El 30 de abril tuvimos una
grata visita: Roswitha Reuter Wiltraud, más conocida por Anja y Carlos Manuel, vienen de
Lima, procedentes de Alemania, a estar unos días con nosotros y por la coincidencia que el día 3 de mayo, es el día de mi cumpleaños, participan, muy de cerca, en torno a mi escasa
familia. Ellos pisaron tierras peruanas el 26 y 8 de abril, respectivamente y con apremio viajan
a ésta el sábado 30. Para ellos, los números pares y cada lustro del año natal, tienen mayor
significado, como los 80 años, en mi caso.
A decir verdad, primera vez
que he sido homenajeado con Misa, almuerzo, mariachis; todo a modo de
“sorpresa”. De cuatro personas, como “generación espontánea” se multiplican en
treinta. Sabía, sí, que Anja venía expresamente, de su lugar de origen, a este
acontecimiento: “Por Alexandro, sí voy al Perú”, había dicho, en buen
español…
El 1 de mayo, a las 11 de la mañana nos dirigimos al templo “La Inmaculada” de Palermo; se celebró la Misa con una intención bien determinada: la salud, la acción de gracias por mi largo recorrido, etc. En ciertos intervalos –lectura, la paz, la comunión—veía más gente y grande era mi preocupación por corresponder a ello. Tuve, sin embargo, la oportunidad de agradecer a todos de esta manera:
El 1 de mayo, a las 11 de la mañana nos dirigimos al templo “La Inmaculada” de Palermo; se celebró la Misa con una intención bien determinada: la salud, la acción de gracias por mi largo recorrido, etc. En ciertos intervalos –lectura, la paz, la comunión—veía más gente y grande era mi preocupación por corresponder a ello. Tuve, sin embargo, la oportunidad de agradecer a todos de esta manera:
Agradezco a Manuel porque ha
propiciado la Misa y la ha celebrado. Sé qué es la Misa; de menos a más: han
rezado ustedes por mí y yo por ustedes, un intercambio; pero es mucho más, la
oración de Cristo al Padre, llevando la Humanidad a Dios.
Sé, también, qué es
viajar. Hice mención a Anja y le dí las gracias por su presencia con un “Thank you very much”,
por lo que se rieron.
Agregué, este encuentro de familia y amigos me lleva a
decir sobre mi vida, con altos y bajos, lo que otros han dicho y me han antecedido:
Yo sé que se está llegando,
yo sé que la tengo cerca;
ya las veo, ya las toco
de mi vida las fronteras.
De Amado Nervo:
Muy cerca del ocaso yo te
bendigo vida,
porque nunca me diste ni
esperanza fallida,
porque veo al final de mi
duro camino
que yo fui el arquitecto de
mi propio destino;
que si extraje las mieles o
la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse
hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales
coseché siempre rosas.
Amé, fui amado, el sol
acaricia mi faz.
¡Vida, nada me debes!
¡Vida, estamos en paz!
Vienen los abrazos, los regalos y las fotos.
A las 3 de la tarde, se presentan las
Mariachis y hacen su show a base de coplas, cantos, risas, bailes, a mis “costillas”,
agrego yo, porque me hicieron imitarla a una de ellas en su canto. Parten la torta y,
finalmente, la despedida.
Aparece la pelotita de Alianza
Me queda la tarea de descubrir la autoría de las sorpresas. Sin más… La obra y gracia de Yolanda; la que hace aunque uno no lo quiere; es uno de los lenguajes por el que algo quiere decir.
El día 3, el propio día, lo
celebramos en casa, tal como me había imaginado entre los verdaderos amigos
degustando el conocido café. Por la noche, fuimos a la ciudad y concluimos el
memorable día.
En los días siguientes:
el 4, hemos sido invitados
por la tía Melchora y almorzamos con las primas Adela, Zulema y esposo y Marleny. (Urb. Santa María).
Al día siguiente fuimos a
Paiján con motivo de bendecir la casa de un amigo nuestro, José García.
El viernes, 6 almorzamos en la casa de Deysi, la hija de Juanita, en compañía de John, Melissa, Mónica y el consentido Gael. (La Noria).
El viernes, 6 almorzamos en la casa de Deysi, la hija de Juanita, en compañía de John, Melissa, Mónica y el consentido Gael. (La Noria).
El sábado, fuimos al Porvenir, para
bendecir un ambiente más de la casa de Walter y Elena participando del almuerzo
ofrecido.
El 8, almorzamos en la casa
de Teresa y Jorge Andrés. (Santa Isabel).
El 9, fuimos agasajados por
Manuel y Anja en el centro de la ciudad. Estuvieron Augusto, Walter y Elena.
El 10, fuimos al Aeropuerto
a despedirlos. Estarán en Lima hasta el 17, día que partirán a Espenau.
Grata visita, porque se ha logrado tener a toda costa un hogar más que una casa y la conversación amena, variada, lo reservado a los amigos, para quienes no hay barreras y expresarse aún como poetisa. Ya, ya, diría Anja.
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