viernes, 1 de septiembre de 2017

EL FECUNDO ABRAZO ENTRE EL DEPORTE Y LA LITERATURA / Carlos ARRIBAS

(Julio '17/ elpais.es)

Madrid. En el principio fue la palabra. La palabra escrita. Antes que con la voz, con la radio, con la imagen televisiva, el deporte se contaba con palabras que despertaban la imaginación y el deseo de quien no podía verlo allí donde se competía. Los enviados especiales de los periódicos, sus escritores más talentosos y de imaginación más libre, contaban la acción reinventándola de acuerdo solo con su mirada soberana. Ellos tomaron prestada de Homero la épica para convertirla en un elemento inherente a la narración deportiva. Y la gozaron sus lectores que al día siguiente y hasta meses y años después la recreaban en su interior, y se seguían emocionando.

Tan difícil en España es ver a un deportista leyendo un libro como a un escritor creyendo que el deporte puede ser materia de literatura.

Alérgicos, casi repitiéndose unos a otros, la literatura y el deporte han crecido en mundos paralelos. El deporte como espectáculo (y sus protagonistas) se ven como el terreno de las bajas pasiones, de los sentimientos más simples, casi obscenos, de las masas; la literatura, y todas las bellas artes, encarnan, sin embargo, el reino de lo refinado, el entendimiento, el placer de la razón, la metáfora y la imaginación.

Y los aficionados al deporte más allá de la capa superficial y deseosos de conocer sus historias, las vidas de sus ídolos, la cultura de la que surgieron, sus tradiciones, sus raíces, la metáfora de la vida humana reflejada en un corredor de fondo, siempre solo, debían buscar en sus viajes al extranjero alimento para su espíritu hambriento, siempre que supieran leer en otros idiomas, francés, inglés o italiano. Hasta hace nada, la literatura deportiva sobrevivía en las catacumbas.

El fútbol es fuente inagotable de historias


Dos futbolistas de renombre recrean nuestra imaginación: Diego Godín, el jugador uruguayo y jugador de Atlético de Madrid y Paolo Guerrero, jugador peruano y jugador de Flamengo de Brasil. Los dos preparados para sus partidos nacionales e internacionales y con ligeras diferencias en edad, peso y altura.

Godín destaca garra de Uruguay. El central colchonero es referente en la defensa.
Guerrero destaca garra y lucha en la delantera de Perú. En cierto sentido es irremplazable en el lugar que ocupa como definidor de un partido.





Parte de esta historia futbolística se ha escrito ya en las Jornadas 6 y 14 de la Fase de Clasificación en las Eliminatorias al Mundial Rusia  2018 en la que tuvieron un duelo personal, aunque no anunciado. Diego Godín desde junio del 2012 dice: “Perú, hoy tuvo mucha rebeldía”. El atacante también elogió al delantero peruano, Paolo Guerrero, pues –según agregó- fue un dolor de cabeza para la defensa “charrúa”. Del 12 al 17 se ha ido consolidando el poder ofensivo que le caracteriza.

Para mí en este último partido, el 28 de marzo del 17, fue el gol más destacado de Paolo. Por alto sobrepasa la pelota a ambos jugadores y Paolo aprovecha el rebote y su carrera hacia adelante y logra poner el cuerpo para neutralizar a Godín e inmediatamente patea al arco dejando sin reacciones al portero y al propio Godín quien trata de agarrarlo  o tumbarlo. Parece que él es el más sorprendido por lograrlo. El resultado 2-1



El otro Diego, Lugano, también debe recordarlo muy bien a Guerrero.

Mucho se puede esperar de Paolo cuando se trata de tiro libre y a distancia y es lo último que está aprendiendo.
Un estadio en Puno llevará su nombre en señal de reconocimiento, logrando el placer de la razón…

Ayer lo vimos a Godín como capitán de su escuadra contra Argentina.
Paolo Guerrero también es capitán de la peruana.

Desde temprano (ayer) las televisoras reproducían "Hoy, todos ganamos". Y efectivamente, en la noche vimos el partido más difícil contra Bolivia, según el entrenador, por la presión y la falta de Guerrero. A él lo vemos rezar, sin saber a qué dios encomienda y luego observar y compartir las emociones que conlleva este deporte en la que muchos son los protagonistas: muchachones con sus bombos, otros con las camisetas y atuendos, saltando y gritando. Se dice comúnmente que se va a alentar a los jugadores.
Para lograr esa metáfora humana se asiste a un estadio con capacidad para 65,000 personas, E l M o n u m e n t a l, con entradas desde 50 a 550 soles en un horario aparentemente incómodo, 9:15 de la noche.


Completan la imaginación la salida de 50 buses de la Federación y Movistar para los hinchas desde las 4 de la tarde. Tres rutas para llegar a tiempo.
Se tiene en la retina los goles de Flores y Cueva quienes escriben otra historia personal y colectiva.
El jugador boliviano al meter su gol levanta su camiseta y muestra su mensaje: Dios es justo.
Qué más hay en torno de esto? 
Conocí a un propietario de una gasolinera que trabajaba para asistir a los Mundiales y ya eran cinco a los que había ido por entonces.

DE MI ÁLBUM
(Jordanien) 





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