sábado, 15 de agosto de 2015

EL DÍA FESTIVO POR EXCELENCIA



DE: "LAS MÁS BELLAS ORACIONES DEL MUNDO"

No oro porque deseo,                                              
oro porque debo hacerlo.
No hay súplica en mi oración.
Sino agradecimiento y fe.

Y Tú escucharás el pensamiento
que quiero expresar
y no la palabra que digo,
escucharás el agradecimiento
entre las palabras
que parecen un simple rezo.
                John W. Chadwick

VENTANA AL MUNDO:
EL VATICANO
















LA CIUDAD UNIVERSAL DEL VATICANO
Por Donald Culross Peattie

Con una superficie de sólo 44 hectáreas, la Ciudad del Vaticano constituye el Estado más pequeño del globo: Estado soberano y, como tal, territorio legalmente extranjero aun para los ciudadanos de Roma, por más que los ojos del viajero pueda aparecer apenas como una pieza más en el rompecabezas de la gran urbe. Su espíritu se difunde por el mundo entero; su suelo es sagrado por millones de seres humanos esparcidos por los cinco continentes. Para los no católicos, igual que para los hijos de la Iglesia, se mantiene como un oasis en medio de un mundo de amenaza y violencia. Porque ese estado, encerrado en tan breves confines, existe para la perpetuación de valores espirituales, artísticos, eruditos y caritativos. Y la principal política exterior del Estado de la Ciudad del Vaticano (para darle su nombre oficial) es la paz en la tierra.

   Su poderío se anuncia en la distancia por la cúpula incomparable de la Basílica de San Pedro, que domina la ciudad y la comarca en muchos kilómetros a la redonda. Obra de generaciones de arquitectos, señaladamente de Miguel Ángel, su cúpula singular es realmente doble, pues hay una media naranja exterior que protege la maravillosa bóveda interior. Erguido en su altiva audacia, ese domo expresa el santo propósito de la Ciudad del Vaticano e invita a visitarla.

   La Basílica de San Pedro, la iglesia más grande de la cristiandad, se yergue sobre tierra consagrada al culto desde hace más de 17 siglos; sobre la sepultura de San Pedro mismo, el pescador apóstol. Bajo el pavimento se extiende un laberinto de catacumbas y antiguas ruinas romanas; y el edificio sube a una altura de 137 metros, desde el piso de la iglesia hasta el remate de la última cruz de oro. De pie, sumido en esta vasta y sombreada quietud, el viajero siente bajo su planta el hálito de la historia que asciende y se expande hasta la etérea cúpula. Tan amplia es la basílica que en su ámbito se apagan las pisadas y el rumor del interminable ir y venir de fieles, turistas, frailes franciscanos en sandalias, monjes barbados, marineros, monjas recatadas en las tocas de esta o aquella orden… tan grande y variado gentío que hay que reconocer que ésta es una especie de capital del mundo.

   Desde el punto más alto de la ciudad santa, una emisora de radio, la HVJ, montada primeramente por el propio Marconi, viene lanzando sus ondas desde hace 26 años. Comienza diariamente sus programas identificándose por el grave tañido de la campana mayor de San Pedro. Durante todo el día, y hasta bien avanzada la noche, trasmite mensajes en los más distintos idiomas a todos los continentes.

   La HVJ quedó reforzada no ha mucho por una nueva emisora instalada a unos 25 kilómetros de la ciudad (la más potente emisora de onda corta de Europa). El altísimo mástil que radia los mensajes desde la Ciudad del Vaticano se ha construido en forma de cruz, atendiendo a razones tanto funcionales como simbólicas. En las palabras de esos mensajes, muchas verdades llegarán a los oídos de millones de hombres y mujeres sojuzgados, infundiéndoles la esperanza y la tenacidad que emanan de la antigua fuente de la fe cristiana.

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