domingo, 4 de septiembre de 2016

EL REINO AHORA: Cap. 5 EL MISTERIOSO CABALLERO / Tony PEREDA

          


   En la taberna, los hombres encapuchados miran a todos lados, como si estuvieran buscando a alguien en particular. Columbio dice a Flere que deben proteger a la Reina a toda costa. Flere asiente con la cabeza. Tres hombres se acercan a la Reina. La Reina los mira muy asustada. Alysse se ubica delante de la Reina. Uno de los encapuchados empuja a Alysse y mira fijamente a los ojos de la Reina. Luego voltea y asiente con la cabeza como si estuviera confirmando a sus compañeros que han encontrado a quien buscaban. Columbio desenvaina su espada y dice a Flere que debe escapar con los demás. Los tres hombres atacan a Columbio mientras Flere  y los otros corren.
 El capitán de los encapuchados ordena a tres de sus hombres a que los capturen. Flere señala hacia una ventana y les indica que es la única escapatoria. Los encapuchados los rodean. Flere se coloca delante de la Reina. Alysse y Janice toman de la mano a la Reina.
 Columbio lucha contra los tres hombres y observa que la Reina está en peligro.
   “Déjenlos en paz”, grita
 Uno de los encapuchados aprovecha la oportunidad y atraviesa su espada en el hombro de Columbio. Columbio cae herido.
 El capitán se acerca con su mirada fija en la Reina.
   “¡Te lo suplico!…”, balbucea Flere.
 El capitán empuja a Flere contra la pared, derribándolo.
 Janice grita. Dos de los hombres encapuchados se llevan a la Reina con ellos. La Reina grita. Alysse les pide que la suelten. El capitán presiona el brazo de Alysse hasta hacerla gritar de dolor. Milun se acerca y dice al capitán que ésta no es la manera correcta de tratar a una dama.
 El capitán se ríe.
   “Acaben con él”, grita.
 Cuatro hombres encapuchados atacan a Milun mientras que el capitán y dos de sus hombres se llevan a la Reina.
 Janice se acerca a Columbio y ve que está herido.
 Milun lucha con su espada y esquiva el ataque de los encapuchados.
 Alysse decide ayudar a Milun y rompe un vaso en la cabeza de uno de sus asaltantes.
   “Hazte a un lado”, dice Milun.
 A Alysse le parece muy familiar el rostro de Milun.
 Flere, Columbio y Janice observan a Milun luchando contra los hombres. Columbio sangra y pide a Flere que rescate a la Reina.
   “Debemos buscar un médico”, grita Janice.
 Milun vence a los tres hombres y limpia la sangre de su espada. Oye los gritos de la Reina provenientes del exterior.
 Los encapuchados cubren los ojos de la Reina, atan sus manos y la arrojan dentro de un carruaje. Milun se acerca y les ordena liberarla. Dos de los hombres atacan a Milun mientras el cochero y el capitán parten con la Reina.
 En el interior del carruaje, la Reina, moviendo su cabeza, suplica:
   “Déjame ir”.
 El capitán se ríe.
 Milun derrota a los dos hombres y observa que el carruaje se aleja. Él sube a un caballo y los sigue.
 Un doctor llega a la taberna y examina a Columbio. El doctor dice que Columbio debe ser llevado a una enfermería.
 Flere dice a Janice y Alysse que informará a los guardias del ataque sufrido. Flere sale.
 Dos hombres ayudan a levantar a Columbio. Janice y Alysse se abrazan.
 En el interior del carruaje, el capitán se da cuenta de que alguien los está siguiendo. Saca su revólver y dispara por la ventana. La Reina patea la pierna del capitán haciéndolo caer. Como resultado de los disparos, los caballos se asustan.
 Milun se acerca al carruaje y logra sostenerse de la puerta.
 El capitán se levanta y mira a la Reina, lleno de furia.
   “Podría matarte si quisiera”, dice.
 El cochero ataca a Milun con su espada. Milun le responde  con un puñetazo y una patada logrando hacerlo caer del  carruaje. Los caballos fuera de control, se acercan a un abismo.

   En la Enfermería, el doctor y sus ayudantes atienden a Columbio. Janice llora y Alysse le pide que no se preocupe. Janice dice que también está muy preocupada por la Reina. Alysse agacha la cabeza.

   En la aldea, Flere se acerca a los guardias y les informa que la Reina ha sido capturada. Los guardias desenvainan sus espadas y siguen a Flere.

   El capitán se da cuenta de que el carruaje está fuera de control.
   “Disfruta del paseo”, dice.
 El capitán patea la puerta del carruaje y salta. La Reina, grita.
 Milun ingresa al carruaje y se acerca a la Reina.
   “Hay una sola manera…”
 Milun carga a la Reina sobre su espalda.
   “Agárrate fuerte”, grita Milun.
   “No, por favor…”
 Milun salta del carruaje mientras los caballos y el carruaje caen al abismo.

   Flere ingresa al Palacio. El Capitán Daugherty  le pregunta  ¿dónde están la Reina y los otros?  Flere le pide ver al Rey. El Capitán dice que el Rey acaba de regresar de la reunión. Flere informa a Daugherty  que fueron atacados y la Reina ha sido capturada. El Capitán se queda completamente sorprendido.

   En el bosque, Milun se levanta y se da cuenta que su cuerpo está muy adolorido. Entre los arbustos, se escucha el llanto de la Reina. Milun se acerca a la Reina y desata sus manos.
   “Nadie podrá hacerte daño, ahora”, dice Milun.
 Milun retira la venda de los ojos de la Reina y se queda perplejo al contemplar su belleza. La Reina aún aterrada, se cubre el rostro con la capucha, después de haberlo mirado fijamente.
   “¿Quién eres?”, le pregunta.
   “Soy sólo un hombre que estaba en el lugar equivocado y en el momento imprevisto”.
   “Necesito reunirme con mis amigos”.
    “Deben estar a salvo, a excepción del muchacho alto”.
 La Reina lo mira preocupada.
   “¿Eres su mujer?”
 La Reina no entiende la pregunta de Milun.
   “Por favor, llévame con ellos”.
   “Necesitaríamos un caballo. La aldea está un poco lejos”.
 Milun ayuda a la Reina  a ponerse de pie y caminan. La Reina mira a todas partes.
   “¿En dónde estamos?”
   “Este es el Bosque Negro”.
 La Reina suspira de asombro.
   “¿Sabes por qué esos hombres querían llevarte?”
 La Reina niega con la cabeza.

    En el Palacio, el Capitán Daugherty informa al Rey Aidan que la Reina ha sido tomada prisionera por misteriosos hombres encapuchados. El Rey mira a todas partes, muy asustado. El Monseñor Blanco dice al Rey que está seguro de que ellos podrán rescatarla. El Capitán comunica al Rey que sus soldados están buscando a la Reina por todas partes. El Rey pide al Capitán que lo acompañe a la aldea.

   En la Enfermería, el doctor informa a Janice y a Alysse que Columbio está a salvo y, al parecer, tendrá una pronta recuperación. Janice agradece al doctor por salvarle la vida. Alysse abraza a Janice.

   Milun y la Reina ingresan a la taberna y observan todo el daño causado por los encapuchados. Tiara se acerca a Milun y le dice que ella se quedó muy impresionada por sus habilidades con la espada. Milun sonríe. La Reina pregunta a Tiara si sabe dónde están sus amigos. Tiara le responde que uno de ellos fue llevado a la Enfermería. La Reina se siente preocupada por el estado de Columbio.

   En la Enfermería, Janice se asoma a la ventana esperando que Flere regrese. Janice comenta que jamás debió permitir salir del Palacio de la manera cómo salieron. Alysse dice que todo esto es por culpa suya, ya que la Señorita Pía tenía razón; ella jamás debió mencionar nada sobre las mascaradas.
 La Reina y Milun entran. Janice corre hacia la Reina y la abraza. Alysse está muy feliz de verla sana y salva. Milun observa a Alysse y su rostro le parece conocido.
 Janice dice  a la Reina que estaban preocupadas por ella. La Reina le pregunta dónde están Columbio y Flere. Janice le dice que Columbio fue herido pero ya está bien y Flere ha ido al Palacio. Alysse abraza a la Reina y le dice que lamenta lo ocurrido.
 La Reina se da vuelta y dice a Milun que ella ya está a salvo con sus amigos, y él puede marcharse ahora. Milun asiente con la cabeza y le pide que se cuide. La Reina dice a Milun que está muy agradecida por su ayuda. Milun se marcha.
   “¿Quién es este misterioso Caballero?”, pregunta Janice.
   “Lo ignoro. Pero logró salvarme de esos villanos”.
   “En la taberna los venció a todos”, dice Alysse.
 La Reina dice que espera que el Rey no esté enojado con ella.

   Milun camina por la habitación de Nidia y observa que ella está durmiendo. Sale de la Enfermería y se dice a sí mismo, que la mujer que rescató tenía algo diferente de las otras mujeres de Frezzia.
 Varios carruajes reales se detienen a la entrada de la Enfermería. El Rey, el Capitán Daugherty, Flere y otros vistiendo largas capas, ingresan a la Enfermería. Milun, confundido, dice que probablemente alguien murió.

   La Reina Beatriz dice a Alysse y Janice que ella no tenía idea alguna del lugar a dónde esos hombres la llevaban. Alysse le pregunta si ella cree que ellos conocían su identidad. La Reina dice que las cosas pasaron tan rápido, y aún se pregunta qué hubiese ocurrido si ese Caballero no la rescataba.
 Flere y el Rey ingresan y se sienten aliviados al ver a la Reina que está a salvo. El Rey abraza a la Reina y le dice que estaba muy preocupado por ella. Flere abraza a Janice.
 El Monseñor no le quita la mirada a la Reina. El Rey dice a la Reina que todos la están buscando, ya que Flere dijo que ella fue secuestrada. La Reina dice que ella logró escapar de sus atacantes. Flere pregunta por Columbio. Janice dice que Columbio ya está  mejor y su recuperación tardará unos días. La Reina dice que todo esto ha sido culpa suya. El Monseñor  dice a la Reina que su comportamiento es inaceptable; la Reina de Frezzia en la calle sin seguridad. La Reina baja la cabeza, apenada. Flere dice al Monseñor que éste no es el lugar para quejarse. El Capitán Daugherty dice que Columbio será trasladado al Palacio.

   Más tarde, ese mismo día, en su Despacho, Columbio, descansa con un vendaje en el brazo. El Duque  ingresa y le pregunta si se divirtió anoche. Columbio, furioso, le responde que él es el responsable del ataque. El Duque se ríe y dice a Columbio que lo único que él sabe hacer es acusarlo de todo. El Duque le aclara que no es un cobarde, y si él desea hacer algo, lo hace por sí mismo. Luego se retira.

   En sus recámaras, la Reina continúa afectada por lo ocurrido. El Rey le dice no preocuparse y le hace saber que él no está molesto con ella. La Reina se disculpa con él, y le dice que está segura que la Corte Real le recriminará por lo ocurrido. El Rey dice que los miembros de la Corte son como su familia y le asegura que ellos entenderán que todo fue un accidente.

   Alysse ingresa a la cocina y Sharize la abraza. Sharize le dice que estaba preocupada por ella, ya que su padre, el Capitán Daugherty, le contó lo ocurrido. Alysse dice que su salida a la aldea terminó en una pesadilla.
 La Señorita Pía entra y clava su mirada en Alysse. Alysse dice a la Señorita Pía que está preparada para oír sus quejas. La señorita dice que no perderá su tiempo con ella; ya que ella siempre aprende de la manera más dura.
 Alysse llora. La Señorita le pregunta si acaso imagina lo que sucedería si la Reina hubiese sido herida.
 Miccael ingresa y le pide a la Señorita que deje de gritar a Alysse. La Señorita Pía se marcha. Miccael abraza a Alysse y le dice que nada de lo ocurrido fue culpa suya; él sabe que ella sólo hacía su trabajo. Alysse dice que ella tenía mucho miedo; los criminales estaban dispuestos a hacerles daño.

   Janice y Flere se rúnen con Columbio. Janice dice a Columbio que le alegra saber que se siente mucho mejor. Él dice que él estaba a cargo de ellos y falló en protegerlos. Flere dice a Columbio que todos ellos fueron testigos de verlo luchar con valentía contra esos hombres. Columbio pregunta qué ocurrió después de haber sido herido. Janice dice que un misterioso Caballero derrotó a los hombres y luego rescató a la Reina del carruaje donde la llevaban. Columbio dice que ese Caballero merece una gran recompensa. Flere pide a Columbio que descanse un poco más.

   En los apartamentos del Rey, el Almirante Guiness y el General Riot se reúnen con el Rey. El General, completamente consternado dice que todo eso pudo haber terminado en una tragedia, y no es posible actuar sin el debido permiso de la Corte Real. El Almirante dice que esto también pudo haber desencadenado una guerra. El Monseñor ingresa y les dice que el Rey y él han tenido una seria conversación y ha prometido que no volverá a suceder. El Rey sonríe en apreciación a las palabras del Monseñor.
 Afuera de los apartamentos, el Capitán Jasper se acerca al Capitán Daugherty y le dice que espera que el Rey se dé cuenta de la pésima seguridad que sus soldados azules ofrecen. Daugherty se ríe y le dice a Jasper que mientras él viva, siempre existirán los soldados azules. Jasper dice que no muchas personas en Frezzia han sido bendecidas con una larga vida. Daugherty lo mira desafiante.

   En sus recámaras, la Reina se reúne con Alysse y Janice. La Reina les pide disculpas por obligarlas a ir con ella a la aldea. Alysse le responde que ella siempre hará lo que le pida. Janice le dice que si tanto gusta de las mascaradas, podrían realizar una aquí en el Palacio. La Reina sonríe y las abraza. Pide a Janice decirle al Amo Columbio que le desea pronta recuperación.
 La Señorita Pía ingresa y le informa a la Reina que la Señora Britta llegó anoche al Palacio.
   “¡Se me olvidó con todo esto!”, exclama la Reina.
 La Señora Britta, una atractiva mujer de mediana edad entra y hace reverencia. Su vestuario es más exclusivo, mejor confeccionado y lleva más joyas que el de la Reina.
   “Su Majestad, ante usted, la Señora Britta de la Motte”, dice la Señorita Pía.
 La Reina se sorprende por la inesperada entrada de Britta en sus aposentos y le sonríe brevemente.
   “Sea usted muy bienvenida a mi Corte”.
 Britta sonríe e inclina la cabeza hacia ella.
   “El placer es mío, Su Alteza”.
 Alysse y Janice observan a Britta.

   El Capitán Daugherty ingresa al Despacho de Columbio. Columbio le pregunta si él ha venido sólo a quejarse. El Capitán se ríe y dice a Columbio que su trabajo es el de proteger al Rey, a la Reina y a los miembros de la Corte Real. Columbio dice que él pensó que nada malo les ocurriría. El Capitán Daugherty pregunta acerca de la otra noche que salió del Palacio. Columbio responde  que tenía algo importante qué hacer. Daugherty advierte  que si él continúa saliendo de esa manera, tendrá que informar al Rey. Columbio dice que él está protegiendo al Rey y debe saber que el ataque en la taberna no fue una simple coincidencia. El Capitán lo mira sorprendido.

   El Duque se prepara para salir de su Despacho, en eso la Señora Britta ingresa. El Duque sorprendido de verla, besa la mano de Britta. Ella dice al Duque: que ella siempre lo admiró por su buen gusto en el vestir. El Duque le dice que  escuchó que ella ya había llegado a Palacio; pero que no quería interrumpirla. Britta sonríe y dice que ella siempre tendrá tiempo para el hermano de su marido. El Duque dice que ella tomó una importante decisión al venir a Palacio y abandonar a su hermano. Britta dice que es una historia muy larga y parece que él está por salir. El Duque le dice que está comprometido con una bella muchacha, y deben discutir los detalles de la boda. Britta lo felicita.

   Milun ingresa a la Enfermería con un ramo de flores y se sorprende al ver vacía la cama de Nidia. Arturo se acerca y le dice que Nidia fue dada de alta en la mañana. Milun sonríe y le entrega las flores a Arturo. Milun le pide que las obsequie a alguien. Milun se marcha.

   En las recámaras de la Reina, la Reina dice a Janice y Alysse que ella se sorprendió al ver que esa mujer, Britta, entró en sus aposentos sin su autorización. Janice dice a la Reina que ella tiene razón, y la Señorita Pía no debió permitirlo. Alysse dice a la Reina que, tal vez, la Señora Britta la considera a ella como familia. La Reina dice que ella tiene razón, la Señora Britta está casada con uno de los primos del Rey. Janice dice que escuchó por ahí que Britta se ha casado tres veces. Alysse dice que es una mujer muy atractiva. La Reina se ríe y dice que dará una oportunidad a Britta, después de todo, necesitan de otra cómplice. Las tres ríen. Mientras tanto Britta camina por los pasillos del Palacio y dice que Frezzia necesita ser gobernada por una verdadera mujer. Ella ríe estridentemente.
 
  Miccael se acerca a Flere y le agradece por cuidar a Alysse. Flere sonríe y dice a Miccael que él no sabía que Alysse tenía un admirador. Miccael se ríe y confiesa que está enamorado de ella.

  El Duque se encuentra afuera de la panadería con un ramo de rosas. Erasmo abre la puerta y se sorprende al verlo
   “¿Cómo se atreve usted, venir aquí?’
   “Será mejor, que no te metas”, dice el Duque.
   “He venido hasta aquí para dialogar con ella”.
   “Sabe muy bien que mi hija, Nidia, es todo lo que tengo”.
   “Debo verla ahora”.
   “Ni se atreva a tocarla, yo…”
 El Duque entra y grita el nombre de Nidia. Ambos ingresan a la habitación de Nidia y encuentran vacía la cama de ella.
   “Pero no es posible…”, balbucea Erasmo.
   “Date  prisa y dime dónde se esconde ella”.
   “Creo yo que ella está… con un muchacho”.
   “¡Dime quién es!”, grita el Duque.
   “No creo que eso sea importante”.
   “Tu hija es una mujerzuela…”. El Duque se frota las manos.
   “Todo es culpa suya. Usted jamás debió lastimarla”.
   “Detesto que se burlen de mí. Pero esto no se  quedará así”.
 El Duque mira desafiante a Erasmo y luego sale de la habitación.

   Alysse camina con Miccael por un pasillo. Ella le agradece por defenderla de la Señorita Pía. Miccael dice que ella es una mujer infeliz y ella quiere que los que la rodean también lo sean. Miccael dice a Alysse que él desea ser feliz y él sabe que ella lo haría el hombre más feliz de este mundo. Alysse agacha la cabeza, avergonzada. Miccael dice que le gustaría estar con ella, y no es necesario que ella decida en este momento. Alysse sonríe.
   “Me encantaría”, responde Alysse.
 Miccael se emociona al escuchar las palabras de Alysse y besa sus labios.

   Por la noche, hay una pequeña ceremonia para dar la bienvenida a la Señora Britta. Britta dice al Rey que ya echaba de menos vivir en el Palacio. El Rey le dice que siempre es bienvenida. Britta propone hacer un brindis en nombre de la bella Reina Beatriz. Todos brindan en nombre de la Reina. La Reina sonríe.
 Janice observa a Britta. Flere pregunta a Janice si ocurre algo. Janice dice a Flere que la Señora Britta no parece ser una buena persona en quien confiar. Flere pregunta a Janice si ella está celosa de su impresionante belleza. Janice sonríe.
 La Reina pregunta a la Señorita Pía si ya llegó la Dama Felicia y sus otras damas. La Señorita Pía dice que ellas cancelaron la invitación. El Monseñor se acerca a la Reina y le pregunta si se siente mejor. La Reina le agradece por ayudar al Rey con la Corte. El Monseñor le dice que él está en el  Palacio para servirle. La Reina sonríe.

   Nidia camina con dificultad y dice a Milun que él necesita saber que ella lo ama, pero ella debe hacer lo que su padre le pida. Milun abraza a Nidia y le dice que siempre la amará.

   Alysse y Sharize terminan sus quehaceres. Sharize dice a Alysse que le alegra verla sonreír nuevamente. Alysse le comenta que Miccael le ha pedido andar con él. Sharize la felicita. Alysse dice que Miccael ha sido muy amable con ella desde que llegó. Sharize baja la mirada.
 En su habitación, Miccael escribe una carta a su madre, dándole a conocer lo de Alysse y él. Yllia ingresa y Miccael le pide que se marche. Yllia lo mira sorprendida. Miccael dice que él está viendo a alguien más. Yllia se ríe y le pregunta si él se está refiriendo a la estúpida Bordana, Alysse.  Miccael le insiste que se marche. Él  empuja a Yllia hasta sacarla de su habitación y luego le cierra la puerta en la cara. Yllia, llena de furia, golpea la puerta.

   Milun acompaña a Nidia a la panadería. Nidia pregunta a Milun si él cree que volverán a verse algún día. Milun sonríe. Ellos observan una nube de humo que proviene de la aldea. Milun dice que espera que nadie corra peligro. Nidia dice que el humo está viniendo de la panadería.
 Ellos se acercan  a la panadería y ven que está en llamas.
 Cerca de ellos, el Duque sostiene una antorcha y se ríe. 

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