En la Iglesia La Madre de Todos, el Duque
levanta la mano y dice al Capitán Vitelli que los traidores deben ser
eliminados. Columbio, de manera desesperada, se acerca al Capitán Vitelli y le
dice que deben ser llevados ante la justicia. El Duque sonríe y dice que el
General Riot fue muy específico con sus órdenes. Arturo dice al Capitán Vitelli
que su hermano nunca permitiría algo como esto.
El Capitán Vitelli mira al Duque, confundido.
El Duque dice a Vitelli que el General Riot sabe que ellos representan una gran
amenaza para Frezzia. Flere dice a Vitelli que Janice y Alysse son mujeres y
ellas no merecen nada de esto. El Duque dice que ambas son igualmente culpables.
Milun se ríe y dice a todos que el Duque jamás dejaría pasar una oportunidad de
poder disfrutar del sufrimiento de una mujer. El Duque fija su mirada en Milun
y le dice que por fin, recibirá lo que se merece por todo lo que le ha causado.
Alysse dice al Duque que él puede matarlos a
todos, pero ella sabe que la Reina lo pondrá tras las rejas para siempre. El Duque ordena al Capitán
Vitelli dispararles. El Capitán Vitelli mira al Duque y dice que deben ser llevados
al Palacio. El Duque mira a Vitelli con mala cara y le dice que él no se irá
hasta que todos ellos se arrastren en su propia sangre.
Milun deja caer su espada.
“Yo soy a quién quiere”.
“Cuántas ganas tengo de verte sangrar hasta
morir”, dice el Duque.
“¿No te das cuenta de que el Duque y Milun
tienen problemas personales?”, Columbio pregunta a Vitelli.
“Eres tú quien empezó todo esto”. El Duque
mira a Columbio.
“Eres culpable de la muerte de muchos
hombres y niños inocentes. Es tiempo de pagar por tus fechorías”.
El Duque desenvaina su espada y se acerca a
Columbio. Milun recoge su espada y se coloca frente al Duque.
“Si intentas matar a alguien, tendrás que
pasar por mí”, dice Milun.
El Capitán Vitelli ordena a Milun soltar su
espada. El Duque sonríe.
“Tu muerte a cambio de la vida de tus
amigos”.
Milun baja la mirada. Los ojos de Alysse se
ensanchan.
“¿Acaso le crees?”, pregunta Alysse.
Milun mira fijamente los ojos del Duque.
“Sabes muy bien que no es de fiar”, añade
Alysse.
“Yo soy el amo de este hombre y eso me hace
responsable de sus actos”, suplica Columbio.
El Duque frunce el ceño.
“Deja de escuchar sus mentiras”, grita el
Duque.
El Capitán Vitelli asiente con la cabeza.
“Suelta tu espada o disparo”.
Arturo se coloca delante de Milun.
“No permitiré ningún derramamiento de sangre
en mi iglesia”, dice él.
Milun cierra los ojos y deja caer su espada.
Alysse agacha la cabeza.
El Duque sonríe.
“¡Arréstenlos!”, grita él.
Los soldados se acercan a Arturo y sostienen
sus brazos. Columbio niega con la cabeza.
“Cometerán un grave error si nos lastiman”.
Columbio, Papier, Flere, Pedro y Roger son capturados.
El Duque se acerca a Milun y golpea su rostro
con el mango de su espada. Alysse grita y dos soldados sostienen sus brazos.
La sangre corre por el rostro de Milun, pero
Milun mantiene dirigida su intensa mirada en el Duque.
“Ahora, serás testigo de la muerte de tus
amigos”, dice el Duque.
El Duque da una señal con la mano, pero Vitelli baja su rifle.
“Su Gracia, yo…yo no puedo…”
“¡Dispárales, o te convertirás en su
cómplice”, grita el Duque.
“¡Basta! ¡Basta ya!”, ellos escuchan.
Broderick, muy exhausto, ingresa en la nave.
“En el nombre del Rey, detengan este
inaudito error”, dice él.
El Duque mira a Broderick, sorprendido.
“El General Riot no ha autorizado nada de
esto”, añade Broderick.
Arturo sonríe, feliz de ver a su hermano.
En el Monasterio de San Mirador, Donés dice
al Monsñor que ha subestimado la osadía de Arturo. El Monseñor dice que Arturo
no sabe en lo que se está involucrando. Donés dice que debe ser él, quien robó
el libro de su habitación. El Monseñor asiente y dice que ya es hora de lidiar
personalmente con Arturo. Donés sonríe.
En el Palacio, la Señorita Pía camina en
círculos, esperando saber de Milun y los otros. Daugherty se acerca y pide a la
Señorita Pía que esté tranquila. La Señorita Pía dice a Daugherty que este no es el momento adecuado, pero él
debe saber que ella siente algo por Milun. Daugherty la mira, sorprendido.
En la Iglesia, el Duque dice al Capitán
Vitelli que Broderick debe ser detenido por mostrar su apoyo hacia los
traidores. Broderick niega con la cabeza, sorprendido, y dice al Duque que él
prometió que nadie saldría herido. El Duque dice a Broderick que sabe que está
tratando de proteger a su hermano, pero Arturo debe ser considerado responsable
de todo esto. Broderick dice al Duque que esta no es la manera correcta de lidiar con los traidores. El
Capitán Vitelli asiente y dice que no procederá a menos que pueda verificarlo
con Riot. Columbio sonríe.
El Duque lleno de ira, dice a Broderick que él
gana. Broderick dice al Duque que las autoridades se harán cargo de ellos. El
Duque se acerca a Broderick y le dice que tiene
razón. Broderick asiente. El Duque sonríe, levanta su espada y la
entierra en el pecho de Broderick.
Todos se quedan horrorizados al ver lo
sucedido. Arturo grita y los soldados sostienen
sus brazos con fuerza. El Duque retira su espada del pecho de Broderick,
y Broderick cae. Columbio grita a Vitelli que detenga al Duque, pero Vitelli
permanece paralizado. Milun, furioso,
toma su espada y dice al Duque que espera haya escrito su testamento. El Duque
sonríe y dice a Milun que él será el siguiente en morir. El Duque empuja a los
soldados y corre. Milun lo sigue. El Duque ingresa en un estrecho pasillo y
cierra la puerta. Milun intenta derribar la puerta, pero no le es posible. Él
decide tomar un atajo.
Columbio dice al Capitán Vitelli que debe dejarlos
ir, antes de que el Duque intente asesinar al Rey. Vitelli asiente y ordena a
los soldados liberarlos. Arturo se acerca a Broderick y le dice que nada malo
le ocurrirá, ya que él es un hombre muy fuerte. Broderick observa a Arturo por
un largo momento y dice que lo perdona por lo que hizo. Arturo agacha la cabeza
y llora. Columbio manda a Pedro a traer un doctor. Alysse dice que Milun
necesita ayuda para luchar contra el Duque. Columbio dice que Milun sabe cómo
cuidar de sí mismo. Papier dice que deben asegurarse de que el Rey y la Reina
estén a salvo. Columbio pide a Flere que permanezca con Arturo y con los
demás. Columbio y Papier se marchan. Flere abraza a Roger y le dice que
el Duque pagará por esto. Janice llora mientras observa a Broderick en el piso.
En el Palacio, de pie junto a una de las
columnas, Daugherty observa la lluvia, cautivado por su sonido. Sharize se
acerca a Daugherty y le dice que lo andaba buscando. Daugherty dice que ha decidido
esperar a los demás. Sharize sonríe y le desea una buena noche. Daugherty dice
a Sharize que ella heredó la sonrisa de su madre. Sharize asiente y se marcha.
Sobre su caballo, el Duque se dirige de
vuelta al Palacio. El sonido del galope hace que el Duque recuerde las
desagradables imágenes de su pasado. Entre ellas, Nidia diciéndole que está
enamorada de alguien más, Nidia amenazándolo con un cuchillo, Columbio
acusándole de criminal, Alysse llamándole cobarde, La Reina Beatriz diciéndole que Alysse tiene
su apoyo incondicional, el Rey Aidan remarcándole que él confía en Columbio,
Arturo protegiendo al Rey con su cuerpo, y finalmente, Milun diciéndole que
nadie lo amará nunca. El Duque abre los ojos y observa cómo la lluvia limpia la
sangre de su mano. El Duque dice que la muerte es la única solución para sus
enemigos.
En los apartamentos del Rey, el Rey Aidan
alcanza a la Reina un pequeño libro.
“Citas de amor. Es mi favorito”, dice él.
La Reina sonríe y mira a su alrededor.
“No puedo recordar la última vez que estuve
aquí”, dice ella.
“Puedes quedarte todo el tiempo que gustes.
Quiero que te sientas completamente segura a mi lado”.
“Ahora me doy cuenta que como reina he
desperdiciado mucho tiempo en ropa, joyas…y diversión”.
El Rey se acera a ella.
“Alguna vez tuve tu edad. Así que te
entiendo perfectamente”.
La Reina observa al Rey por un largo momento.
“Prometo ser una mejor Reina”.
“Eres la mejor”.
Ellos se besan apasionadamente.
En uno de los pasillos, la Señorita Pía
observa al patio inferior, esperando por Milun y los otros. El Monseñor,
completamente empapado por la lluvia, se acerca. La Señorita Pía dice al
Monseñor que le traerá unas mantas para
que se cubra. El Monseñor niega con la cabeza y dice que la lluvia le permitirá
dormir plácidamente. La Señorita Pía dice que se irá a dormir pronto.
En la Iglesia La Madre de Todos, un médico
examina la herida de Broderick, y dice que afortunadamente, la herida no fue lo
suficientemente profunda como para afectar a un órgano vital. Arturo lleno de
felicidad, abraza a Janice. Pedro dice que Broderick ha perdido mucha sangre y
necesita ser llevado a una enfermería. Elisa ingresa y se queda asombrada al
encontrar a un hombre herido en el piso. Flere se acerca a Elisa y le dice que
no hay nada de qué preocuparse. Elisa dice que vio a varios soldados ingresar
en la Iglesia y decidió esperar. Flere dice a Elisa que sólo ocurrió un gran
malentendido. Alysse, preocupada, dice que espera que Milun haya podido detener
al Duque. Roger mira a Alysse.
El Duque se acerca a la barbacana y los
guardias le permiten el paso. El Capitán Jasper se acerca y pregunta al Duque
qué ha ocurrido. El Duque dice a Jasper que este no es el momento indicado para
preguntas. El Duque desenvaina su espada
y dice a Jasper que nadie debe ingresar o salir del Palacio. Jasper afirma con
la cabeza.
En uno de los salones, la Señorita Pía mira
por la ventana y observa al Duque ingresar por el patio inferior con una espada
en la mano. La Señorita Pía, sorprendida, dice que el Duque se dirige hacia los
aposentos reales. La Señorita Pía recuerda las palabras de Milun pidiéndole que
proteja al Rey y a la Reina.
La Señorita Pía ingresa en el pasillo que conduce a los
apartamentos del Rey, cierra la puerta y asegura el pestillo de la puerta. El
Duque se acerca y observa que la puerta está cerrada y asegurada.
El Duque, fuera de control, golpea la puerta
con fuerza.
“Traigo un mensaje urgente para el Rey”,
grita él.
La Señorita Pía, asustada, jala la manija
hacia abajo, y protege la puerta con su cuerpo.
En la habitación del Rey, la Reina Beatriz
despierta de golpe y pregunta al Rey si él también escuchó el fuerte sonido. El
Rey bosteza y dice que deben haber sido los guardias en el patio inferior.
La Reina asiente y regresa a la cama.
El Duque, furioso, levanta su espada y dice que derribará la
puerta. Daugherty se acerca y pregunta al Duque si puede ayudarlo. El Duque,
sorprendido, dice a Daugherty que trae un mensaje importante para el Rey acerca
de unos traidores en el Palacio. Daugherty dice al Duque que su espada está
llena de sangre. El Duque se acerca a Daugherty y le dice que nadie interferirá
en sus planes. Daugherty desenvaina su espada y pide al Duque rendirse. El
Duque levanta su espada y se lanza contra él.
Sobre un caballo, Milun se acerca a la
barbacana y observa a muchos soldados protegiendo la entrada con sus rifles.
Milun dice que no tiene tiempo para esto. Milun observa las prominentes
murallas del Palacio y toma una soga del asiento del caballo.
La Señorita Pía escucha el choque de las
espadas procedentes del pasillo. Daugherty y el Duque unen sus espadas para
nuevamente contra atacar. El Duque sacude su espada y dice que este es el
comienzo de una nueva era para Frezzia. Daugherty avanza lentamente hacia él y
le dice que nunca lo permitirá.
Columbio, Papier, el Capitán Vitelli y sus
soldados llegan al Palacio. En la barbacana, los soldados del Palacio apuntan
sus rifles hacia ellos. El Capitán Vitelli dice a los soldados que se trata de
una emergencia. Uno de los soldados dice que el Capitán Jasper les ha ordenado
no ingresar a nadie. Columbio dice a Vitelli que el Duque lo tiene todo
planeado. El Capitán Vitelli dice a los soldados que él está a cargo del ejército
de Frezzia y bajo circunstancias especiales tiene más autoridad que cualquier
otro capitán. Los soldados miran a Vitelli, confundidos. Columbio dice a Papier
que al parecer Milun ha encontrado otra manera de ingresar.
Débil por el cansancio, el Duque recibe una
herida en el hombro. El Duque cae de espaldas. Aturdido, observa que su espada
está fuera de su alcance. Daugherty levanta su espada y la apunta a la garganta
del Duque. El Duque, asustado, siente la afilada punta del arma. Daugherty dice
al Duque que está bajo arresto. Detrás de Daugherty, el Capitán Jasper se
acerca e introduce su espada en la espalda de Daugherty. Daugherty mira fijamente al Duque y cae inconsciente.
El Duque suelta una carcajada y agradece a Jasper por su ayuda. Jasper asiente
y retira su espada de la espalda de Daugherty. El Duque pide a Jasper que
traiga al Monseñor. Jasper se marcha.
El Duque
recoge su espada y se aproxima a la puerta. La Señorita Pía, asustada, empuja
la puerta con su cuerpo. Milun se acerca y encuentra a Daugherty tirado,
confirmando de esta manera su lamentable deceso. Milun mira al Duque, dispuesto
a todo, y le dice que es hora de
averiguar si realmente lleva corazón. Milun desenvaina su espada y ataca. El
Duque esquiva el ataque de Milun y dice a Milun que matará a sus amigos uno por
uno. Milun lleno de ira, lanza al Duque
contra una pared. El Duque cae y Milun trata de acabar con él en ese momento.
El Duque rueda alejándose del ataque de Milun, y consigue levantarse. Ambos
escuchan numerosas pisadas acercarse, y
el Duque corre. Milun lo sigue por el pasillo.
Columbio, Papier, el Capitán Vitelli y los
soldados observan el cuerpo inerte de Daugherty en el piso. Columbio cierra los ojos y dice que han
llegado demasiado tarde. El Capitán Vitelli se acerca a la puerta y dice que el
pasillo que conduce a los aposentos reales está asegurado. Columbio se acerca y
golpea a la puerta. Columbio grita al Rey y a la Reina que se protejan del
Duque. La Señorita Pía abre la puerta y mira a Columbio, sorprendida. Columbio
pregunta a la Señorita Pía dónde se encuentran el Rey y la Reina. La Señorita Pía, asustada, dice
que oyó ruidos y decidió asegurar la puerta. Columbio, aliviado, dice a la
Señorita Pía que ha evitado una tragedia de gran magnitud. La Señorita Pía,
atónita, observa a Daugherty en el piso. Columbio dice que Daugherty es un
héroe. La Señorita Pía llora descontrolada y apoya su cabeza sobre el pecho de
Columbio.
El Duque se sube a una de las Torres y se
esconde detrás de un cañón. Milun se acerca y pide al Duque que deje de
comportarse como un cobarde. El Duque retira un cuchillo de su cinturón y lo
esconde debajo de la manga. El Duque
levanta sus manos y dice a Milun que ha decidido rendirse. Milun dice al Duque
que por más que desea verlo muerto, él prefiere verlo entre rejas. El Duque
camina hacia Milun y toma el cuchillo de su muñeca. El Duque levanta el
cuchillo de manera amenazante, pero Milun sujeta al Duque por el cuello, y
golpea su cabeza contra el borde de la torre. Milun dice al Duque que su juego
ya ha terminado. El Duque se ríe y dice que al matarlo no cambiará el pasado.
Milun dice que él le arrebató a Nidia, y es tiempo de vengar su muerte. El
Duque mira fijamente a Milun.
“¿Su muerte?”, pregunta el Duque.
“No lo niegues. Ella murió en el mar por
vuestra culpa”.
El Duque sonríe.
“Traté de salvarla, pero no lo logré”, añade
Milun.
“¿Acaso viste el cuerpo de Nidia después?”,
pregunta el Duque.
Milun, confundido, mira fijamente al Duque.
“¿Qué estás tratando de decir?”
El Monseñor se acerca y golpea la cabeza de
Milun con una piedra.
Milun cae inconsciente y el Duque observa al
Monseñor.
En el Gran Vestíbulo, el Rey Aidan, la Reina
Beatriz, Emilio, Riot y Laura son acompañados por el Capitán Vitelli y sus
soldados hacia un lugar más seguro. El Rey se acerca a Vitelli.
“¿Se trata de un ataque?”, grita el Rey,
“¡Contéstame!”
“Espero exista una buena razón para todo
esto”, dice Riot.
La Reina observa a la Señorita Pía y a
Columbio en el pasillo.
“¡Es Columbio…!”, grita la Reina.
“¿Qué hace Columbio aquí?”, pregunta el Rey.
Columbio con lágrimas en los ojos, mira
fijamente al Rey.
La Reina Beatriz se da cuenta que Daugherty
yace en el piso sin vida y cubre sus ojos.
“¡Oh, Oh!”
“¡Daugherty! ¿Está él?”, balbucea el Rey.
“El Duque de la Motte cometió una traición”,
responde Vitelli.
“¿Gian…?”, aturdido, mira incrédulo a
Vitelli.
En la Torre, el Duque se pone de pie y
observa a Milun tendido en el suelo.
“Él estuvo a punto…”, dice el Duque.
El Monseñor mira fijamente al Duque.
“Pensé que seguirías mis órdenes”, dice el
Monseñor, enfurecido.
El Duque tose.
“Las
cosas marchaban bien, hasta que llegó Broderick y…”
“Deberás pagar el precio de tus fracasos”.
El Monseñor agacha la cabeza y toma la espada
de Milun.
“Yo no tengo culpa alguna en esto”, grita el
Duque.
El Monseñor afirma con la cabeza.
“Shhh… cálmese, Su Gracia. Continuaremos con
nuestro plan”.
“Ya me estaba preocupando…”
El Duque sonríe, pero para su sorpresa, el
Monseñor Blanco le entierra la espada en el pecho.
“Tu muerte contribuirá … de manera
significativa”.
El Monseñor toma al Duque por el cuello y lo
levanta en el aire. El Duque intenta hablar, pero no le es posible pronunciar
bien. Su mente no logra comprender la sorprendente fuerza del Monseñor.
“Irás directo al infierno”, dice el
Monseñor.
El Duque, ya resignado, se limita a
observarlo.
En el patio inferior, el Capitán Vitelli
informa al Rey Aidan que todas las áreas fueron inspeccionadas y no hay ningún
rastro del Duque.
“Exijo un completo informe del ataque”,
grita el Rey.
Columbio mira al Rey.
Desde la Torre, el Duque cae en el patio
inferior, produciendo un sonido estrepitoso y una nube de arena que poco a poco
se aclara. El Rey, al presenciar la muerte de su primo, cae de rodillas.
“¿Por qué…?” Llora el Rey.
Columbio observa el cuerpo y se siente
aliviado al comprobar que la amenaza del Duque ha terminado.
En la Torre, Milun despierta y observa que es
casi la hora de la luna llena. Con un gran esfuerzo, Milun logra ponerse de pie
y se acerca al borde de la Torre. Milun descubre para su sorpresa que el cuerpo
inerte del Duque yace en el patio inferior. A medida que la fuerte lluvia
golpea el rostro de Milun, varias preguntas y dudas invaden su mente.
FINAL.
DE MI ÁLBUM
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