lunes, 1 de agosto de 2016

TRISTEZA / Trinidad SANTOS SÁNCHEZ



CONSUMIENDO mi ser, dentro del alma
hay algo que se extingue o que despierta;
sombra que nace o chispa que se apaga.
ALGO que no es temor, que no es memoria
que no es presentimiento ni esperanza;
que como el beso de pasión, primero seduce
a la vez que acobarda.
ALGO que tiene del placer, la espina;
algo que tiene del dolor, la calma;
algo que no es la paz y que consuela,
y que no es la conciencia y amenaza;
que alza el rumor del aura entre tumbas;
que lágrimas gotea dentro del alma.
¿QUÉ es este peso que mi frente inclina,
sombra tenaz que por do vago, vaga?
ESTE gemido que por doquier escucho,
este trémulo y quedo que me habla:
¿es amor de un edén y de otro amor nostalgia?
¿ES que le falta al corazón la vida
cuando le falta la virtud al alma?
INSECTO que dentro moras,
y a la mesa y en lecho,
y en todas partes mi pecho
con lento roer devoras;
bruma que anublas las horas,
para otras almas de encanto;
gota helada que el quebranto
en cada idea desliza;
placer que no tienes risa, dolor que no tienes llanto.
¿QUIÉN eres? ¿Por qué, oh tristeza,
cuando eleva el sol su frente
y palpita sonriente
la madre naturaleza;
y el ave a trinar empieza,
y hay bullicio en las cabañas,
y se visten en las montañas
con la púrpura del día,
tú, deidad muda y sombría,
todo lo enlutas y empañas?
Y cuando en el oro hirviente
del mar, inmenso crisol,
apaga su lumbre el sol,
y alza la luna su frente;
y en túnica transparente
envuelve el diáfano azul,
y en el espeso abedul
cantan las aves dichosas,
siento tus alas medrosas
y a mi lado gimes tú.
¿ERES pecado? ¿Eres duelo
que Dios, en su amor profundo
pone cual pena en el mundo
al que se aleja del cielo?
¿TE sufren los que en su afán
los que hoy en la gloria están?
¿TE sufren los que en su afán
pisan espinas y abrojos,
a do las plegarias van?
MARÍA el dolor apuró
cual nadie entre los humanos;
de sus ojos soberanos
llanto de esclavos corrió;
de horror el mundo tembló;
se conmovió la natura;
mas en aquella alma pura,
para ti no hallaste un punto,
tristeza ¡do cupo juntó
todo el mar de la amargura!
TRISTEZA que no sintieron jamás,
ni el niño ni el justo
que nunca el semblante adusto
del pecado conocieron;
DICHOSOS los que pudieron
en la frágil juventud
o en la débil senectud
desterrarte de su lado!
¿QUÉ eres, tristeza, el pecado
como alegría, la virtud?                           

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