Jonh Baird, uno de los más
fuertes candidatos al título de “padre de la televisión”, nació en el año 1888
en Helensbufgh, en Holy Loch, Escocia.
Desde los primeros años de
su pubertad mostró un marcado interés en los misterios de la electricidad y el
magnetismo. Estudió ingeniería eléctrica y física en Technical College de
Glasgow, entrando posteriormente a trabajar en la empresa productora de energía
eléctrica en la propia ciudad.
Baird había sido muy
delicado de salud en su infancia y su bienestar físico no mejoró mucho ya
siendo adulto. Apenas comenzó a trabajar tuvo que abandonar su carrera de ingeniería
eléctrica para irse al extranjero. En las Indias Occidentales se repuso
notablemente y regresó a la Gran Bretaña después del fracaso de una empresa que
había iniciado.
Se dedicó a inventar
aparatos mecánicos y eléctricos y alcanzó un bienestar económico razonable.
Pero pronto se cansó y lo abandonó todo para dedicarse a trabajar en “mirar por
radio” o, por “inalámbrico”, como se decía entonces.
La transmisión de imágenes
por radio y hasta por medio de alambres no era una idea nueva. Casi 50 años
antes un norteamericanos llamado R. Carey había tratado de construir una
máquina telegráfica que transmitiera imágenes o fotografías. El transmisor de
Carey había tomado como modelo el ojo humano, pero resultó cosa demasiado
complicada y nunca se construyó.
En la transmisión de
sonidos, se envía un impulso eléctrico a lo largo de un alambre, seguido de
otros impulsos en orden relativamente regular y, comparativamente, sin
precipitaciones. Pero tales impulsos son tan sólo parte muy pequeña de las
fotografías. Millares de impulsos de cada imagen tienen que ser enviados
separadamente a lo largo de un alambre o a través de la atmósfera por radio. Lo
que lo hace especialmente difícil es que han de ser enviados con gran rapidez
para que el vidente tenga la sensación de que son recibidos simultáneamente. De
otra forma es imposible reconocer las imágenes o las fotografías.
Baird utilizó discos de
cartón en los cuales había perforado huecos muy pequeños de tal forma de que al
pasar la luz por ellos formaran un modelo o una fotografía. La luz generaba los
impulsos necesarios para la transmisión.
Su primera imagen fue
transmitida de un lado a otro de una habitación en 1924 y posteriormente,
dentro del término de un año, construyó transmisores y receptores con los
cuales hizo demostraciones públicas en una tienda de Londres.
En 1925 utilizó el primer
modelo humano en una transmisión de imágenes y en 1928, después de haber podido
resolver sus problemas financieros, pudo “televisar” con éxito la imagen del
muñeco de un ventrílocuo a través del Atlántico. Aún en nuestros días hacer
esto es gran conquista. Baird también demostró la televisión en colores en
1928.
En 1930 la British
Broatcasting C., comenzó a transmitir el primer programa regular de televisión;
una presentación de actos de variedades y dramas y comedias.
El sistema de Baird no
resulta práctico para el tipo de televisión que tenemos hoy día, que se vale de
transmisiones electrónicas más veloces y más livianas en vez de los discos de
cartón. Baird murió en 1946, cuando empezaba a nacer la verdadera Era de la
Televisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario