jueves, 27 de agosto de 2015

SIGNO DE COMPLACENCIA / Pereda-Hurtado

23 de agosto del 2006 / 23 de agosto del 2015. Noveno aniversario.

Me pregunto, de las siete ediciones publicadas, cuál de ellas tiene ese toque mágico para ser algo más que gratificante a mi persona. “El amor es poesía… el hombre es poesía” es muy posible que lo sea, me respondo. El origen y  proyección de esta pequeña obra es  muy singular y es un signo de complacencia personal.
Nació por la inquietud de María Yolanda Hurtado quien tenía una copia de su original autografiada por el autor pidiendo luego la autorización para su publicación.
Como fuera yo el editor responsable se redujo el poemario,  y se anexó "Espigas Verdes" de Augusto Calderón Lezama, el cual ha tenido su sitio y tiene su sentido dentro del mundo literario. Por este libro,  es considerado Augusto Calderón poeta en el marco de los Poetas Regionales,  según Blasco Bazán Vera en su blog Bitácora, lo que considero portentoso ya en su origen ya en su recorrido… La rueda de la fortuna había dado una vuelta completa; en tiempo acelerado  se dio a conocer por sí mismo, luego ya en las manos de Bazán, quien me pone como el recopilador de las poesías (ya existía)  me agradece por teléfono por el hallazgo; posteriormente le ofrecí crear un blog para ampliar lo poco conocido. Le cursé un correo anunciándole que la poesía  “Mirador de Dios” ha ganado una estrofa más en su contenido:
                        Salpo, por tu estancia altiva y cercana a Dios,
                        todo turista extasiado exclama,
                        lo que el profeta y poeta Aicúa engalana:
                        eres balcón del infinito y por ende Mirador de Dios.
(Véase: Lo que se dijo y no se dijo en el Quinto libro, Sábado 1 de octubre del 2011).

Fue Presentada en el Banco Continental, Casa Emancipación,  por los amigos y compañeros: Wellington Castillo Sánchez, Carlos Chávez, y Alejandro Benavides Roldán.
Más gratificante todavía: María Yolanda ha pasado los fonemas a la escritura (filmación de 2 horas), copia fiel del original para valorar el contenido de la obra, analizada por Castillo con destreza configurándose así un documento histórico para la familia. Le ha costado cierto trabajo y varias horas de atención aguzando el oído para la  real ‘traducción’: el horario de un jornalero con sobre tiempo, nueve horas en tres noches consecutivas. Es pues, un trabajo personal, meritorio por cierto, remarcando que el quehacer humano es poesía. Ella lo gestó hace nueve años y por el mismo tiempo trata de alimentarlo con su difusión. No quedan sino unos pocos ejemplares. A ella, las gracias.



No ha habido nada que podar, corregir en lo expuesto, salvo el que venga, el autor, después de muchos años a darse un baño de …; todo lo contrario. Se recurre a ello para dar énfasis al objetivo de traer su poesía a los amigos. He dejado tal como están los relatos para sentir cómo nos miran los de fuera, los contemporáneos, los paisanos, los poderosos y los de “a pie”.




Benavides (Maestro de ceremonia)
Con la poesía se da un testimonio de vida para hacer de este mundo, un mundo más asequible, para llegar más a la hondura de las cosas y poder entendernos.
Esta noche vamos a tener la presentación del libro “El amor es poesía… el hombre es poesía” de don Manuel Calderón Ávila. Don Manuel nos visita después de muchos años, y él radicando en Alemania viene a su tierra porque él es liberteño; es de Salpo y está en su Perú recorriendo y dándose un baño de su país y trae su poesía; es el objetivo de su visita.
Para empezar quiero invitar a la mesa a una persona que siempre nos ha apoyado y que permanentemente tiene las puertas abiertas del Banco Continental al quehacer cultural. Quiero felicitar a don Carlitos Chávez. Por favor, a esta mesa. (Aplausos).

Igualmente a otra persona que es miembro de un clan que en Trujillo así como los santiaguinos, los huamachuquinos, han abierto un espacio de la cultura liberteña, han irrumpido en el quehacer cultural y han abierto un espacio que ya lo ocupan en él y es la gente del distrito de Salpo. Tiene representantes magníficos; podemos nombrar por ejemplo a Juan Paredes Carbonel; a toda la familia Pereda Calderón, Panchito Pereda, Alejandro Pereda, Rita Pereda. Tenemos otro gran intelectual que es don Saniel Lozano quien pronto nos presentará un balance de la literatura liberteña.
                                     El llamado "clan": Alejandro, Rómulo, Julia, Aurea, Franec,
                                                                               Max, Ulises, Wenceslao, Isaac y Rita.
Invitamos al editor del presente libro, a don Alejandro Pereda Calderón (Aplausos).
Estará a cargo de la presentación del libro un distinguido escritor intelectual, dramaturgo y muy querido profesor universitario. Recibimos a Wellington Castillo (Aplausos).
Y la persona, honra de nuestra reunión y nos tomó esta noche, el poeta don Manuel Calderón. Recibamos con calurosos aplausos.

Bien amigos, iniciando ya esta tertulia porque aquí todos nos conocemos; valgan verdades estamos en familia porque así debe ser con ideas distintas o coincidentes para de ese modo se pueda avanzar en ese difícil quehacer del trabajo cultural.
Un pequeño espacio para saludar a una joya de la plástica liberteña que es don Eladio Ruiz; don Eladio es quien ha ilustrado el libro (carátula) con la Pintura “La Pasionaria”.
  
Vamos a invitar a don Carlitos Chávez…
“Damas y caballeros un saludo de bienvenida a nombre del Banco Continental que tiene como ustedes saben abiertas las puertas al arte y la cultura y qué mejor a estas actividades, quiero referirme a un gran amigo, un compañero de estudios que es Manuel Calderón Ávila autor de este libro. Me pidió que no dijera Reverendo padre, porque yo de verdad lo hubiera agregado: excelentísimo e ilustrísimo, ja, ja, como amistad de muchos años, pero que al fin y al cabo eso merece, esos títulos y muchos más.
Cómo no puede provenir de un sacerdote aquello “el amor es poesía/ el hombre es poesía” cuando Jesucristo fue el gran testimonio de amor a tal punto que entregó su vida por todos nosotros; si esa es nuestra fe y nuestra esperanza estoy seguro que las páginas de este libro nos llevarán a actualizarnos en el ideal del amor en un momento tan convulsionado, de choques y violencia. Yo creo que todavía no se ha realizado la gran revolución del amor. Creo que lograremos los objetivos de don Manuel que esta noche presenta su libro y lo recibimos con toda satisfacción en esta histórica Casa de la Emancipación. Muchas gracias (Aplausos).

(Recibimos a don Alejandro Pereda)

Respetado público, buenas noches.
Quiero justificar lo que en el libro en la primera página se dice que el libro obedece a nobles exigencias; esas nobles exigencias las voy a resumir en una pequeña alegoría recientemente escuchada que tiene relación con lo que vamos a realizar. Es un dicho oriental. “El hombre se realiza cuando planta un árbol, tiene un hijo y escribe un libro”. A la verdad, estas tres realidades se han cumplido en Manuel. Gracias a los interrogantes ya de familia, ya de amigos, ya de extraños planteados muchas veces, llegamos a estas conclusiones. ¿Qué ha hecho Manuel en sus 70 años de vida? ¿Qué ha hecho Manuel, además de su obra pastoral llevada muy bien en 46 años fuera de nuestro país?  Las eventualidades compresentes  arrastran la gama de respuestas posibles: existencia de muchos arbolitos. Yo diría, que él es el árbol, y ha ido mirando los frutos que caen, esos frutos de comprensión hacia su familia, sus amigos y otras personas. Hay un dicho: “Quien a un buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. ¡Qué no ha hecho por su pueblo! Ayudó a la construcción de la Posta Médica, ayudó a la construcción  del Templo, ayudó para conseguir instrumental para la banda  (músicos) escolar.
Hace poco hemos ido a Salpo. Cierto. No está conforme a sus deseos. Creo que ha sacado una lección. De hoy en adelante, primero, los del pueblo tienen que empezar para luego secundar. Siempre atento al quehacer de su pueblo.
La segunda realidad: Tiene un hijo. Ha formado a uno de sus sobrinos, lo ha adoptado y lo ha hecho médico; quiero decir, que lo ha dejado en plena libertad de conseguir esta profesión; hasta hace poco le decía “medicucho”, no en el sentido peyorativo sino para decirle: mientras no tengas el título no eres médico. El joven, hace poco, nos presenta el título y él agrega “Ahora, sí eres un doctor”, un buen doctor como suenan las palabras.
La tercera realidad: Ha escrito un libro, un libro de poesías. Él nos dice que lo hizo en un verano de sus vacaciones; pero va reconociendo lo que significa propiamente la poesía. La apreciación de la poesía depende de la sensibilidad, de la cultura, del gusto estético, de las vivencias personales. Por lo tanto merece pues un gran respeto; todo lo que nace de las personas merece respeto: ternura de la tristeza, ternura de la protesta, ternura de la soledad, ternura de la ausencia. El tema de la infancia, con la madre o el padre se impregna en el ser del poeta. El poeta se muestra ontológico, hermenéutico y heurístico. El poeta se muestra como un creador de existencias; se convierte en un navegante de amor y cuando se torna jubiloso, el beso se convierte en melodía. Al anidarse en el corazón de la amada, el amor se ilumina y arde con intensa pasión. No falta en el poeta la alusión a la muerte y la visión del retorno. Abrazado de nuevo a la vida, su humanismo se desborda como un ala quebrada, lacerada y triste ante el mundo. La soledad turba la existencia del poeta y en una visión cósmica el silencio le duele porque se torna en soledad; pero el hombre se eleva para ungirse de humanidad. Todo esto va a abordar, analizar, nuestro amigo Castillo, y ustedes, por supuesto, cuando lean este libro. Muchas gracias.

(Doctor Castillo)

Me permiten agradecer la invitación tan gentil de Alejandro Benavides, pero también con el visto bueno de su tocayo don Alejandro Pereda. Por la invitación que me han hecho para presentar el libro “El amor es poesía… el hombre es poesía” quiero a la vez agradecer por reencontrarme con una familia interesante de significaciones de altura y cercanía, como el Ragach, una noche de Salpo y desde allí una gran trascendencia de esta familia en la cultura y  el arte en nuestra Región, me refiero a la familia Calderón-Pereda, muchos de cuyos miembros son apreciados y estimados por la comunidad trujillana. También me han dado la ocasión pública para rendir –es la primera vez que lo hago –mi más cálido homenaje a dos de ellos representantes de esta familia, los sacerdotes Ulises y Wenceslao. El primero, mi maestro de filosofía en los primeros años en las aulas universitarias y el segundo, don Wenshe, como lo decíamos, mi amigo y colega en la docencia de nuestra Alma Mater. Un gran marco significativo especial. El libro me ha dado y nos va a dar también interesantes sorpresas. El libro reúne las poesías de dos autores, la de Carlos Manuel y las de Augusto Calderón, cuya parte en el libro lleva el título de “Espigas verdes”.
Es parte, como ya lo ha informado Benavides, de una biblioteca familiar seriada en base a colores, de tal manera que hay la serie guinda-dorada, el volumen que presentamos, la serie azul, la serie azul-amarillo, serie verde, serie marrón; todos de autores Calderón-Pereda.
El autor de la primera parte del libro, con gran sorpresa para mí y supongo que para muchos de ustedes, salvo que lo conozcan es sacerdote, ejerciendo su sacerdocio en Kassel-Alemania. Indudablemente se trata de un sacerdote-poeta que tiene un pensamiento especial manifestado en verso y prosa, que me ha dado mucha alegría y ahora puedo decir que la sorpresa ya no es tan sorpresa y finalmente la ilusión como también se ha dicho sobre el color guinda del libro se ha cumplido, guinda es expresión de hallazgo en atención al nexo de los antepasados.

En la primera página encontramos un agradecimiento del autor a don Alejandro por su paciente labor de coordinar y corroborar las poesías de ambos autores; pero en este prólogo, que lo voy a destacar, hay cosas que no se dan usualmente. Este es un prólogo diferente porque es una expresión de una actitud familiar, una posición perfilada de sangre, admiración, gratitud y amor, el testimonio del nexo, del elogio con el elogio de los antepasados fundado, pienso, en dos visiones, una poética y otra religiosa, expresada en la interesante relación de los conceptos poéticos anotados en los que figuran por ejemplo, los conceptos de la poesía de Aristóteles, Ortega y Gasset, interesantes filósofos, intelectuales y la visión religiosa (lo confirmo yo) del  elogio de los antepasados y el Canto a la Sabiduría: alabemos a los hombres gloriosos, los antepasados de nuestra raza: unos supieron gobernar su reino, otros dirigieron a la nación, otros cultivaron la música /y la sabiduría se alaba y se elogia a sí misma en medio de los suyos, del poema sobresaliente de la Biblia.
Los dos grupos de poesía del libro, entiendo, que se dan en esta perspectiva; esta perspectiva dada por don Alejandro es la que une a las poesías, la del hijo y la del padre, e incluyo, que  es  también la que levanta a todas las series de colores de las ediciones presentadas.

En relación a la poesía de don Manuel considero que no la podremos entender si no entramos bien en su pensamiento, un pensamiento dialéctico; la de un sacerdote, que además lo expresa con toda claridad y sentimiento. Ustedes van a encontrar en la Introducción del libro: Según Carlos Marx, en la historia universal, los grandes pensadores se presentan dos veces… Podría haber dicho de Mozart alguna expresión, un pensamiento. Es un pasaje con mucha geografía y una ventana hacia el jardín del tiempo; desde aquella ventana contempla la eterna procesión y participa del gozo  y del dolor que el tiempo ofrece a la naturaleza; profundo pensamiento y de este pensamiento convierte al tiempo como muchos poetas lo hacemos en el mundo referente más fuerte de su poesía; eso que quiero decir, él dice: “he escrito mis recuerdos como un homenaje al tiempo, aquella dimensión del hombre que todo nos da y todo nos quita”. He escrito mis recuerdos para poder un día alcanzarlos, porque ese camino blanco del olvido no tiene horizonte y si buscándolos me alcanzara la noche, me encontrará solo y de frente a aquella oscuridad que es tinieblas, silencio, miedo cósmico, desesperación.
Es verdad, don Alejandro se ha referido a muchos temas y esos temas están allí en el centro. Por ejemplo me permito leer justamente el poema El Tiempo: "En el juego de ajedrez no hay pasado que llene el presente…. Nos quedamos al borde de las cosas". El poema Camino: “Quisiera encontrar el camino que conduce al país en donde la vida se cierra en abanico….Que yo tenga otros sueños para reconocerte en mi vida, además de las huellas digitales”.

Llegamos a concluir: El amor es poesía…. Los poemas que son realmente bellos son “Así eres tú” y “Tu vacío” que me permito leerlos:
                        Si hay brisa y excitación                                                                            en el aire que hoy respiro,
                         tú eres brisa y excitación.

                        Si hay misterio
                        en las ventanas doradas 
                        de una noche de verano,
                        tú eres ese misterio.

                         Si hay música,
                         que puede inspirar, 
                         entristecer o emocionar,                                                                           tú eres esa música.

Ven,
llena el espacio
que ofrece la noche
y dime, durmiendo,
los nombres de tus sueños.

El hombre es poesía…; el hombre es amor y dolor.
Aquí se habla de 24 versos de su juventud y el resto de su madurez; lo sorprendente es que estos últimos completan la visión de todos los anteriores y es eso lo que da la originalidad. Por ejemplo, el poema al “Che Ernesto”: Lucha por ti, por mí, por todos. Aplausos para don Manuel.

Lo que quiero decir ahora es sobre “Espigas Verdes”, o sea la otra sección del libro que tiene los poemas también muy sencillos. Lo veo a don Augusto como un monumento al pie del Ragach. Ha poetizado el amor, la admiración, los personajes, la simbología de su tierra. Dice estar más cerca de su pueblo que lo vio nacer antes que la fluorescencia literaria. Yo digo que está más arriba, porque tuvo cuarto año de primaria. Me hace recordar a los poetas de mi tierra (Santiago de Chuco). Me permito finalizar con “Estampas Norteñas”… Muchas gracias.

(Quedan pendientes las palabras de agradecimiento de Carlos Manuel, María Yolanda y Fanny Cachay Mori).





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