El término libertario es más amplio que el término anarquista. Muchos escritores que no podrían ser considerados anarquistas, pueden ser ubicados dentro del planteamiento libertario. Tal es el caso de Gramsi, Sorel, y hasta Bertrand Russell, por poner sólo unos ejemplos. Es éste también el caso de Hegel, sobre todo por sus escritos juveniles.
Hegel fue el maestro indiscutido de su época.
El hecho que dos críticos de Hegel --Marx
y Kierkegard—los más decisivos, hayan surgido bajo el hechizo de sus conceptos,
muestra el poder del espíritu que pudo producir semejantes extremos. Además
--como lo señala Kaufmann—no se puede entender absolutamente nada de la
historia intelectual reciente, incluida sus contradicciones, sin recurrir a
Hegel.
Hegel ha regalado a la causa
libertaria el método dialéctico, que como indica Croce fue casi una creación
suya. Hegel acuña también una terminología, y da una nueva orientación al
pensamiento y a la teoría.
El contacto de los primeros libertarios con
Hegel fue estrechísimo. Stirner fue su discípulo y formó parte del grupo de los
hegelianos de izquierda. Bakunín conocía perfectamente el planteamiento
hegeliano, llegando incluso a decir que “quien no haya vivido en aquella época
no podría jamás entender la fascinación que causó su sistema”. Marx inició a
Proudhon en el estudio de Hegel.
Libertad y Necesidad
Uno de los puntos del sistema hegeliano que
más repercusiones ha tenido es precisamente su nuevo concepto de libertad.
Tanto el planteamiento anarquista como el marxista, parten directamente de él.
En los “Lineamientos para la filosofía del
Derecho”, Hegel dice que la definición de libertad como “el poder hacer lo que
se quiere” manifiesta un defecto total en la educación del pensamiento. Es un
sueño y una quimera.
Engels en el “Antidühring” reconoce que Hegel
es el primero en tratar, de un modo justo, la relación de libertad y necesidad.
Para el filósofo alemán la libertad es la comprensión de la necesidad. “La
necesidad es ciegas –dice Hegel en “La Enciclopedia”—sólo en cuanto no es
comprendida”. La libertad no consiste en la soñada independencia de las leyes
naturales, sino en el conocimiento de las mismas, y en la posibilidad de
utilizarlas según metas determinadas.
En la “Introducción a la Historia de la Filosofía”
Hegel insiste en su planteamiento. Dice que las determinaciones del espíritu
son la libertad y la necesidad… la libertad sin necesidad es abstracta, esta
falsa libertad es el arbitrio”. Y más adelante sentencia: “Si un pueblo quiere
la libertad, subordina sus deseos a la ley universal, mientras antes su
voluntad se limitaba a lo particular”.
Trabajo y Libertad
Luckacs señala en su trabajo sobre “El joven
Hegel”, que el problema de la libertad y
necesidad recibe en Hegel una formulación concreta porque viene tratado en un
determinado contexto histórico social.
Lo importante es que, a partir de Hegel, la
libertad innata al hombre es vista sólo como un carácter natural o animal, que
nada tiene que ver con la verdadera libertad humana, que sólo se conquista
mediante el trabajo. El hombre es libre sólo cuando se ha hecho libre por el
trabajo, cuando ha superado la necesidad asumiéndola.
La libertad concreta para Hegel, es el resultado
de una lucha constante que se expresa principalmente a través del trabajo. Este
es indisolublemente supresión de la forma natural y creación de una forma humana, espiritual.
Hegel y
Marx
Marx consideraba, como Hegel, que la libertad
humana es inseparable de las condiciones en que puede ejercerse. Estas
condiciones constituyen el elemento de necesidad. No puede existir, por tanto,
libertad sin necesidad.
Al igual que Bakunin, Marx considera también,
en la “Ideología alemana”, que sólo en la comunidad se hace posible la libertad individual. En la
comunidad real los individuos adquieren su libertad en la asociación y por
medio de ella.
En este punto, como en muchos otros, no hay
oposición radical entre el movimiento libertario y el marxismo. En este caso lo
une Hegel que es el tronco común.
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