientes dejaron de ser lo que usted algún día conoció”.
 Jairo extrae de su pecho un diseño de un corto collar de diamantes.
   “No puede ser posible”/ grita la Reina.
   “Eso digo yo. Pero la belleza muchas veces se presenta en diferentes formas. Con mi admirable trabajo, agregado de oro y mucho más, se podría decir que ahora vuestros pendientes valen más que el doble de su precio original”.
 La Reina se levanta.
   “No me importa lo que cueste. Usted deberá entregar dicho collar.
Jairo niega con la cabeza.
   “”Si tan solo pudiera. Entiendo su desesperación, no es nada personal. El collar se encuentra en buenas manos. Un desconocido coleccionista decidió adquirirlo, pero ahora que ha cambiado de opinión está dispuesto a venderlo por tan solo una buena suma de dinero”.
   “¿Cuánto?”
   “Tan solo tres millones de vuestra moneda”.
   “Es usted un descarado”/ dice Laura.
   “Señora, no me insulte. Considérelo como un precio especial sólo para Su Majestad”.
 La Reina baja la mirada.
   “No poseo ese dinero, ahora. Pero es necesario que ese collar termine en manos mías”.
   “Admirable decisión. Estaré en Chandler por el tiempo que necesite”.
   “Coordine con mi mayordomo. Pronto le haré saber el día”.
 Jairo se inclina y sale de la habitación. Rebeca entra.
   “¿Por qué tiene que ocurrir esto ahora?”/ exclama la Reina.
   “Quizás se trate de una farsa”/ responde Laura.
 Rebeca escucha y se esconde detrás de una de las cortinas.
 La Reina camina en círculos.
   “Lo que dice ese hombre es verdad. Britta es la culpable de todo esto”.
   “¿Britta?”
   “Sí, fue ella quien se apoderó de los pendientes usando como excusa un juego de cartas”.
 Laura niega con la cabeza.
   “Lo importante es recuperarlos. Aunque ahora formen parte de ese collar”/ agrega la Reina.
 Rebeca tose.
   “¿Rebeca, estás aquí?”/ dice la Reina.
 Rebeca se acerca.
   “Su Majestad, vine a ver si necesita de mí”.
 La Reina frunce el ceño.
   “Está bien, pero debió anunciar su presencia”.
   “Lo siento, Su Majestad. No quería interrumpir”.
   “La Reina necesita una bebida. Por favor atiéndela”/ dice Laura.
 Rebeca se retira con la cabeza gacha.
 La Reina se lleva la mano a la frente.
   “Debe habernos escuchado”/ dice la Reina.
   “No te hagas problemas. Es tan solo una criada”.
   “Quizás sea momento de cambiar algunas cosas”/ responde la Reina con determinación.

   En uno de los salones, Columbio ha convocado la presencia de los demás para así poder presentarles a Milka. Alysse y Janice se presentan ante Milka. Milun observa a Alysse.
 Columbio extiende su brazo hacia Milun.
   “Seguro recordarás a este muchacho”.
 Milka sonríe.
   “Desde luego. El más preocupado por saber de Roger”.
   “Si no hubiera sido por Milun, es posible que Roger aún permanezca encerrado”/observa Pedro.
   “Pero díganme, ¿por qué están aún preocupados?”/ exclama Milka.
   “El Duque no estaba solo. Existe alguien mucho más peligroso que él”/ responde Milun.
 Milka luce sorprendida.
   “Todos nosotros hacemos lo posible por luchar contra ese sujeto”/ comenta Flere.
 Milka abraza a Roger.
 Roger baja la mirada.
   “¿Y por qué quieren hacerle daño?”/ agrega Milka.
   “Eso solo lo sabe Roger”/ responde Columbio.
 En eso, Roger se traslada a una de sus memorias. En los apartamentos del Monseñor, Roger observa con atención las láminas que componen el libro dorado. Roger luce muy asustado al ver una de las imágenes. En eso escucha que la puerta se abre.
 Roger retira una de las páginas y la oculta en su pecho.
   “¿Qué haces en mis aposentos?”/ grita el Monseñor.
 Roger lo observa, aterrorizado.
   “Maldito gusano”. Levanta la mano el Monseñor.
 Roger toma el libro y lo lanza con fuerza hacia él. El Monseñor cae.
 Roger observa que la ventana es su único escape y a toda velocidad pasa por ella, destruyendo el cristal.
 De regreso al presente, Roger mira a todos lados como tratando de hablar.
   “No sé si es el momento adecuado, pero… han estado ocurriendo cosas muy extrañas en el Circo de Remis”/ dice Milka.
   “Ese lugar es por sí muy extraño”/ responde Milun.
 Milka niega con la cabeza.
    “Varios animales desaparecieron sin dejar rastro alguno. Trémulo decidió averiguar y hasta el momento no ha regresado”.
   “Ese nombre me suena. ¿Fue él uno de nuestros atacantes?”/ pregunta Columbio.
   “Era encargado del ganado. Un experto en aleación de metales”.
   “Quizás haya tenido otras razones para no regresar”/ opina Alysse.
   “Unos días atrás, nuestro trapecista, Hadriel, se marchó sin decir nada a nadie. Nuestro maestro Aníbal está devastado”.
   “Conociendo su actitud, debe ser difícil trabajar con él”/ observa Flere.
   “¿Creen ustedes que se pueda asignar a un investigador?”/ suplica Milka.
   “Desde luego. Enviaré a alguien de confianza”/ responde Columbio con determinación.
 Milka sonríe.
   “Sabía que podía contar con ustedes. Les pido cuiden mucho de Roger”.
 Milka y Roger se abrazan.

   Días después, en sus recámaras, la Reina Beatriz se reúne con Alysse.
   “Lo he pensado muy bien. Es necesario que te conviertas nuevamente en mi Dama de Honor”.
 Alysse luce sorprendida.

   En su habitación, Roger se encuentra reunido con Milun, Columbio y Broderick. Columbio extrae un papel.
   “Nuestro investigador logró entrevistarse con el maestro de ceremonias. Al parecer varios de los empleados se marcharon ya que estaban en desacuerdo con su autoridad…”
 Roger asiente.
   “…Y en referencia a los animales desaparecidos, solo se trata de una epidemia. Nada de qué alarmarse”/ agrega Columbio.
   “Completamente distinto a lo que Milka nos dijo”/ opina Milun.
   “Al menos tratamos de ayudarle”/ observa Broderick.
 Columbio baja la mirada.
   “Pero hay algo que me llama la atención. Cuando el investigador conversó con los empleados, no logró comunicarse con Milka”.
 Roger mira a todos lados, nervioso.
   “No me gusta nada eso”/ opina Milun.
   “A mí tampoco. Creo es momento de hacer una visita a ese lugar”.
 Broderick ríe.
   “Es posible que el maestro te reconozca. Así como a Milun. Será mejor que yo me haga cargo”.
 Columbio asiente.
 Roger toma la mano de Broderick. 
   “¿Te refieres a querer acompañarme?”/ exclama Broderick.
 Roger afirma con la cabeza sin parar. Broderick permanece en silencio.
   “Vaya, al parecer esta será la primera misión para ambos”/ comenta Milun.

   Al día siguiente, Rebeca camina por el pasillo principal hacia las recámaras de la Reina. La Señorita Pía se acerca.
   “He venido a informarte de unos cambios”.
   “Sí, Señorita”/ responde Rebeca.
   “De ahora en adelante no continuarás al servicio de la Reina”/ dice la Señorita Pía en tono firme.
 Rebeca junta sus manos.
   “No entiendo”/ balbucea ella.
   “La Reina designará a su nueva Dama de Honor”.
 Rebeca baja la mirada.
   “Deberás usar el uniforme de servicio. Ve y cámbiate”/ agrega la Señorita Pía.
 Rebeca permanece inmóvil.
 La Señorita Pía respira hondo.
   “Desconozco la razón. Debes estar muy agradecida de aún tener trabajo aquí”>
 Rebeca asiente.
   “Sólo una pregunta, señorita. ¿Se sabe quién atenderá a la Reina de ahora en adelante?”
   “Alysse estará a cargo”.
 Rebeca cierra los ojos.

   En su habitación, Alysse se mira frente a un espejo, luciendo un nuevo vestido. Janice arregla sus hombros.
   “¡Estupendo!”
 Alysse menea la cabeza.
   “No entiendo a Su Majestad. Tomó esta decisión de la noche a la mañana”/ dice Alysse.
   “Deja de preocuparte. Además ella aceptó a compartirte conmigo”.
   “Espero no cause ninguna molestia a Rebeca”.
 Janice mueve los brazos con desdén.
   “Seguro ya encontrará algo para ella”.

   En la aldea de Remis, Broderick y Roger, en sus habituales atuendos observan frente a ellos la principal carpa del circo. Las manos de Roger tiemblan.
   “¿Crees poder hacerlo?“
 Roger asiente.
 Tomocti, quien anteriormente tuvo un altercado con Milun y los otros se acerca.
   “¿Están aquí por el trabajo?”/ pregunta él.
 Broderick observa a Timocti por un largo momento. Las plumas en su frente llaman su atención. Roger agacha la cabeza, tratando de no ser reconocido aún.
   “Necesito hablar con Aníbal. He venido en representación del Rey”/ responde Broderick.
 Timocti se cruza de brazos.
   “La autoridad del Rey no ha llegado por aquí”.
   “Entonces tendremos problemas”/ dice Broderick con determinación.
 Timocti les pide que lo sigan.
 Broderick y Roger ingresan a la carpa principal y observan a los empleados realizar sus labores domésticas. Timocti observa bien a Roger.
   “Juraría conocer a este hombre”.
 Roger traga saliva de golpe.
   “Haga llamar a su jefe”/ exclama Broderick.
   “¡Roger, tú eres Roger!”/ grita Timocti.
 Timocti se acerca a Roger y lo abraza.
   “Viejo, ¿dónde te habéis metido?”
 Los empleados los rodean sorprendidos al presenciar el regreso de Roger. Un hombre diminuto con un gorro de conejo se acerca a Roger.
   “Hermano. No has cambiado en nada”.
 Roger asiente.

   “Aguarda un momento, Robbit, algo anda mal”/ observa Timocti.
   “Roger ha perdido el habla”/ responde Broderick.
 Una bella muchacha con piel como de porcelana en un atractivo atuendo se acerca a ellos.
   “Milka tenía razón. Roger vive”/ exclama ella.
 Roger la mira.
   “Será necesario que todos se calmen. La emoción podría afectarle mucho”/ opina Broderick.
   “¿Y quién es usted?”
   “Esto a cargo de Roger”.
   “Geraldyn, creo Roger aún se acuerda de ti”/ comenta Robbit.
   “Claro que sí, para mí siempre será  mi maestro”.
 Geraldyn brinda a Roger un cálido abrazo. Lágrimas corren por la máscara de Roger.
 Un muchacho bien delgado con la piel de color verde y la cara pintada se acerca.
   “Yo lo sabía. Yo lo sabía”/ dice él.
   “Camil, tú siempre lo sabes todo”/ responde Robbit, eufórico.
 En eso el maestro Aníbal y su asistente Damián se abren paso.
   “¿Pero qué significa todo esto”/ grita Aníbal.
 Damián se paraliza al ver a Roger.
   “Es Roger…”
 Aníbal respira hondo.
   “¿Pero cómo has atrevido a poner un pie aquí?”
 Roger se esconde detrás de Geraldyn y Robbit. Broderick se acerca a Aníbal. Extrae un emblema real.
   “Señor, a los tigres les encantaría probar carne real”.
   “¿A qué han venido?”/ exclama Aníbal.
   “Hace un tiempo atrás, Roger perteneció a este lugar. Ya han de saber de su extraña abducción. Considero muy importante este lugar en la búsqueda de indicios”.
 Aníbal aprieta el puño.
   “No es problema mío”.
   “Lo será si no cumple con mi pedido”/ responde Broderick en tono amenazante.
   “Haga lo que quiera. Espero no interrumpa a mis trabajadores”.
 Broderick asiente.
 Aníbal observa Roger con desdén y se marcha.
   “Pero no podemos permitir que estos intrusos estén aquí”/ grita Damián.
   “Ya me habían informado de usted”/ responde Broderick. “al parecer quiere perder mucho más que los pelos de su cabeza”.
 Todos ríen. Damián se marcha furioso.
 Robbit da palmadas en la pierna de Broderick.
   “Bien hecho. Damián no es más que un dolor de trasero”.
 Camil se acerca a Roger.
   “Vamos, dinos algo”.
 Broderick toma a Roger y lo lleva al centro del escenario.
   “Deberán entender que al forzar a Roger no lograrán nada. Será mejor tratarlo como si nada hubiese ocurrido”.
 Robbit, Camil, Gerldyn y Timocti asienten. Detrás de una cortina alguien los observa.

   En uno de los pasillos, Rebeca solloza en el pecho de Milun. Rebeca viste el uniforme de servicio.
   “Debe ser algo temporal”/ dice Milun.
   “Es fácil decirlo. Después de todo lo que he hecho para llegar hasta aquí…”
 Milun acaricia el rostro de Rebeca.
   “Todos nos equivocamos. Eso no significa dejarse abatir”.
 Rebeca frunce el ceño.
   “Alysse es la única culpable. Seguramente fue ella quien convenció a la Reina”.
 Milun niega con la cabeza.
   “Alysse no sería capaz”.
 Rebeca empuja a Milun.
   “La defiendes… ¿después de todo lo que te hizo?
 Milun mantiene su mirada firme.

   Del regreso al circo, Broderick y Roger se reúnen con los amigos más cercanos.
   “Me pregunto ¿dónde se encuentra aquella amiga de Roger que hace poco lo visitó al Palacio?
 Robbit agacha la cabeza. Geraldyn respira hondo.
   “Milka sufrió un accidente. Se encuentra muy delicada”/ dice ella.
 Roger tiembla.
   “¿Dónde se encuentra?”/ exclama Broderick. “Nos gustaría verla”.
 Timocti niega con la cabeza.
   “Tiene prohibidas las visitas”.
   “Eso no me detendrá”/ comenta Broderick.
 Zamir, de gran musculatura y bañado en sudor, ingresa. Lleva el pecho descubierto.
   “¿Dónde está mi amigo?”
 Roger lo observa.
   “Hombre, no lograrás más que asustar al pobre Roger”/ observa Robbit.
 Broderick se coloca frente a Zamir y observa lo alto que es.
   “Deberán guardar distancia. Es por el bien de Roger”.
 Zamir asiente.
   “Ahora, llévenme hacia Milka”/ agrega Broderick.
   “No entiende. No entiende”/ exclama Camil.
   “Fausto es muy rígido. Cree que Milka necesita aislamiento total”/ responde Geraldyn.
   “¿Y quién es ese hombre?”
   “Nuestro ilusionista. Sabe de medicina”.
   “Entonces me veré obligado a reportarlo. Han llegado a mis oídos noticias de extrañas desapariciones”.
   “Hijo, solo tratamos de ayudarte”/ observa Robbit.
   “Yo también estoy preocupada por Hadriel. Pero si decidió abandonar nuestro número no hay nada que pueda hacer”/ comenta Geraldyn.
 Broderick extiende los brazos.
   “A lo que me refiero es que lo mismo ocurrió con Roger. Nadie movió un dedo por él y ya conocen el final”.
   “Es cierto. Es cierto”/ exclama Camil.
 En eso, un hombre de elegante túnica y una larga crespina sobre su cabeza ingresa. El hombre lleva una barba en forma de círculos entrelazados entre sí.
   “Vuestra amiga se alegrará mucho al verlos”/ dice el hombre.
 Broderick y Roger lo observan.
   “Déjennos a solas”.
 Robbit, Camil, Geraldyn, Timocti y Zamir se retiran. El hombre se acerca a Roger. Roger lo observa temeroso.
   “Cuánto sufrimiento logro percibir. Pero qué increíble fortaleza”.
   “Usted debe ser…”
   “Fausto, Señor…”
 Fausto mira a Broderick detenidamente.
   “Bro…de…rick”/ balbucea Broderick.
 En eso la visión de Broderick se nubla y comienza a perder el equilibrio.
   “Interesante nombre”.
 Broderick se lleva la mano a la cabeza.
   “No perdamos tiempo. Milka los espera”/ agrega Fausto.
 Broderick y Roger siguen a Fausto por un pasillo hasta llegar a una habitación. Milka se encuentra acostada en una camilla con el cuello vendado. Roger corre hacia ella.
   “Los dejaré a solas”/ exclama Fausto.
 Fausto sale. Broderick observa a Milka.
   “No soy más que una torpe. Me caí al bajar del carruaje”.
 Roger toma su mano. Broderick asiente.
   “Tal como lo pensé. Nos preocupamos sin motivo”.
 Milka sonríe.
   “De todos modos me agrada poder verlos”.
 Roger trata de hablar.
   “Debemos dejarla descansar. Nos esperan en Palacio”.
 Roger mira a Broderick, sorprendido.
   “No ves que todo está resuelto”/ agrega Broderick.
   “Es verdad. Prometo visitarlos en cuanto mejore”.
 Roger asiente.
   “Que se mejore, Señorita”.
   “Gracias, señor…”
   “Bro…de…rick”/ balbucea Broderick.
 En eso, nuevamente la visión de Broderick se nubla y sus ojos giran por todos lados. Roger lo observa.

   En sus recámaras, la Reina Beatriz es atendida por Alysse.
   “¿Entonces no me necesitará por el resto de la tarde?”
   “No querida, hazlos pasar”.
 Alysse sale y uno de los mayordomos ingresa acompañado por dos guardias. El mayordomo lleva en sus manos un cofre dorado.
   “Para Su Majestad”.
 El mayordomo abre el cofre y extrae el ostentoso collar de diamantes.
 La Reina toma el collar y desliza sus dedos sobre los diamantes.
   “Jamás vi algo tan bello”/ exclama ella.
   “Y ahora le pertenece…”/ comenta el mayordomo.
 Desde una habitación contigua, Rebeca observa.
   “Meterse conmigo es un grave error, Su Majestad”/ dice para sí.

   En la Iglesia La Madre de Todos, Arturo recibe a Broderick y a Roger.
   “Qué grata sorpresa”.
 Roger baja la mirada. Broderick respira hondo.
   “Conozco esas expresiones… debe ser algo muy, pero muy malo”/ agrega Arturo.

 Broderick y Roger se miran.

DE MI ÁLBUM
(Jordanien)





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