Me pregunto, de las siete ediciones publicadas, cuál de ellas tiene ese toque mágico para ser algo más que gratificante a mi persona. “El amor es poesía… el hombre es poesía” es muy posible que lo sea, me respondo. El origen y proyección de esta pequeña obra es muy singular y es un signo de complacencia
personal.
Nació por la inquietud de María Yolanda Hurtado quien tenía
una copia de su original autografiada por el autor pidiendo luego la
autorización para su publicación.
Como fuera yo el editor responsable se redujo el poemario, y se anexó "Espigas Verdes" de Augusto Calderón
Lezama, el cual ha tenido su sitio y tiene su sentido dentro del mundo
literario. Por este libro, es
considerado Augusto Calderón poeta en el marco de los Poetas Regionales, según Blasco Bazán Vera en su blog Bitácora,
lo que considero portentoso ya en su origen ya en su recorrido… La rueda de la
fortuna había dado una vuelta completa; en tiempo acelerado se dio a conocer por sí mismo, luego ya en las
manos de Bazán, quien me pone como el recopilador de las poesías (ya existía) me agradece por teléfono por el hallazgo;
posteriormente le ofrecí crear un blog para ampliar lo poco conocido. Le cursé
un correo anunciándole que la poesía “Mirador de Dios” ha ganado una estrofa más en
su contenido:
Salpo, por tu estancia altiva y cercana a
Dios,
todo
turista extasiado exclama,
lo que el
profeta y poeta Aicúa engalana:
eres
balcón del infinito y por ende Mirador de Dios.
(Véase: Lo que se dijo y no se dijo en el Quinto libro,
Sábado 1 de octubre del 2011).
Fue Presentada en el Banco Continental, Casa Emancipación, por los amigos y compañeros: Wellington
Castillo Sánchez, Carlos Chávez, y Alejandro Benavides Roldán.
Más gratificante todavía: María Yolanda ha pasado los fonemas
a la escritura (filmación de 2 horas), copia fiel del original para valorar el
contenido de la obra, analizada por Castillo con destreza configurándose así un
documento histórico para la familia. Le ha costado cierto trabajo y varias
horas de atención aguzando el oído para la real ‘traducción’: el horario de un jornalero
con sobre tiempo, nueve horas en tres noches consecutivas. Es pues, un trabajo
personal, meritorio por cierto, remarcando que el quehacer humano es poesía.
Ella lo gestó hace nueve años y por el mismo tiempo trata de alimentarlo con su
difusión. No quedan sino unos pocos ejemplares. A ella, las gracias.
No ha habido nada que podar, corregir en lo expuesto, salvo el que venga, el autor, después de muchos años a darse un baño de …; todo lo contrario. Se recurre a ello para dar énfasis al objetivo de traer su poesía a los amigos. He dejado tal como están los relatos para sentir cómo nos miran los de fuera, los contemporáneos, los paisanos, los poderosos y los de “a pie”.
No ha habido nada que podar, corregir en lo expuesto, salvo el que venga, el autor, después de muchos años a darse un baño de …; todo lo contrario. Se recurre a ello para dar énfasis al objetivo de traer su poesía a los amigos. He dejado tal como están los relatos para sentir cómo nos miran los de fuera, los contemporáneos, los paisanos, los poderosos y los de “a pie”.
Con la
poesía se da un testimonio de vida para hacer de este mundo, un mundo más asequible, para llegar más a la hondura de las cosas y poder entendernos.
Esta noche
vamos a tener la presentación del libro “El amor es poesía… el hombre es
poesía” de don Manuel Calderón Ávila. Don Manuel nos visita después de muchos
años, y él radicando en Alemania viene a su tierra porque él es liberteño; es
de Salpo y está en su Perú recorriendo y dándose un baño de su país y trae su
poesía; es el objetivo de su visita.
Para
empezar quiero invitar a la mesa a una persona que siempre nos ha apoyado y que
permanentemente tiene las puertas abiertas del Banco Continental al quehacer
cultural. Quiero felicitar a don Carlitos Chávez. Por favor, a esta mesa.
(Aplausos).
Igualmente
a otra persona que es miembro de un clan que en Trujillo así como los
santiaguinos, los huamachuquinos, han abierto un espacio de la cultura
liberteña, han irrumpido en el quehacer cultural y han abierto un espacio que
ya lo ocupan en él y es la gente del distrito de Salpo. Tiene representantes
magníficos; podemos nombrar por ejemplo a Juan Paredes Carbonel; a toda la
familia Pereda Calderón, Panchito Pereda, Alejandro Pereda, Rita Pereda.
Tenemos otro gran intelectual que es don Saniel Lozano quien pronto nos
presentará un balance de la literatura liberteña.
El llamado "clan": Alejandro, Rómulo, Julia, Aurea, Franec,
Max, Ulises, Wenceslao, Isaac y Rita.
Invitamos al editor del presente libro, a don Alejandro Pereda Calderón (Aplausos).
El llamado "clan": Alejandro, Rómulo, Julia, Aurea, Franec,
Max, Ulises, Wenceslao, Isaac y Rita.
Invitamos al editor del presente libro, a don Alejandro Pereda Calderón (Aplausos).
Estará a cargo
de la presentación del libro un distinguido escritor intelectual, dramaturgo y
muy querido profesor universitario. Recibimos a Wellington Castillo (Aplausos).
Y la
persona, honra de nuestra reunión y nos tomó esta noche, el poeta don Manuel
Calderón. Recibamos con calurosos aplausos.
Bien
amigos, iniciando ya esta tertulia porque aquí todos nos conocemos; valgan
verdades estamos en familia porque así debe ser con ideas distintas o
coincidentes para de ese modo se pueda avanzar en ese difícil quehacer del
trabajo cultural.
Un pequeño
espacio para saludar a una joya de la plástica liberteña que es don Eladio
Ruiz; don Eladio es quien ha ilustrado el libro (carátula) con la Pintura “La
Pasionaria”.
Vamos a
invitar a don Carlitos Chávez…
“Damas y
caballeros un saludo de bienvenida a nombre del Banco Continental que tiene
como ustedes saben abiertas las puertas al arte y la cultura y qué mejor a
estas actividades, quiero referirme a un gran amigo, un compañero de estudios
que es Manuel Calderón Ávila autor de este libro. Me pidió que no dijera
Reverendo padre, porque yo de verdad lo hubiera agregado: excelentísimo e
ilustrísimo, ja, ja, como amistad de muchos años, pero que al fin y al cabo eso
merece, esos títulos y muchos más.
Cómo no
puede provenir de un sacerdote aquello “el amor es poesía/ el hombre es poesía”
cuando Jesucristo fue el gran testimonio de amor a tal punto que entregó su
vida por todos nosotros; si esa es nuestra fe y nuestra esperanza estoy seguro
que las páginas de este libro nos llevarán a actualizarnos en el ideal del amor
en un momento tan convulsionado, de choques y violencia. Yo creo que todavía no
se ha realizado la gran revolución del amor. Creo que lograremos los objetivos
de don Manuel que esta noche presenta su libro y lo recibimos con toda
satisfacción en esta histórica Casa de la Emancipación. Muchas gracias
(Aplausos).
Respetado
público, buenas noches.
Quiero
justificar lo que en el libro en la primera página se dice que el libro obedece
a nobles exigencias; esas nobles exigencias las voy a resumir en una pequeña
alegoría recientemente escuchada que tiene relación con lo que vamos a
realizar. Es un dicho oriental. “El hombre se realiza cuando planta un árbol,
tiene un hijo y escribe un libro”. A la verdad, estas tres realidades se han
cumplido en Manuel. Gracias a los interrogantes ya de familia, ya de amigos, ya
de extraños planteados muchas veces, llegamos a estas conclusiones. ¿Qué ha
hecho Manuel en sus 70 años de vida? ¿Qué ha hecho Manuel, además de su obra
pastoral llevada muy bien en 46 años fuera de nuestro país? Las eventualidades compresentes arrastran la gama de respuestas posibles:
existencia de muchos arbolitos. Yo diría, que él es el árbol, y ha ido mirando
los frutos que caen, esos frutos de comprensión hacia su familia, sus amigos y
otras personas. Hay un dicho: “Quien a un buen
árbol se arrima, buena sombra le cobija”. ¡Qué no ha hecho por su pueblo! Ayudó
a la construcción de la Posta Médica, ayudó a la construcción del Templo, ayudó para conseguir instrumental
para la banda (músicos) escolar.
Hace poco
hemos ido a Salpo. Cierto. No está conforme a sus deseos. Creo que ha sacado
una lección. De hoy en adelante, primero, los del pueblo tienen que empezar
para luego secundar. Siempre atento al quehacer de su pueblo.
La segunda
realidad: Tiene un hijo. Ha formado a uno de sus sobrinos, lo ha adoptado y lo
ha hecho médico; quiero decir, que lo ha dejado en plena libertad de conseguir
esta profesión; hasta hace poco le decía “medicucho”, no en el sentido
peyorativo sino para decirle: mientras no tengas el título no eres médico. El
joven, hace poco, nos presenta el título y él agrega “Ahora, sí eres un
doctor”, un buen doctor como suenan las palabras.
La tercera
realidad: Ha escrito un libro, un libro de poesías. Él nos dice que lo hizo en
un verano de sus vacaciones; pero va reconociendo lo que significa propiamente
la poesía. La apreciación de la poesía depende de la sensibilidad, de la
cultura, del gusto estético, de las vivencias personales. Por lo tanto merece
pues un gran respeto; todo lo que nace de las personas merece respeto: ternura
de la tristeza, ternura de la protesta, ternura de la soledad, ternura de la
ausencia. El tema de la infancia, con la madre o el padre se impregna en el ser
del poeta. El poeta se muestra ontológico, hermenéutico y heurístico. El poeta
se muestra como un creador de existencias; se convierte en un navegante de amor
y cuando se torna jubiloso, el beso se convierte en melodía. Al anidarse en el
corazón de la amada, el amor se ilumina y arde con intensa pasión. No falta en
el poeta la alusión a la muerte y la visión del retorno. Abrazado de nuevo a la
vida, su humanismo se desborda como un ala quebrada, lacerada y triste ante el
mundo. La soledad turba la existencia del poeta y en una visión cósmica el
silencio le duele porque se torna en soledad; pero el hombre se eleva para
ungirse de humanidad. Todo esto va a abordar, analizar, nuestro amigo Castillo, y ustedes, por supuesto, cuando lean este libro. Muchas gracias.
Me permiten
agradecer la invitación tan gentil de Alejandro Benavides, pero también con el
visto bueno de su tocayo don Alejandro Pereda. Por la invitación que me han
hecho para presentar el libro “El amor es poesía… el hombre es poesía” quiero a
la vez agradecer por reencontrarme con una familia interesante de
significaciones de altura y cercanía, como el Ragach, una noche de Salpo y
desde allí una gran trascendencia de esta familia en la cultura y el arte en nuestra Región, me refiero a la familia
Calderón-Pereda, muchos de cuyos miembros son apreciados y estimados por la
comunidad trujillana. También me han dado la ocasión pública para rendir –es la
primera vez que lo hago –mi más cálido homenaje a dos de ellos representantes
de esta familia, los sacerdotes Ulises y Wenceslao. El primero, mi maestro de
filosofía en los primeros años en las aulas universitarias y el segundo, don
Wenshe, como lo decíamos, mi amigo y colega en la docencia de nuestra Alma
Mater. Un gran marco significativo especial. El libro me ha dado y nos va a dar
también interesantes sorpresas. El libro reúne las poesías de dos autores, la
de Carlos Manuel y las de Augusto Calderón, cuya parte en el libro lleva el
título de “Espigas verdes”.
Es parte,
como ya lo ha informado Benavides, de una biblioteca familiar seriada en base a
colores, de tal manera que hay la serie guinda-dorada, el volumen que
presentamos, la serie azul, la serie azul-amarillo, serie verde, serie marrón;
todos de autores Calderón-Pereda.
El autor de
la primera parte del libro, con gran sorpresa para mí y supongo que para muchos
de ustedes, salvo que lo conozcan es sacerdote, ejerciendo su sacerdocio en Kassel-Alemania.
Indudablemente se trata de un sacerdote-poeta que tiene un pensamiento especial
manifestado en verso y prosa, que me ha dado mucha alegría y ahora puedo decir
que la sorpresa ya no es tan sorpresa y finalmente la ilusión como también se
ha dicho sobre el color guinda del libro se ha cumplido, guinda es expresión de
hallazgo en atención al nexo de los antepasados.
En la primera
página encontramos un agradecimiento del autor a don Alejandro por su paciente
labor de coordinar y corroborar las poesías de ambos autores; pero en este
prólogo, que lo voy a destacar, hay cosas que no se dan usualmente. Este es un
prólogo diferente porque es una expresión de una actitud familiar, una posición
perfilada de sangre, admiración, gratitud y amor, el testimonio del nexo, del
elogio con el elogio de los antepasados fundado, pienso, en dos visiones, una
poética y otra religiosa, expresada en la interesante relación de los conceptos
poéticos anotados en los que figuran por ejemplo, los conceptos de la poesía de
Aristóteles, Ortega y Gasset, interesantes filósofos, intelectuales y la visión
religiosa (lo confirmo yo) del elogio de
los antepasados y el Canto a la Sabiduría: alabemos a los hombres gloriosos,
los antepasados de nuestra raza: unos supieron gobernar su reino, otros
dirigieron a la nación, otros cultivaron la música /y la sabiduría se alaba y
se elogia a sí misma en medio de los suyos, del poema sobresaliente de la
Biblia.
Los dos
grupos de poesía del libro, entiendo, que se dan en esta perspectiva; esta
perspectiva dada por don Alejandro es la que une a las poesías, la del hijo y
la del padre, e incluyo, que es también la que levanta a todas las series de
colores de las ediciones presentadas.
En relación a
la poesía de don Manuel considero que no la podremos entender si no entramos
bien en su pensamiento, un pensamiento dialéctico; la de un sacerdote, que
además lo expresa con toda claridad y sentimiento. Ustedes van a encontrar en
la Introducción del libro: Según Carlos Marx, en la historia universal, los
grandes pensadores se presentan dos veces… Podría haber dicho de Mozart alguna
expresión, un pensamiento. Es un pasaje con mucha geografía y una ventana hacia
el jardín del tiempo; desde aquella ventana contempla la eterna procesión y
participa del gozo y del dolor que el
tiempo ofrece a la naturaleza; profundo pensamiento y de este pensamiento
convierte al tiempo como muchos poetas lo hacemos en el mundo referente más fuerte
de su poesía; eso que quiero decir, él dice: “he escrito mis recuerdos como un
homenaje al tiempo, aquella dimensión del hombre que todo nos da y todo nos
quita”. He escrito mis recuerdos para poder un día alcanzarlos, porque ese
camino blanco del olvido no tiene horizonte y si buscándolos me alcanzara la
noche, me encontrará solo y de frente a aquella oscuridad que es tinieblas,
silencio, miedo cósmico, desesperación.
Es verdad,
don Alejandro se ha referido a muchos temas y esos temas están allí en el
centro. Por ejemplo me permito leer justamente el poema El Tiempo: "En el juego
de ajedrez no hay pasado que llene el presente…. Nos quedamos al borde de las
cosas". El poema Camino: “Quisiera encontrar el camino que conduce al país en donde la vida
se cierra en abanico….Que yo tenga otros sueños para reconocerte en mi vida,
además de las huellas digitales”.
Llegamos a
concluir: El amor es poesía…. Los poemas que son realmente bellos son “Así eres
tú” y “Tu vacío” que me permito leerlos:
Si
hay brisa y excitación en el aire que hoy respiro,
tú eres brisa y excitación.
Si hay misterio
en las ventanas doradas
de una
noche de verano,
tú eres
ese misterio.
Si hay música,
que puede inspirar,
entristecer o emocionar, tú eres esa música.
entristecer o emocionar, tú eres esa música.
Ven,
llena el
espacio
que ofrece la
noche
y dime,
durmiendo,
los nombres
de tus sueños.
El hombre es
poesía…; el hombre es amor y dolor.
Aquí se habla
de 24 versos de su juventud y el resto de su madurez; lo sorprendente es que
estos últimos completan la visión de todos los anteriores y es eso lo que da la
originalidad. Por ejemplo, el poema al “Che Ernesto”: Lucha por ti, por mí, por
todos. Aplausos para don Manuel.
Lo que quiero
decir ahora es sobre “Espigas Verdes”, o sea la otra sección del libro que
tiene los poemas también muy sencillos. Lo veo a don Augusto como un monumento
al pie del Ragach. Ha poetizado el amor, la admiración, los personajes, la
simbología de su tierra. Dice estar más cerca de su pueblo que lo vio nacer
antes que la fluorescencia literaria. Yo digo que está más arriba, porque tuvo
cuarto año de primaria. Me hace recordar a los poetas de mi tierra (Santiago de
Chuco). Me permito finalizar con “Estampas Norteñas”… Muchas gracias.
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