sábado, 8 de octubre de 2016

EL REINO AHORA: Cap. 10 EL GUERRERO SILENCIOSO / Tony PEREDA



   Afuera de la Cámara del Consejo Real, Milun mira detenidamente a Alysse y su rostro le parece muy familiar. Columbio sale de la habitación y pide a Milun que lo siga. Milun ingresa a la Cámara del Consejo. Alysse aún sorprendida, dice que no puede ser posible que el hombre que salvó a la Reina esté en el Palacio.
   “Si la Reina llega a verlo, descubrirá que nunca le entregué las monedas”, piensa Alysse.

   En la Cámara del Consejo, Columbio y Milun se encuentran ante el Rey y los miembros de la Corte Real. Milun se arrodilla saludando al Rey Aidan.
   “Permítame presentarles a Don Milun, mi guardia privado”, dice Columbio.
   “Su Majestad, Sus Gracias”, saluda Milun inclinando la cabeza.
 Milun mira a cada uno de los miembros, y proyecta su mirada al Duque. Milun se siente tentado de acercarse al Duque y matarlo de inmediato, pero decide controlar su ira.
   “Sea usted bienvenido, Don Milun”, dice el Rey.
 El Monseñor Blanco observa a Milun de pies a cabeza.
 El Almirante Guiness da por concluida la reunión. El Duque se acerca a Milun.
   “Milun, no es un nombre común en Frezzia”.
 Milun sonríe y trata de mantener la calma.
   “¿Qué es lo que hacías antes de pertenecer a los soldados azules?”
   “Formé parte del Ejército Frezziano”, responde Milun.
   “Interesante”. El Duque ensancha sus ojos. 

   Alysse entra en las recámaras de la Reina algo nerviosa. La Reina le pregunta si ocurre algo malo. Alysse respira muy agitada.
   “Él está aquí”.
   “¿El Conde de Papier?”, pregunta la Reina.
 Alysse niega con la cabeza.
   “El hombre … el Caballero que logró rescatarla de los hombres encapuchados”.
 La Reina la mira muy sorprendida.

   En el Despacho de Columbio, Columbio dice a Milun que todo salió a la perfección. Milun confiesa que estuvo a punto de asesinar al Duque. Columbio le pide que recuerde que el objetivo de ellos es averiguar si el Duque tiene otros cómplices involucrados en sus crímenes. Milun pregunta a Columbio quién era la criada que estaba fuera de la Cámara del Consejo. Columbio responde que su nombre es Alysse, la Dama de honor de la Reina, quien está comprometida con el Duque. Milun dice que Alysse debe estar loca para casarse con el Duque. Columbio dice que él no conoce mucho a Alysse, pero el Duque finge tener una encantadora personalidad. Milun dice que él recuerda haber visto a Alysse anteriormente.
  
   La Reina Beatriz pregunta a Alysse si ella conoce el motivo por el cual este Caballero se encuentra en el Palacio. Alysse dice que ella ignora la razón de su visita; pero lo vio ingresar a la Cámara del Consejo acompañado del Amo Columbio. La Reina dice que Columbio debe haberlo reconocido ser el de la taberna. Alysse dice que el Caballero llevaba puesto el uniforme azul. La Reina pide a Alysse obtener más información acerca de él.

   En los apartamentos del Monseñor, el Duque pregunta al Monseñor qué opina del guardia privado de Columbio. El Monseñor dice que es obvio que Columbio tiene miedo a ser el próximo en morir. El Duque sonríe y dice que la muerte de Columbio lo haría muy feliz. El Monseñor dice que él sabe que Columbio está planeando algo, y ellos deben descubrir qué es.

   Columbio y Milun ingresan en la cocina y Columbio presenta a Milun a todos los sirvientes. Miccael saluda a Columbio. Columbio le presenta a Milun. Miccael y Milun se dan la mano. La Señorita Pía los observa y se sorprende al saber que Columbio cuenta ahora con un guardia privado.

   En las recámaras de la Reina, Alysse continúa preocupada por la presencia del misterioso Caballero en el Palacio. Ella recuerda colocar la guirnalda alrededor del cuello de Milun. Alysse dice a la Reina que ella recuerda haberlo conocido el día de la ceremonia en honor a los soldados. La Reina dice que si el Caballero es un soldado, eso explica su destreza al luchar. Alguien llama a la puerta. Ellas escuchan la voz de Columbio solicitando el permiso de la Reina para ingresar. La Reina y Alysse se miran sorprendidas.

   En el Despacho del Duque, el Duque y Britta beben champán. Britta dice al Duque que Alysse aun siendo una Bordana, es una hermosa mujer. El Duque dice a Britta que él espera que ella pueda convertir a Alysse en una mujer refinada. Britta se ríe y dice al Duque que ella haría cualquier cosa por su familia. El Duque le sonríe.

      La Reina pide a Alysse que le informe al Amo Columbio que ella se siente indispuesta. Alysse abre la puerta y observa que Columbio está acompañado por el soldado, Milun. Alysse comunica a Columbio que la Reina se encuentra descansando. Columbio le presenta a Milun como su guardia privado. Milun y Alysse se miran fijamente. Milun toma la mano de Alysse y le dice que es un placer conocerla. Milun recuerda el día de la ceremonia en honor a los soldados cuando Alysse le coloca la guirnalda. Columbio pide a Alysse que le comunique a la Reina que vendrá a visitarla en otra oportunidad. Alysse asiente con la cabeza.

   En el Monasterio de San Mirador, el Monseñor y Donés caminan a lo largo de un pasillo. Donés pregunta al Monseñor si ya ha decidido deshacerse de Columbio. El Monseñor se rie y dice a Donés que los otros miembros de la Corte no están de acuerdo con Columbio, y eso significa que no representa una amenaza en absoluto. El Monseñor pregunta a Donés cómo se siente “el huésped”. Donés sonríe y dice que el “huésped”, lo único que sabe hacer es quejarse.

   Columbio y Milun caminan a lo largo de un pasillo que conlleva al gran vestíbulo. Columbio pregunta a Milun si le ocurre algo malo. Milun dice a Columbio que ya recuerda cómo conoció a Alysse. Columbio dice que Alysse también estaba en la taberna esa noche. Milun dice que él conoció a Alysse mucho antes, ya que ella fue quien le colocó la guirnalda en la ceremonia. Columbio dice que es demasiada coincidencia. Columbio dice que espera que Alysse no revele al Duque que él es el Caballero que los ayudó en la taberna. Milun pregunta a Columbio si pueden ir a la aldea y ver si hay alguna noticia de Nidia. Columbio afirma con la cabeza.

   Alysse ingresa en las recámaras de la Reina. La Reina le pregunta qué era lo que Columbio deseaba. Alysse dice a la Reina que Columbio vino a presentarle a su guardia privado, Milun, quien es la vez el Caballero que la rescató. La Reina, sorprendida, dice que Columbio ha sido muy inteligente al asignar a Milun como su guardia privado. La Reina se emociona y dice a Alysse que ahora tendrá la oportunidad de mostrar su gratitud hacia Milun en persona. Nerviosa, Alysse, cierra los ojos.

   En la cocina, Yllia se acerca a Miccael y le dice que siente lástima por él, ya que el Duque y Alysse se casarán pronto. Miccael dice a Yllia que está cansado de sus burlas. Yllia se ríe. Sharize se acerca y le pide a Yllia que deje en paz a Miccael. Yllia dice a Sharize que no se entrometa en sus asuntos. Sharize la observa con mirada desafiante. Yllia se ríe y dice a Sharize que hasta su amiga Alysse es más inteligente que ella. Yllia se marcha. Miccael agradece a Sharize por su ayuda.

   En el Puerto de Chandler, Columbio conversa con los pescadores. Milun observa con atención el mar. Columbio se acerca a Milun y le dice que el cuerpo de Nidia aún no ha sido encontrado. Milun, fuera de control, les grita a los pescadores que continúen con la búsqueda. Columbio pide a Milun mantener la calma y le informa que el padre de Nidia y las otras víctimas de la Enfermería fueron enterrados en el cementerio. Milun pregunta si Nidia fue homenajeada de alguna manera. Columbio dice que la gente colocó una Cruz en memoria de ella. Milun llora y aprieta los puños.

   En un pasillo, el Duque se acerca a Alysse y le dice que tiene un regalo para ella. Alysse abre la caja y encuentra una prenda de lencería. El Duque le dice que desea que  se lo coloque esta noche. Alysse le dice que es mejor esperar hasta después de la boda. El Duque se ríe y dice a Alysse que él está orgulloso de ella ya que ella es una mujer de honor. Alysse mira asustada la cara del Duque.

   Britta ingresa en las recámaras de la Reina y dice a la Reina que tiene una sorpresa para ella. Britta informa que ha invitado a unos amigos a jugar a las cartas, y le encantaría que ella participe en el juego. La Reina experimenta una oleada de emoción y dice a Britta  que será un placer para ella el poder asistir. Britta sonríe.

   En el Cementerio, Milun se detiene al frente de la tumba de Erasmo. A su lado, se encuentra una Cruz que lleva el nombre de Nidia. Milun se arrodilla y promete a Nidia que vengará su muerte.

   En el Salón de Juegos, la Reina Beatriz, Britta y los amigos de Britta juegan una partida de cartas. La Reina goza de felicidad al ganar la primera ronda. Britta sonríe.

   En el Cementerio, Arturo se acerca a Milun y observa la Cruz.
   “Hijo, comparto tu sufrimiento e indignación por lo ocurrido”.
 Milun se sorprende al ver a Arturo. Columbio se acerca a Arturo.
   “Será mejor que lo dejes en paz”, susurra Columbio.
 Arturo afirma con la cabeza y se marcha.

   La Reina Beatriz y Britta continúan jugando a las cartas con los amigos de Britta. La Reina ya ha perdido todo su dinero. Britta le pide que no se preocupe; es sólo mala suerte. La Reina dice a Britta que ella sabe cómo recuperar su dinero, pero ya no tiene más dinero para apostar. La Reina retira de su dedo un anillo de diamantes y dice a los otros jugadores que lo usará como apuesta en vez de monedas. Britta y los jugadores observan el anillo, muy emocionados.

   En los apartamentos del Rey, el Duque se reúne con el Rey. El Duque le pregunta al Rey si él piensa que Alysse es una buena mujer para él. El Rey dice que Alysse es muy amable y la Reina le tiene aprecio. El Duque sonríe y dice que le queda muy poco tiempo de soltería, por lo tanto necesita divertirse. El Rey lo mira sorprendido. El Duque dice que le gustaría llevarlo a un lugar muy privado. Parece que el Rey ya había escuchado de ese lugar, ya que una amplia sonrisa se dibuja en su rostro.

   En el interior del carruaje, Milun y Columbio se dirigen hacia el Palacio. Columbio pregunta a Milun si él conocía al sacerdote que se acercó a ellos en el cementerio. Milun dice a Columbio que el sacerdote ayudaba al padre de Nidia en la Enfermería. Columbio dice a Milun que entiende que todo esto es muy difícil para él, pero le promete que el Duque pagará por sus crímenes.

   El Capitán Daugherty ingresa en los apartamentos del Rey. El Rey Aidan le informa que asistirá a una reunión con el Duque y esta vez su seguridad estará a cargo de los soldados rojos. El Capitán Daugherty  agacha su cabeza, sorprendido con la noticia. El Capitán Jasper ingresa y le muestra a Daugherty una considerable sonrisa.

   En el Salón de Juegos, el juego de cartas ha terminado y la Reina ha perdido todo, incluyendo el anillo de diamantes. Britta le pide que no se preocupe, ya que mejor suerte tendrá la próxima vez. La Reina dice que ella estaba muy cerca de ganar. La Reina pide a Britta invitar a sus amigos para mañana en la noche. Britta sonríe.

   En uno de los pasillos del Palacio, Columbio se reúne con el Capitán Daugherty. Columbio dice a Daugherty que no deseaba alarmarlo, pero es necesario que sepa que el Duque es un criminal. Dauhgerty lo mira sorprendido. Columbio le informa que la noche en que fueron atacados en la taberna, aquellos hombres sabían quiénes era ellos, y estaban siguiendo las órdenes del Duque. Daugherty le dice que espera que esté equivocado, ya que el Rey y el Duque acabaron de salir del Palacio acompañados sólo por los soldados rojos. Columbio lo mira sorprendido.

   La Reina Beatriz, aún molesta por el juego, ingresa en sus recámaras. Alysse le pregunta si ocurre algo malo. La Reina dice que le duele la cabeza. Alysse ofrece traerle una taza de té caliente. La Reina le pregunta si el Rey vino a verla. Alysse se disculpa con ella y le dice que casi olvida comunicarle que el Rey tuvo que acudir a una importante reunión con el Duque. La Reina sonríe y dice a Alysse que esta es una buena oportunidad para ver a Milun. Alysse la mira boquiabierta.

   En uno de los pasillos, la Señorita Pía lleva una pila de ropa y las deja caer por accidente. El Capitán Daugherty se acerca y ayuda a la Señorita Pía a recoger la ropa. Él toca la mano de la Señorita Pía y se miran entre sí. La Señorita Pía le agradece tratando de ocultar sus nervios. El Capitán Daugherty le dice que siempre es un placer ayudarla.

   En su habitación, Britta cuenta el dinero que ganó en el juego. Además, ella es quien conserva el anillo de la Reina entre sus pertenencias. Britta sonríe y dice que la Reina perderá todo, incluyendo al Rey Aidan.

   Milun camina por el pasillo que conduce al Despacho del Duque. La Señorita Pía se acerca y pregunta a Milun si necesita algo. Milun le responde que buscaba al Amo Columbio. La Señorita Pía dice a Milun  que los miembros de la Corte no están permitidos de recibir visitas a esta hora. Milun dice que él es el guardia privado de Columbio, y está permitido de ver a Columbio cuando él guste. La Señorita Pía lo mira con rabia y se marcha. Alysse se acerca y le informa a Milun que la Reina Beatriz desea verlo. Milun la mira sorprendido.

   En la habitación de Britta, Yllia alcanza a Britta una bandeja con alimentos. Britta dice a Yllia que conoció a Miccael el otro día. Yllia dice que Miccael la detesta, y todo es por culpa de Alysse. Britta se ríe y le dice que tal vez puedan darle a Miccael una lección. Yllia la mira confundida.

   Alysse y Milun caminan por el pasillo que conduce a las recámaras de la Reina. Alysse decide que es mejor para ella confesar la verdad a Milun. Se detienen afuera de las recámaras de la Reina.
   “Estuve, el otro día, en la taberna, buscándote”.
   “Algo así me dijeron; pero nadie dejó un mensaje para mí”
 Alysse toma aliento y mira fijamente a Milun.
   “Lo que sucedió, es que yo…”
   “Recuerdo haberte visto el día de la ceremonia”, interrumpe Milun.
 La Reina abre un poco la puerta.
   “Dense prisa, adelante”, susurra la Reina.
 Alysse y Milun ingresan
   “Su Majestad”, Milun se arrodilla.
 Milun mira asustado el rostro de la Reina y para su sorpresa, es la mujer que salvó de los hombres encapuchados. Alysse comparte la misma expresión de nerviosismo con él. La Reina sonríe.

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