Un nuevo día ha llegado después de la
tormenta. En el Puerto de Chandler, Milun se encuentra tirado en la orilla. Su
cara está hinchada y con moretones y su ropa desgarrada. Un grupo de pescadores
se acerca a Milun y se dan cuenta que aún está vivo. Los pescadores usan una
red y logran levantarlo.
Columbio y un grupo de soldados azules
llegan a la Enfermería. Columbio ingresa y observa todo el daño producido por
los hombres encapuchados. Cuatro hombres retiran los cuerpos de la Enfermería.
Columbio se acerca al doctor que atendía a Erasmo y le pregunta qué ocurrió. El
doctor informa que un grupo de salvajes realizaron la matanza anoche. Columbio
lo mira sorprendido.
En el Castillo de Riot, el General Riot y
Laura se encuentran sobre la cama embelesados mirando al bebé. Arturo ingresa e
informa a Riot que debe regresar al Monasterio. Riot le entrega el bebé y dice
que ha decidido llamar a su hijo “Sebastián”, como el padre de ellos. Arturo
carga al bebé y le sonríe. El bebé agarra el dedo de Arturo y lo aprieta con
fuerza. Arturo devuelve al bebé a Laura y dice que regresará en otra ocasión.
Riot agradece a Arturo por acompañarlo en este día tan importante.
Cerca al Puerto, en una pequeña Enfermería,
Milun permanece acostado sobre una cama con un vendaje en la cabeza. Milun
balbucea y aprieta sus puños. El doctor examina a Milun y le dice que ha tenido
mucha suerte en sobrevivir ya que permaneció en el mar muchas horas. Columbio
ingresa a la Enfermería y encuentra a Milun acostado. Columbio se siente
aliviado al ver que Milun sobrevivió al accidente.
En el Palacio, la Reina se despierta y se da
cuenta de que el Rey se ha marchado ya. La Reina continúa preocupada por la
actitud del Rey. Ella recuerda los consejos del Monseñor y las advertencias de
Britta acerca de la posibilidad de que el Rey la abandone si ella no le da un
niño.
Arturo llega a la Enfermería y es informado
del ataque. Arturo pregunta por Erasmo y su hija. El doctor dice que Erasmo fue
asesinado y no se sabe nada de su hija Nidia. Arturo se siente sorprendido y
reza por Nidia y Milun.
Tres días después, en uno de los pasillos,
Alysse lleva una bandeja. El Duque se le acerca con un ramo de flores. Alysse
dice que ella no puede aceptar las flores ahora. El Duque sonríe y dice que las
flores son para la ceremonia de esta noche, donde ella será presentada como su
prometida. Alysse cierra los ojos, perturbada por la noticia. La Señorita Pía
se acerca y se sorprende al ver a Alysse besándose con el Duque.
En la Enfermería del Puerto, Milun despierta
y toca el vendaje de su cabeza. El rosario de Nidia, cuelga de su muñeca.
“Este lugar… ¿En dónde estoy?”
Columbio ingresa. Milun se sorprende al verlo.
“¿Qué haces tú aquí?”, pregunta Milun.
“Estaba muy preocupado por ti”.
“Mi cabeza… ¿Qué ocurre?”
“No te esfuerces … ya estás a salvo de él”,
responde Columbio.
Milun intenta levantarse; pero Columbio lo
echa para atrás.
“Ya han pasado varios días, del accidente”.
“¿Accidente?”. Los ojos de Milun se
ensanchan. “Mi barco… ¿Dónde está Nidia? Ella fue atacada y vino a mí buscando
ayuda”.
“Es necesario que guardes la calma”.
“¡Hazte a un lado!”, responde Milun.
Columbio baja la mirada.
“Unos marineros te encontraron casi sin vida
en la orilla. Ellos te trajeron a este lugar”.
“¿Y adónde se llevaron a Nidia?”, pregunta
Milun.
“Solamente se encontraron en el mar los
cuerpos de dos hombres. Al parecer, fuiste el único que sobrevivió”.
“Eso es imposible. Alguien debe haberla
visto”, responde Milun.
“Lo lamento; pero la búsqueda de
sobrevivientes ya ha terminado”.
“Pero yo logré sostenerla todo el tiempo”.
“Fue una trágica muerte”, añade Columbio.
Milun agarra a Columbio por el cuello.
“¡Mentiroso!”. Milun lo mira, enfurecido.
En uno de los pasillos, Alysse lleva en sus
brazos un vestido que el Duque le obsequió para la ceremonia de esta noche. La
Señorita Pía se acerca a Alysse y le dice que ella no puede creer lo que
presenció hace un momento. Alysse permanece en silencio. La Señorita Pía dice a
Alysse que pensó que ella era diferente, pero ahora sabe que estaba equivocada.
La Señorita Pía se marcha. Alysse, llena de rabia, arroja el vestido al piso.
En la Enfermería, Milun aprieta el cuello de
Columbio.
“Su muerte no quedará impune”, balbucea
Columbio
“Confiaba en ti. Prometiste protegerla”,
responde Milun.
“Esperaba verte en el Ayuntamiento y luego
me enteré del ataque”.
Milun suelta el cuello de Columbio. Columbio
tose.
“Intenté convencerla, pero ella se negó a
declarar”.
“Ella tenía miedo”, responde Columbio.
Milun llora cubriéndose la cara.
“Todo fue culpa mía. Jamás debí regresar”.
“Tarde o temprano, el Duque la habría
lastimado”.
“Debo encontrarla, ella debe estar
buscándome”.
“Entiendo lo difícil que es aceptar su
muerte, y quiero que sepas que cuentas con mi apoyo”.
“Lo que necesito es algo de ropa. Debo
marcharme de este lugar”.
Milun se levanta y retira la venda de su
cabeza.
“Y ¿a dónde irás? Tu barco fue destruido”.
“Soy un soldado, la tierra me da todo lo que
necesito”.
Milun cojea y se tambalea.
“Aún no estás en buenas condiciones”.
“Sin Nidia, prefiero morir”.
“Entonces, su sacrificio y dolor serán en
vano”, responde Columbio.
“¿Qué necesito hacer para que cierres la
boca?”, pregunta Milun.
Columbio entrega su abrigo de piel a Milun.
“Regresa conmigo a Palacio”.
“¿Al Palacio?”, pregunta Milun.
“De esa manera podemos protegernos el uno al
otro. El Duque nunca sabrá que tuviste algo que ver con Nidia”.
“¿Quieres que viva yo en el Palacio junto
con el Duque?”.
“Quizás sea difícil de creer, pero no otra
opción”.
Milun muestra no estar muy convencido.
En las recámaras de la Reina, la Reina
Beatriz se reúne con Britta. Alysse ingresa y Britta le dice que es una
coincidencia que ellas estaban hablando de ella y su compromiso con el Duque.
Alysse mira sorprendida a la Reina. La Reina dice que el Duque ha invitado a
todos a la ceremonia. Britta felicita a Alysse y le dice que ella nunca pensó
que el Duque era un hombre de compromisos. Alysse baja la mirada.
En el Puerto, Columbio y Milun caminan por
la orilla. Milun recuerda los gritos de Nidia y mira detenidamente el rosario
de Nidia. Columbio observa los restos del barco de Milun.
“La tormenta fue muy fuerte. Su cuerpo debió
sumergirse por la rápida corriente”, observa Columbio.
Milun se arrodilla y lágrimas corren por su
rostro.
“Con tu presencia en el Palacio lograré que
el Duque sea arrestado y pague sus crímenes”, agrega Columbio.
“Le cortaré la garganta en el instante que
lo vea”.
Milun aprieta los puños.
“Tienes que prometerme que te controlarás al
estar frente a él”, responde Columbio.
“No te entiendo. Él merece morir”.
“Merece ser castigado al igual que sus
secuaces”.
“Creo que no soy el indicado. Furia es lo
que siento”.
“Debes hacerlo por Nidia, su padre y las
otras víctimas del Duque”.
Milun baja la mirada.
“Ayúdame a ayudarte”, agrega Columbio.
“Voy a necesitar una nueva espada”, responde
Milun.
Columbio sonríe.
En la cocina, Yllia se acerca a Alysse y le
dice que su compromiso con el Duque demuestra que no es la niña tonta que todos
creen. Alysse dice a Yllia que ella tiene razón y está feliz ya que tendrá un
rango más alto que ella. Yllia dice a Alysse que tarde o temprano todo el mundo
sabrá que ella es una sucia trepadora. Alysse abofetea a Yllia. La Señorita Pía
ingresa.
En las habitaciones de servicio, Columbio
muestra a Milun su nueva habitación. Milun se sienta y mira a su alrededor.
“¡Qué habitación tan lujosa!”.
“Necesitas descansar. Te traeré un doctor”,
dice Columbio.
“No necesito que alguien me vea. Estoy aquí
para vengar la muerte de Nidia”.
“Debes ser paciente; caso contrario, podrías
arruinarlo todo”.
Milun dice que tiene razones para creer que
los atacantes de Nidia fueron los mismos hombres con los cuales él luchó en la
taberna.
Columbio lo mira sorprendido.
La Señorita Pía les dice a Alysse y a Yllia
que el Palacio no es un mercado donde ellas puedan discutir sus problemas
personales. Yllia acusa a Alysse de golpearla. La Señorita Pía les advierte que
si esto sucede otra vez ambas serán despedidas. Yllia mira a Alysse con rabia.
En sus apartamentos, el Monseñor reza.
Columbio patea la puerta enfurecido y le dice que no se moleste en programar
una audiencia para el panadero y su hija, ya que el Duque se hizo cargo de
ellos. El Monseñor finge estar sorprendido. Columbio dice que ambos fueron
asesinados a sangre fría. El Monseñor intenta tomar la palabra, pero Columbio
dice que si le va a preguntar si tiene alguna prueba, la respuesta es, no. El
Monseñor dice que deben investigar lo ocurrido. Columbio dice que una vez más,
el Duque ha ganado. Columbio sale de la habitación y cierra de golpe la puerta.
El Monseñor revela una mirada malvada en su rostro.
En su habitación, Milun aún no puede aceptar
la muerte de Nidia. Milun mira detenidamente a la puerta.
“Debo encontrar al Duque”, dice.
Milun se pone el uniforme azul y sale de la
habitación.
En su Despacho, el Duque se prepara para la
ceremonia. La puerta se abre lentamente y el Monseñor ingresa. El Monseñor dice
al Duque que Columbio ya se enteró del ataque a la Enfermería. El Duque parece
molesto. El Monseñor le dice que es el momento de arrepentimientos ya que él
casi arruina todo y por su culpa dos de sus hombres fueron asesinados. El Duque
pregunta si el cuerpo del hombre que luchó en contra de los hombres fue
hallado. El Monseñor le pide al Duque rezar para que el cuerpo de ese hombre
permanezca en las profundidades del mar. El Duque lo mira desafiante.
En el
Salón de los Nobles, el Almirante Guiness propone un brindis para celebrar el
nacimiento del hijo del General Riot. La Reina Beatriz emocionada les dice a
sus Damas que ella está muy feliz por Laura. La Dama Felicia dice que los niños
no son para ella. La Dama Eugenia
dice que después del primer hijo, las mujeres no pueden evitar tener otros. La
Dama Clara pregunta a la Reina si ella y el Rey están planeando tener un
heredero, pronto. La Reina permanece en silencio.
En la habitación de Alysse, Sharize peina a
Alysse. Alysse lleva un vestido hermoso color celeste; pero su rostro no
refleja la felicidad que la caracteriza. Sharize dice a Alysse que la Señorita
Pía le contó de su compromiso con el Duque. Alysse baja la mirada. Sharize le
dice que en verdad no entiende por qué lo hace. Alysse decide confesar la
verdad a Sharize; pero alguien llama a la puerta. Sharize abre y es el Duque.
El Duque dice a Alysse que su vestido logra resaltar su incomparable belleza.
Alysse le agradece. El Duque toma a Alysse del brazo y salen de la habitación.
En el pasillo, Miccael los observa muy molesto.
En el Salón de los Nobles, los músicos tocan
una sonata. El Capitán Daugherty se acerca a Columbio y le dice que él no ha
visto a Milun desde hace algunos días. Columbio dice a Daugherty que Milun no
se siente bien y necesita descansar. Daugherty sonríe y dice que él pensaba que
nada podría afectar a Milun ya que es uno de los soldados más valientes de
Frezzia. Columbio dice a Daugherty que ha asignado una habitación para Milun. Daugherty
afirma con la cabeza.
En el nivel superior, Milun oye la música
resonando desde el salón. Él se acerca a una barandilla y observa la ceremonia.
La visión de Milun está un poco borrosa.
En el Monasterio de San Mirador, Donés entra
en la habitación de aseo y se desnuda. Él retira el collar, lo deja a un lado
de su asiento y se sumerge en la tina de baño. Desde el umbral, alguien lo
espía y se da cuenta que la llave de la misteriosa bóveda está en su collar. La
mano del hombre misterioso toma la llave y la cambia por otra.
En el Palacio, Britta ingresa al salón. La
Dama Felicia y las otras damas la miran de reojo. La Dama Felicia dice a la
Reina que necesita tomar un poco de aire. La Dama Clara informa a la Reina que
debe reunirse con su marido. La Dama Eugenia dice que urge en arreglar su
maquillaje y se marcha con las otras. Britta concluye que no cuenta con la
simpatía de las Damas de la Reina. La Reina se disculpa con Britta y le dice
que hablará con ellas. Britta pide a la Reina que no se preocupe, ya que ella
es muy feliz a su lado.
El Duque ingresa al Salón cogido de la mano de
Alysse. Todos se sorprenden al ver la verdadera belleza de Alysse llevando el
vestido celeste. La Reina sonríe. Columbio se sorprende al verlos juntos. En la
barandilla, Milun reconoce al Duque y aprieta los puños.
En la cocina, Miccael bebe del pico de una
botella. Sharize se acerca y dice a Miccael que el alcohol no es la solución a
sus problemas. Miccael dice que él piensa que Alysse nunca lo quiso, ya que por
lo visto, ella desea un hombre rico. Sharize menea la cabeza.
El Duque comunica al Rey, a la Reina y a sus
invitados que tiene el placer de anunciar su compromiso con la Dama Alysse.
Todos aplauden. Alysse trata de sonreír, pero no le es posible. El Rey Aidan
abraza al Duque y lo felicita. La Reina les dice que cuentan con su bendición.
El Monseñor Blanco se acerca al Duque y le dice que todo esto es definitivamente
una sorpresa. La Señorita Pía mira disgustada a Alysse. Milun se sorprende al
saber que el Duque tiene el descaro de anunciar su compromiso con otra mujer
después de lo que hizo a Nidia. Milun promete hacer todo lo posible para
destruir al Duque.
En el Monasterio, el misterioso hombre entra
a la habitación de Donés y retira la pintura de la pared. Luego de introducir
la llave y abrir la bóveda, observa con atención el libro dorado.
Al día siguiente, en la Cámara del Consejo
Real, el Almirante Guiness informa que el General Riot estará ausente durante
un par de días. Columbio toma la palabra y dice que el Capitán Daugherty le ha
asignado a uno de sus hombres como su guardia privado. El Rey luce sorprendido
y dice que es una buena idea. Columbio pide permiso al Rey para traerlo a su
presencia. El Duque y el Monseñor se miran entre sí.
En sus aposentos, la Reina disfruta de un
suculento desayuno acompañada por Britta. Britta tose y dice que el pan tiene
un sabor diferente el día de hoy. La Reina dice que informará a la Señorita
Pía. Britta bebe una taza de leche para cambiar el sabor desagradable en su
boca.
En su habitación, Alysse dice que ella no
puede continuar con el chantaje del Duque. Alysse toma, de debajo de su cama,
la daga que le dio Doña Adela. Mira detenidamente la daga y dice que ésta es la única manera de
convencer al Duque.
El Duque pregunta a Columbio si acaso no se
siente seguro en el Palacio. Columbio dice que después que fueron atacados por
los campesinos en el norte, él cree que contar con un guardia privado es muy
importante. El Duque se ríe y dice a Columbio que también puede usar como
ejemplo la noche que fue atacado en la
aldea. El Rey se da cuenta de la rivalidad entre ellos y pide a Columbio que lo
haga pasar.
Afuera de la Cámara, el Capitán Daugherty
pregunta a Milun si ya se siente mejor. Milun responde que aún tiene un fuerte
dolor de cabeza. Daugherty dice a Milun que le sorprendió mucho que el Amo
Columbio le haya pedido asignarlo como su guardia privado. Milun dice que su
principal propósito es luchar por Frezzia. Daugherty dice a Milun que le gusta
la forma como él piensa.
Britta ingresa a la cocina y dice a Miccael
que su jefe le dijo que él es el encargado de hornear el pan. Miccael se
disculpa con ella si es que no fue de su agrado. Britta observa a Miccael y se
siente atraída por él. Britta sonríe y pide a Miccael no preocuparse, ya que
ella sabe que logrará mejorar el sabor del pan. Miccael asiente con la cabeza.
Afuera de la Cámara, Alysse se acerca al
Capitán Daugherty y le pregunta si el Duque aún se encuentra en la reunión.
Daugherty dice a Alysse que la reunión terminará pronto. Milun se da la vuelta
y se encuentra cara a cara con Alysse. Alysse se queda petrificada al ver que
es el misterioso hombre de la taberna.
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