VIDRIOS DE AMOR
A grandes pasos estoy lejos
de ti.
Yo amaba la soledad
Hoy es mía toda la soledad.
Como una cruz en mitad de
una pampa
Soledad de los fuertes
y de los miserables
porque lo grande sólo admite
extremos.
Pero un día gran Juventud
que sonríes
en el balcón de mis labios
he sentido
cansancio.
Qué ardua es la tarea de
vivir
y me he acercado a ti
con los brazos caídos.
Ay,
y tus ojos se hicieron mares de distancia.
Ya sé que he de ser siempre
como una luz lejana
Y que ya no temblarán tus
entrañas
cuando sientas mis pasos.
Por eso me refugio en ti
SOLEDAD madre de los fuertes
Pasó ya la estación de los amores
la edad de los sueños placentera;
pasó la deliciosa primavera
y con ella los frutos a las
flores.
Pasarán de la suerte los favores
y de la vida la gentil
quimera,
como pasan cruzando por la
esfera
relámpagos de fuego
brilladores.
También pasaron los instantes puros
en que el alma a sus dichas
no halló tasa,
ni halló para su afán diques
ni muros.
¡Todo al cabo pasó! Sólo no pasa
una moneda falsa de dos
duros
que tengo hace tres meses en
mi casa.
Manuel del Palacio.
DE MI ÁLBUM
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