miércoles, 24 de agosto de 2016

HOMBRES DE CIENCIA: John BAIRD


Jonh Baird, uno de los más fuertes candidatos al título de “padre de la televisión”, nació en el año 1888 en Helensbufgh, en Holy Loch, Escocia.

   Desde los primeros años de su pubertad mostró un marcado interés en los misterios de la electricidad y el magnetismo. Estudió ingeniería eléctrica y física en Technical College de Glasgow, entrando posteriormente a trabajar en la empresa productora de energía eléctrica en la propia ciudad.

   Baird había sido muy delicado de salud en su infancia y su bienestar físico no mejoró mucho ya siendo adulto. Apenas comenzó a trabajar tuvo que abandonar su carrera de ingeniería eléctrica para irse al extranjero. En las Indias Occidentales se repuso notablemente y regresó a la Gran Bretaña después del fracaso de una empresa que había iniciado.

   Se dedicó a inventar aparatos mecánicos y eléctricos y alcanzó un bienestar económico razonable. Pero pronto se cansó y lo abandonó todo para dedicarse a trabajar en “mirar por radio” o, por “inalámbrico”, como se decía entonces.

   La transmisión de imágenes por radio y hasta por medio de alambres no era una idea nueva. Casi 50 años antes un norteamericanos llamado R. Carey había tratado de construir una máquina telegráfica que transmitiera imágenes o fotografías. El transmisor de Carey había tomado como modelo el ojo humano, pero resultó cosa demasiado complicada y nunca se construyó.

   En la transmisión de sonidos, se envía un impulso eléctrico a lo largo de un alambre, seguido de otros impulsos en orden relativamente regular y, comparativamente, sin precipitaciones. Pero tales impulsos son tan sólo parte muy pequeña de las fotografías. Millares de impulsos de cada imagen tienen que ser enviados separadamente a lo largo de un alambre o a través de la atmósfera por radio. Lo que lo hace especialmente difícil es que han de ser enviados con gran rapidez para que el vidente tenga la sensación de que son recibidos simultáneamente. De otra forma es imposible reconocer las imágenes o las fotografías.

   Baird utilizó discos de cartón en los cuales había perforado huecos muy pequeños de tal forma de que al pasar la luz por ellos formaran un modelo o una fotografía. La luz generaba los impulsos necesarios para la transmisión.

   Su primera imagen fue transmitida de un lado a otro de una habitación en 1924 y posteriormente, dentro del término de un año, construyó transmisores y receptores con los cuales hizo demostraciones públicas en una tienda de Londres.

   En 1925 utilizó el primer modelo humano en una transmisión de imágenes y en 1928, después de haber podido resolver sus problemas financieros, pudo “televisar” con éxito la imagen del muñeco de un ventrílocuo a través del Atlántico. Aún en nuestros días hacer esto es gran conquista. Baird también demostró la televisión en colores en 1928.

   En 1930 la British Broatcasting C., comenzó a transmitir el primer programa regular de televisión; una presentación de actos de variedades y dramas y comedias.

   El sistema de Baird no resulta práctico para el tipo de televisión que tenemos hoy día, que se vale de transmisiones electrónicas más veloces y más livianas en vez de los discos de cartón. Baird murió en 1946, cuando empezaba a nacer la verdadera Era de la Televisión.

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