En la taberna, los hombres encapuchados
miran a todos lados, como si estuvieran buscando a alguien en particular. Columbio
dice a Flere que deben proteger a la Reina a toda costa. Flere asiente con la
cabeza. Tres hombres se acercan a la Reina. La Reina los mira muy asustada.
Alysse se ubica delante de la Reina. Uno de los encapuchados empuja a Alysse y
mira fijamente a los ojos de la Reina. Luego voltea y asiente con la cabeza
como si estuviera confirmando a sus compañeros que han encontrado a quien
buscaban. Columbio desenvaina su espada y dice a Flere que debe escapar con los
demás. Los tres hombres atacan a Columbio mientras Flere y los otros corren.
El capitán de los encapuchados ordena a tres
de sus hombres a que los capturen. Flere señala hacia una ventana y les indica
que es la única escapatoria. Los encapuchados los rodean. Flere se coloca
delante de la Reina. Alysse y Janice toman de la mano a la Reina.
Columbio lucha contra los tres hombres y
observa que la Reina está en peligro.
“Déjenlos en paz”, grita
Uno de los encapuchados aprovecha la
oportunidad y atraviesa su espada en el hombro de Columbio. Columbio cae herido.
El capitán se acerca con su mirada fija en la
Reina.
“¡Te lo suplico!…”, balbucea Flere.
El capitán empuja a Flere contra la pared,
derribándolo.
Janice grita. Dos de los hombres encapuchados
se llevan a la Reina con ellos. La Reina grita. Alysse les pide que la suelten.
El capitán presiona el brazo de Alysse hasta hacerla gritar de dolor. Milun se
acerca y dice al capitán que ésta no es la manera correcta de tratar a una
dama.
El capitán se ríe.
“Acaben con él”, grita.
Cuatro hombres encapuchados atacan a Milun
mientras que el capitán y dos de sus hombres se llevan a la Reina.
Janice se acerca a Columbio y ve que está
herido.
Milun lucha con su espada y esquiva el ataque
de los encapuchados.
Alysse decide ayudar a Milun y rompe un vaso
en la cabeza de uno de sus asaltantes.
“Hazte a un lado”, dice Milun.
A Alysse le parece muy familiar el rostro de
Milun.
Flere, Columbio y Janice observan a Milun luchando
contra los hombres. Columbio sangra y pide a Flere que rescate a la Reina.
“Debemos buscar un médico”, grita Janice.
Milun vence a los tres hombres y limpia la
sangre de su espada. Oye los gritos de la Reina provenientes del exterior.
Los encapuchados cubren los ojos de la Reina,
atan sus manos y la arrojan dentro de un carruaje. Milun se acerca y les ordena
liberarla. Dos de los hombres atacan a Milun mientras el cochero y el capitán
parten con la Reina.
En el interior del carruaje, la Reina,
moviendo su cabeza, suplica:
“Déjame ir”.
El capitán se ríe.
Milun derrota a los dos hombres y observa que
el carruaje se aleja. Él sube a un caballo y los sigue.
Un doctor llega a la taberna y examina a
Columbio. El doctor dice que Columbio debe ser llevado a una enfermería.
Flere dice a Janice y Alysse que informará a
los guardias del ataque sufrido. Flere sale.
Dos hombres ayudan a levantar a Columbio.
Janice y Alysse se abrazan.
En el interior del carruaje, el capitán se da
cuenta de que alguien los está siguiendo. Saca su revólver y dispara por la
ventana. La Reina patea la pierna del capitán haciéndolo caer. Como resultado
de los disparos, los caballos se asustan.
Milun se acerca al carruaje y logra sostenerse
de la puerta.
El capitán se levanta y mira a la Reina, lleno
de furia.
“Podría matarte si quisiera”, dice.
El cochero ataca a Milun con su espada. Milun
le responde con un puñetazo y una patada
logrando hacerlo caer del carruaje. Los
caballos fuera de control, se acercan a un abismo.
En la Enfermería, el doctor y sus ayudantes
atienden a Columbio. Janice llora y Alysse le pide que no se preocupe. Janice
dice que también está muy preocupada por la Reina. Alysse agacha la cabeza.
En la aldea, Flere se acerca a los guardias
y les informa que la Reina ha sido capturada. Los guardias desenvainan sus
espadas y siguen a Flere.
El capitán se da cuenta de que el carruaje
está fuera de control.
“Disfruta del paseo”, dice.
El capitán patea la puerta del carruaje y
salta. La Reina, grita.
Milun ingresa al carruaje y se acerca a la
Reina.
“Hay una sola manera…”
Milun carga a la Reina sobre su espalda.
“Agárrate fuerte”, grita Milun.
“No, por favor…”
Milun salta del carruaje mientras los caballos
y el carruaje caen al abismo.
Flere ingresa al Palacio. El Capitán
Daugherty le pregunta ¿dónde están la Reina y los otros? Flere le pide ver al Rey. El Capitán dice que
el Rey acaba de regresar de la reunión. Flere informa a Daugherty que fueron atacados y la Reina ha sido
capturada. El Capitán se queda completamente sorprendido.
En el bosque, Milun se levanta y se da
cuenta que su cuerpo está muy adolorido. Entre los arbustos, se escucha el
llanto de la Reina. Milun se acerca a la Reina y desata sus manos.
“Nadie podrá hacerte daño, ahora”, dice
Milun.
Milun retira la venda de los ojos de la Reina
y se queda perplejo al contemplar su belleza. La Reina aún aterrada, se cubre
el rostro con la capucha, después de haberlo mirado fijamente.
“¿Quién eres?”, le pregunta.
“Soy sólo un hombre que estaba en el lugar
equivocado y en el momento imprevisto”.
“Necesito reunirme con mis amigos”.
“Deben estar a salvo, a excepción del
muchacho alto”.
La Reina lo mira preocupada.
“¿Eres su mujer?”
La Reina no entiende la pregunta de Milun.
“Por favor, llévame con ellos”.
“Necesitaríamos un caballo. La aldea está un
poco lejos”.
Milun ayuda a la Reina a ponerse de pie y caminan. La Reina mira a
todas partes.
“¿En dónde estamos?”
“Este es el Bosque Negro”.
La Reina suspira de asombro.
“¿Sabes por qué esos hombres querían
llevarte?”
La Reina niega con la cabeza.
En el Palacio, el Capitán Daugherty informa
al Rey Aidan que la Reina ha sido tomada prisionera por misteriosos hombres
encapuchados. El Rey mira a todas partes, muy asustado. El Monseñor Blanco dice
al Rey que está seguro de que ellos
podrán rescatarla. El Capitán comunica al Rey que sus soldados están
buscando a la Reina por todas partes. El Rey pide al Capitán que lo acompañe a
la aldea.
En la Enfermería, el doctor informa a Janice
y a Alysse que Columbio está a salvo y, al parecer, tendrá una pronta
recuperación. Janice agradece al doctor por salvarle la vida. Alysse abraza a
Janice.
Milun y la Reina ingresan a la taberna y
observan todo el daño causado por los encapuchados. Tiara se acerca a Milun y
le dice que ella se quedó muy impresionada por sus habilidades con la espada.
Milun sonríe. La Reina pregunta a Tiara si sabe dónde están sus amigos. Tiara
le responde que uno de ellos fue llevado
a la Enfermería. La Reina se siente preocupada por el estado de Columbio.
En la Enfermería, Janice se asoma a la
ventana esperando que Flere regrese. Janice comenta que jamás debió permitir
salir del Palacio de la manera cómo salieron. Alysse dice que todo esto es por culpa suya, ya que la
Señorita Pía tenía razón; ella jamás debió mencionar nada sobre las mascaradas.
La Reina y Milun entran. Janice corre hacia la
Reina y la abraza. Alysse está muy feliz de verla sana y salva. Milun observa a
Alysse y su rostro le parece conocido.
Janice dice
a la Reina que estaban preocupadas por ella. La Reina le pregunta dónde
están Columbio y Flere. Janice le dice que Columbio
fue herido pero ya está bien y Flere ha ido al Palacio. Alysse abraza a la
Reina y le dice que lamenta lo ocurrido.
La Reina se da vuelta y dice a Milun que ella ya está a salvo con sus amigos, y él
puede marcharse ahora. Milun asiente con la cabeza y le pide que se cuide.
La Reina dice a Milun que está muy
agradecida por su ayuda. Milun se marcha.
“¿Quién es este misterioso Caballero?”,
pregunta Janice.
“Lo ignoro. Pero logró salvarme de esos
villanos”.
“En la taberna los venció a todos”, dice
Alysse.
La Reina dice que espera que el Rey no esté enojado con ella.
La Reina dice que espera que el Rey no esté enojado con ella.
Milun camina por la habitación de Nidia y
observa que ella está durmiendo. Sale de la Enfermería y se dice a sí mismo,
que la mujer que rescató tenía algo diferente de las otras mujeres de Frezzia.
Varios carruajes reales se detienen a la
entrada de la Enfermería. El Rey, el Capitán Daugherty, Flere y otros vistiendo
largas capas, ingresan a la Enfermería. Milun, confundido, dice que
probablemente alguien murió.
La Reina Beatriz dice a Alysse y Janice que ella no tenía idea alguna del lugar a dónde
esos hombres la llevaban. Alysse le pregunta si ella cree que ellos
conocían su identidad. La Reina dice que las
cosas pasaron tan rápido, y aún se pregunta qué hubiese ocurrido si ese
Caballero no la rescataba.
Flere y el Rey ingresan y se sienten aliviados
al ver a la Reina que está a salvo. El Rey abraza a la Reina y le dice que
estaba muy preocupado por ella. Flere abraza a Janice.
El Monseñor no le quita la mirada a la Reina.
El Rey dice a la Reina que todos la están buscando, ya que Flere dijo que ella
fue secuestrada. La Reina dice que ella logró escapar de sus atacantes. Flere
pregunta por Columbio. Janice dice que Columbio ya está mejor y su recuperación tardará unos días. La
Reina dice que todo esto ha sido culpa suya. El Monseñor dice a la Reina que su comportamiento es inaceptable; la Reina de Frezzia en la calle sin seguridad.
La Reina baja la cabeza, apenada. Flere dice al Monseñor que éste no es el
lugar para quejarse. El Capitán Daugherty dice que Columbio será trasladado al
Palacio.
Más tarde, ese mismo día, en su Despacho,
Columbio, descansa con un vendaje en el brazo. El Duque ingresa y le pregunta si se divirtió anoche.
Columbio, furioso, le responde que él es el responsable del ataque. El Duque se
ríe y dice a Columbio que lo único que él sabe hacer es acusarlo de todo. El
Duque le aclara que no es un cobarde, y si él desea hacer algo, lo hace por sí
mismo. Luego se retira.
En sus recámaras, la Reina continúa afectada
por lo ocurrido. El Rey le dice no preocuparse y le hace saber que él no está
molesto con ella. La Reina se disculpa con él, y le dice que está segura que la Corte Real le recriminará
por lo ocurrido. El Rey dice que los
miembros de la Corte son como su familia y le asegura que ellos entenderán que
todo fue un accidente.
Alysse ingresa a la cocina y Sharize la
abraza. Sharize le dice que estaba preocupada por ella, ya que su padre, el
Capitán Daugherty, le contó lo ocurrido. Alysse dice que su salida a la aldea
terminó en una pesadilla.
La Señorita Pía entra y clava su mirada en
Alysse. Alysse dice a la Señorita Pía que está preparada para oír sus quejas.
La señorita dice que no perderá su tiempo con ella; ya que ella siempre aprende
de la manera más dura.
Alysse llora. La Señorita le pregunta si acaso imagina lo que sucedería si la
Reina hubiese sido herida.
Miccael ingresa y le pide a la Señorita que
deje de gritar a Alysse. La Señorita Pía se marcha. Miccael abraza a Alysse y
le dice que nada de lo ocurrido fue culpa suya; él sabe que ella sólo hacía su
trabajo. Alysse dice que ella tenía mucho miedo; los criminales estaban
dispuestos a hacerles daño.
Janice
y Flere se rúnen con Columbio. Janice dice a Columbio que le alegra saber que
se siente mucho mejor. Él dice que él estaba a cargo de ellos y falló en
protegerlos. Flere dice a Columbio que todos
ellos fueron testigos de verlo luchar con valentía contra esos hombres.
Columbio pregunta qué ocurrió después de
haber sido herido. Janice dice que un
misterioso Caballero derrotó a los hombres y luego rescató a la Reina del
carruaje donde la llevaban. Columbio dice que ese Caballero merece una gran recompensa. Flere pide a Columbio que
descanse un poco más.
En los apartamentos del Rey, el Almirante
Guiness y el General Riot se reúnen con el Rey. El General, completamente
consternado dice que todo eso pudo haber
terminado en una tragedia, y no es posible actuar sin el debido permiso de la
Corte Real. El Almirante dice que esto
también pudo haber desencadenado una guerra. El Monseñor ingresa y les dice
que el Rey y él han tenido una seria
conversación y ha prometido que no volverá a suceder. El Rey sonríe en
apreciación a las palabras del Monseñor.
Afuera de los apartamentos, el Capitán Jasper
se acerca al Capitán Daugherty y le dice que espera que el Rey se dé cuenta de la pésima seguridad que sus soldados
azules ofrecen. Daugherty se ríe y le dice a Jasper que mientras él viva, siempre existirán los
soldados azules. Jasper dice que no
muchas personas en Frezzia han sido bendecidas con una larga vida.
Daugherty lo mira desafiante.
En sus recámaras, la Reina se reúne con Alysse
y Janice. La Reina les pide disculpas por obligarlas a ir con ella a la aldea.
Alysse le responde que ella siempre hará lo que le pida. Janice le dice que si
tanto gusta de las mascaradas, podrían realizar una aquí en el Palacio. La
Reina sonríe y las abraza. Pide a Janice decirle al Amo Columbio que le desea
pronta recuperación.
La Señorita Pía ingresa y le informa a la
Reina que la Señora Britta llegó anoche al Palacio.
“¡Se me olvidó con todo esto!”, exclama la
Reina.
La Señora Britta, una atractiva mujer de
mediana edad entra y hace reverencia. Su vestuario es más exclusivo, mejor
confeccionado y lleva más joyas que el de la Reina.
“Su Majestad, ante usted, la Señora Britta
de la Motte”, dice la Señorita Pía.
La Reina se sorprende por la inesperada
entrada de Britta en sus aposentos y le sonríe brevemente.
“Sea usted muy bienvenida a mi Corte”.
Britta sonríe e inclina la cabeza hacia ella.
“El placer es mío, Su Alteza”.
Alysse y Janice observan a
Britta.
El Capitán Daugherty ingresa al Despacho
de Columbio. Columbio le pregunta si él ha venido sólo a quejarse. El Capitán
se ríe y dice a Columbio que su trabajo
es el de proteger al Rey, a la Reina y a los miembros de la Corte Real.
Columbio dice que él pensó que nada malo les ocurriría. El Capitán Daugherty pregunta
acerca de la otra noche que salió del Palacio. Columbio responde que tenía algo importante qué hacer. Daugherty
advierte que si él continúa saliendo de esa manera, tendrá que informar al Rey.
Columbio dice que él está protegiendo al
Rey y debe saber que el ataque en la taberna no fue una simple coincidencia.
El Capitán lo mira sorprendido.
El Duque se prepara para salir de su Despacho,
en eso la Señora Britta ingresa. El Duque sorprendido de verla, besa la mano de
Britta. Ella dice al Duque: que ella
siempre lo admiró por su buen gusto en el vestir. El Duque le dice que escuchó
que ella ya había llegado a Palacio; pero que no quería interrumpirla.
Britta sonríe y dice que ella siempre
tendrá tiempo para el hermano de su marido. El Duque dice que ella tomó una importante decisión al venir a
Palacio y abandonar a su hermano. Britta dice que es una historia muy larga y parece que él está por salir. El Duque
le dice que está comprometido con una
bella muchacha, y deben discutir los detalles de la boda. Britta lo
felicita.
Milun ingresa a la Enfermería con un ramo de
flores y se sorprende al ver vacía la cama de Nidia. Arturo se acerca y le dice
que Nidia fue dada de alta en la mañana. Milun sonríe y le entrega las flores a
Arturo. Milun le pide que las obsequie a alguien. Milun se marcha.
En las recámaras de la Reina, la Reina dice
a Janice y Alysse que ella se sorprendió
al ver que esa mujer, Britta, entró en sus aposentos sin su autorización.
Janice dice a la Reina que ella tiene
razón, y la Señorita Pía no debió permitirlo. Alysse dice a la Reina que, tal vez, la Señora Britta la considera a
ella como familia. La Reina dice que ella
tiene razón, la Señora Britta está casada con uno de los primos del Rey.
Janice dice que escuchó por ahí que Britta se ha casado tres veces. Alysse dice
que es una mujer muy atractiva. La
Reina se ríe y dice que dará una
oportunidad a Britta, después de todo, necesitan de otra cómplice. Las tres
ríen. Mientras tanto Britta camina por los pasillos del Palacio y dice que Frezzia necesita ser gobernada por una
verdadera mujer. Ella ríe estridentemente.
Miccael
se acerca a Flere y le agradece por cuidar a Alysse. Flere sonríe y dice a
Miccael que él no sabía que Alysse tenía un admirador. Miccael se ríe y
confiesa que está enamorado de ella.
El Duque se encuentra afuera de la panadería
con un ramo de rosas. Erasmo abre la puerta y se sorprende al verlo
“¿Cómo se atreve usted, venir aquí?’
“Será mejor, que no te metas”, dice el
Duque.
“He venido hasta aquí para dialogar con
ella”.
“Sabe muy bien que mi hija, Nidia, es todo
lo que tengo”.
“Debo verla ahora”.
“Ni se atreva a tocarla, yo…”
El Duque entra y grita el nombre de Nidia.
Ambos ingresan a la habitación de Nidia y encuentran vacía la cama de ella.
“Pero no es posible…”, balbucea Erasmo.
“Date
prisa y dime dónde se esconde ella”.
“Creo yo que ella está… con un muchacho”.
“¡Dime quién es!”, grita el Duque.
“No creo que eso sea importante”.
“Tu hija es una mujerzuela…”. El Duque se
frota las manos.
“Todo es culpa suya. Usted jamás debió
lastimarla”.
“Detesto que se burlen de mí. Pero esto no
se quedará así”.
El Duque mira desafiante a Erasmo y luego sale
de la habitación.
Alysse camina con Miccael por un pasillo.
Ella le agradece por defenderla de la Señorita Pía. Miccael dice que ella es una mujer infeliz y ella quiere que
los que la rodean también lo sean. Miccael dice a Alysse que él desea ser feliz y él sabe que ella lo
haría el hombre más feliz de este mundo. Alysse agacha la cabeza,
avergonzada. Miccael dice que le gustaría
estar con ella, y no es necesario que ella decida en este momento. Alysse
sonríe.
“Me encantaría”, responde Alysse.
Miccael se emociona al escuchar las palabras
de Alysse y besa sus labios.
Por la noche, hay una pequeña ceremonia para
dar la bienvenida a la Señora Britta. Britta dice al Rey que ya echaba de menos vivir en el Palacio.
El Rey le dice que siempre es bienvenida.
Britta propone hacer un brindis en nombre de la bella Reina Beatriz. Todos
brindan en nombre de la Reina. La Reina sonríe.
Janice observa a Britta. Flere pregunta a
Janice si ocurre algo. Janice dice a Flere que la Señora Britta no parece ser una buena persona en quien confiar.
Flere pregunta a Janice si ella está celosa de su impresionante belleza. Janice
sonríe.
La Reina pregunta a la Señorita Pía si ya
llegó la Dama Felicia y sus otras damas. La Señorita Pía dice que ellas
cancelaron la invitación. El Monseñor se acerca a la Reina y le pregunta si se
siente mejor. La Reina le agradece por ayudar al Rey con la Corte. El Monseñor
le dice que él está en el Palacio para servirle. La Reina sonríe.
Nidia camina con dificultad y dice a Milun
que él necesita saber que ella lo ama, pero ella debe hacer lo que su padre le
pida. Milun abraza a Nidia y le dice que siempre la amará.
Alysse y Sharize terminan sus quehaceres.
Sharize dice a Alysse que le alegra verla sonreír nuevamente. Alysse le comenta
que Miccael le ha pedido andar con él. Sharize la felicita. Alysse dice que Miccael
ha sido muy amable con ella desde que llegó. Sharize baja la mirada.
En su habitación, Miccael escribe una carta a
su madre, dándole a conocer lo de Alysse y él. Yllia ingresa y Miccael le pide
que se marche. Yllia lo mira sorprendida. Miccael dice que él está viendo a
alguien más. Yllia se ríe y le pregunta si él se está refiriendo a la estúpida
Bordana, Alysse. Miccael le insiste que
se marche. Él empuja a Yllia hasta
sacarla de su habitación y luego le cierra la puerta en la cara. Yllia, llena
de furia, golpea la puerta.
Milun acompaña a Nidia a la panadería. Nidia
pregunta a Milun si él cree que volverán a verse algún día. Milun sonríe. Ellos
observan una nube de humo que proviene de la aldea. Milun dice que espera que nadie corra peligro. Nidia
dice que el humo está viniendo de la panadería.
Ellos se acercan a la panadería y ven que está en llamas.
Cerca de ellos, el Duque sostiene una antorcha
y se ríe.
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