martes, 20 de noviembre de 2012

LEITMOTIV. AUDIOCLÁSICA


En  cierta ocasión, hablando del Anillo de Wagner, fueron descritos sus leitmotivs como una “firma musical”. Pero su uso crea, con frecuencia, momentos de gran carga dramática que ocurren en autores bien alejados de Wagner, como vamos a ver.
Leitmotiv significa, literalmente, “motivo principal”. Es ante todo una técnica operística, aunque ha sido utilizado en cantatas, ciclos de canciones, poemas sinfónicos y otros géneros. El término fue inventado por F. W. Jähns en un estudio de Weber (1871) muchos años después de que los compositores de ópera hubiesen empezado a utilizar esos motivos. Se refiere a la forma en la que los compositores asocian un personaje, objeto, suceso, emoción, etcétera, a una idea musical recurrente que puede ser nada más que una simple nota, un acorde, una textura, un motivo de cualquier número de notas o incluso una melodía sustancial. Mozart usa una secuencia de acordes en La flauta mágica (1791), que se escucha primero en la obertura, para anunciar las ceremonias solemnes del templo.
Como en el período de madurez de Wagner. Quizá la práctica más común antes de Wagner era el extraer un trozo de melodía de, por ejemplo, un dúo amoroso, y recuperarla en una escena posterior en la que la heroína piensa nostálgica en su perdido amor. Las escenas de locura tienden a utilizar esta técnica, como demuestran con elocuencia los magníficos ejemplos de Donizetti (Lucía de Lammermoor, 1835) y Bellini (I Puritani, 1835). Pero estos motivos ocasionales no se alejan en gran medida  de la sucesión habitual de recitativos y arias de estas óperas, así que se trata, con más propiedad, de “motivos recurrentes”. Por otra parte, I Puritani tiene un maravilloso tema marcial que se oye primero a un minuto de comenzado el preludio y que vuelve con frecuencia cuando se trata de la gloria militar de los puritanos; este motivo es modificado levemente, como ocurre en la época de madurez de Wagner. Podemos llamar a esto “leitmotiv”.
Antes de Wagner fue Weber quien realizó el mayor avance en fundamentar una parte importante del contenido musical en motivos recurrentes y variados asociados con temas diversos. Euryanthe es un ejemplo sorprendente de ópera wagneriana anterior a Wagner : el motivo asociado con Eglantina pasa por varias transformaciones según la fortuna y sentimientos del personaje.
Trazando una red de leitmotivs. Las óperas de Wagner anteriores a 1853 (año de composición de El oro del Rin) contienen motivos recurrentes, algunos de los cuales pueden ser considerados leitmotivs por ser de uso extensivo. Cuando Lohengring (1848) aparece por primera vez, canta una línea memorable en la que prohíbe a Elsa preguntarle ni intentar averiguar su nombre. Después de que los villanos intenten provocar que la heroína haga la pregunta prohibida, el Acto 2 de Lohengring termina con una electrizante afirmación del motivo por parte de los metales cuando Elsa alcanza el ojo de Ortrud. Wagner conocía bien el poder asombroso de la repetición de un motivo.
En el Anillo (1848-74) Wagner utilizó el leitmotiv más que en ninguna otra ópera anterior o posterior. Constituye una parte crucial de la trama sinfónica de motivos. Según empieza El oro del Rin (1854) escuchamos figuras de arpegios ascendentes que describen la naturaleza y el fluir majestuoso de Rin. Estas formas contienen toda una familia de leitmotivs : Wagner desarrolla sus conceptos dramáticos usando leitmotivs, asegurando a la vez la unidad musical.
Otra familia de leitmotivs comienza su vida cuando las doncellas del Rin cuentan al enano Alberich, que ha pasado un rato intentando seducir sin resultado a las tres doncellas, cómo puede forjarse un anillo a partir de la pieza informe de oro que poseen. Se oye una figura insinuante que se mueve en círculos, como lo que se supone que está representando. Cuando Wagner quiere expresar avaricia nos recuerda al anillo con este leitmotiv. En un nivel más sutil, cuando en la escena siguiente describe la majestuosa fortaleza que Wotan ha construido para sí y su hijo, Valhalla, transforma el motivo del anillo en el motivo de Valhalla. ¿Por qué esta conexión? Porque la fortaleza ha de ser pagada con el anillo, y Wotan, como resultado, se ve irrevocablemente manchado. La música sugiere todo esto antes de que sea desarrollado en el escenario.
Los leitmotivs son sólo una parte de las complejas estructuras musicable de Wagner : si fuese lo único que utiliza, sus dramas musicales serían e un aburrimiento insoportable;  pero dado que sólo forman parte de una fábrica musical mucho más amplia, se convierten en medios muy complejos y expresivos para engarzar el drama. Los beneficios se pierden, no obstante, cuando los clasificamos con excesiva rigidez : los leitmotivs no son lepidópteros a los que se pueda clavar un alfiler. Wagner confía en las relaciones que puedan surgir entre ellos : Cuando Sigfrid entra en la caverna de Fafner oímos un motivo que identificamos en primera instancia con las doncellas de Rin; pero ya que no es el caso, podemos reaccionar a este motivo de forma psicológica o general.
De las tarjetas de visita a la procesión. Wagner utilizó menos el leitmotiv en sus óperas posteriores, sobre todo Tristán e Isolda (1858), que tiene muy pocos. Más tarde otros compositores hicieron uso extensivo de la figura, como es el caso de Richard Strauss (Salomé, 1905 ; Elektra, 1908) y Berg ; su ópera Wozzeck (1921) comienza con un leitmotiv identificado con el capitán, y algo más tarde oímos un motivo cantado con las palabras “pobres de nosotros” que describe con precisión el estado lamentable de Wozzeck .
Debussy menospreció los leitmotivs de Wagner llamándoles “tarjetas de visita”, a pesar de que le gustaba la música del Anillo y que ésta tuvo influencia sobre él, pero también utiliza una buena cantidad de ellos en su única ópera completa, Pelléas et Mélisande (1902).
En su poema sinfónico del mismo tema, Pelleas und Melisande (1903), Schoenberg demostró la extensión en la que el leitmotiv podía introducirse en la escena orquesta : la primera parte de la obra contiene  una larga procesión de leitmotivs, inconfundibles, que describen los caracteres.
Los leitmotivs siguen apareciendo en las óperas (Gawain de Britwistle, 1991, por ejemplo), a veces como eslabón clave de la cadena musical, en otras ocasiones como música adicional para uso discrecional, pero pocos compositores los han utilizado con tanta profusión, imaginación y detalle como Wagner.
AUDIOCLÁSICA.

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