"BELLAS ORACIONES"
Oración del que ama
Padre nuestro y Dios mío,
aunque soy todavía joven,
pienso muchas veces en el amor,
y al pensar en el amor, no
puedo menos que pensar
muchas veces en ciertas
cosas.
Y como no quiero pensar a
tus espaldas, por eso hoy
vengo a Ti,
para rezar por la mujer que
un día amaré.
Me dicen que aún tengo que
esperar, y
que tengo que esperar sobre
las armas,
por ella tengo que
defender mi integridad,
y Tú sabes, Dios mío, que
eso es muy difícil,
aunque algo muy noble dentro
de mí, me dice que es posible.
¿Cómo es ella, Dios mío?
¿Qué hace ahora? ¿Dónde está?
Me gusta pensar en ella;
porque pensando en ella
me siento más fuerte.
Y ella en el fondo de su alma, quizás sueña un
ideal.
¡Cuánto tengo qué luchar
para realizar el ideal que ella sueña!
Si ella es pura, no tengo
derecho alguno a ser impuro.
Yo la amo ya sin
conocerla…la persona ideal que me hará feliz.
Compañera fiel, hasta el fin
de este viaje que es la vida.
Por ella estudio con empeño
superando el desgano.
La victoria sobre las tentaciones,
el respeto a mi alma y a mi
cuerpo…
son otras tantas maneras del
amor que le tengo.
Guárdame puro Buen Dios para
ella y consérvala a ella para mí.
Porque ella vive no sé dónde
yo me siento menos solo,
Porque ella tiene un alma
blanca y pura ya me asquea el pecado.
Y porque llegará el día en
que ella camine apoyada en mi brazo,
Es necesario que mi paso no
vacile y sea firme.
Cuánto he de trabajar para
formar el hogar
que ella ha de compartir
conmigo…
Con cuánto empeño me he de
negar a mí mismo
para forjarme un carácter
que no la haga sufrir.
¡Cuánto he de mejorarme por
ella, Dios mío y para ella!
Y entonces vendrán ellos,
pequeños hijos míos,
a los que amo ya, mientras esperan en la cuna
de Dios.
Ellos ya tienen menos 6
menos 5 quizás menos 4 años de edad…
Cuántos años me quedan
todavía para trabajar por ellos, sin ellos todavía.
Cuántos años para hacer
posible el hogar que ellos merecen.
¿No es cosa bella trabajar,
con constancia y alegría por amor?
¿Hay algo más bello que ser
bueno, fuerte y puro por amor
a unos hijos que aún no existen?
¡Que me tengan por loco!
¡Que algunos amigos se rían
y me desprecien!
¡Que mis pasiones ardan en
llamaradas contra mí!
Yo estoy determinado a ser
bueno, cueste lo que cueste,
por amor a ella que ya
existe.
Por amor a ellos que aún no
existen, por amor a Ti.
Y aquí, Dios mío, acabo mi oración hoy.
(Movimiento Familiar
Cristiano de Trujillo)
DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO
“Jesús dijo a sus discípulos: ‘Había un hombre
rico que tenía un mayordomo y vinieron a acusarlo de que estaba malgastando sus
bienes. Lo mandó llamar y le dijo ¿Qué es lo que dicen de ti? Dame cuenta de tu
administración, porque ya no podrás seguir en tu puesto.
El mayordomo pensó entonces: ‘ Qué voy a hacer ahora que mi patrón me
quita mi puesto? Trabajar la tierra es superior a mis fuerzas, y pedir limosnas
me daría vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto,
tenga gente que me reciba en su casa’.
Llamó uno por uno a los que le debían a
su patrón y dijo al primero: ¿Cuánto le debes a mi patrón? Le contestó: ‘Cien barriles de aceite’.
Dijo el mayordomo: ‘Toma tu recibo, siéntate y escribe rápido: cincuenta’.
Después dijo a otro: ‘Y tú, ¿cuánto debes? ’Cuatrocientos quintales de trigo’.
El mayordomo le dijo: ‘Toma tu recibo y escribe trescientos’.
El patrón admiró la manera de obrar tan
inteligente de su mayordomo ladrón: en verdad los de este mundo son más astutos
que los hijos de la luz para tratar a sus semejantes.
Yo también les digo: ‘Aprovechen el
maldito dinero para hacerse de amigos, parta que cuando se les acabe, los
reciban a ustedes en las viviendas eternas”. Lucas 16: 1-13
El administrador astuto
¿A QUÉ SEÑOR SIRVES?
Jesús no se preocupa por
calificar las incorrecciones del mayordomo, sino que destaca su inteligencia
para asegurar su porvenir.
De Él debemos aprender a
medirnos en el uso de las riquezas como nos va a enseñar Jesús a continuación.
Nos presenta una parábola
con números exagerados. Se trata de un administrador de tantos que roba a su
señor todo lo que puede. Lo descubren. Y lo despiden.
Es gracioso lo que piensa el
despedido: “¿qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no
tengo fuerzas. Mendigar me da vergüenza…”.
Y llama a los deudores de su
amo y les rebaja las deudas. En realidad se trata de cantidades enormes pues se
calcula que el aceite sería unos cien “batos” es decir, unos treinta y seis
hectolitros. Y se calcula también que el trigo sería como unos quinientos cincuenta
quintales.
Al descubrirlo el amo alaba
a su bandido administrador y le felicita pero no por el robo sino por la
astucia, ya que en la Biblia sabemos que la astucia fue una actitud muy
admirada en aquellos tiempos.
Jesús mismo nos dirá “sean
sencillos como palomas y astutos, prudentes, como serpientes”.
Jesús saca unas conclusiones
de todo lo expuesto:
“El que es de fiar en lo
menudo también en lo importante es de fiar”.
“El que no es honrado en lo
menudo tampoco lo será en lo grande”.
Para Jesús lo menudo es el
dinero de este mundo y los valores eternos son los importantes.
Finalmente nos deja el Señor
para nuestra meditación estas palabras:
“No podéis servir a Dios y
al dinero”.
Esto no quiere decir que no
podamos tener dinero y buscar nuestro crecimiento económico sino que más bien
enseña que lo importante es el Señor. El dinero es un medio para la vida. Pero
el Señor es el único necesario.
Podríamos terminar
preguntándonos si en nuestra vida nos mueve a actuar Dios o el ansia de
riqueza.
José Ignacio Alemany Grau,
obispo
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