En las recámaras de la Reina, el Rey grita
de felicidad al enterarse que pronto tendrá un hijo. La Reina sonríe, pero se
siente preocupada por haberle mentido.
Milun y Columbio oyen los gritos del Rey y se
miran asustados. Reunidos afuera de las recámaras, la Señorita Pía, la Señora
Britta, Alysse, el Duque y el Monseñor esperan ansiosos oír el anuncio del Rey.
Milun y Columbio se acercan y se sorprenden al ver también a los demás
reunidos. Alysse mira a Milun y luego baja la mirada, avergonzada por lo
ocurrido en la Torre. La Señorita Pía informa a Columbio que nada malo le ha
ocurrido al Rey ni a la Reina.
El Capitán Daugherty abre la puerta y les dice
a todos que el Rey tiene un importante anuncio que hacer. El Rey se aproxima a
la puerta con una gran sonrisa en su rostro y les anuncia que pronto habrá un
nuevo heredero al trono de Frezzia. Todos se quedan sorprendidos con la
noticia.
El Rey abraza a Columbio y le dice que la
noticia debe esparcirse inmediatamente por todo el Reino. Columbio sonríe y lo
felicita. Alysse luce muy contenta por la Reina. Milun observa a Alysse por un
momento y le sonríe. El Duque y Britta comparten una mirada de complicidad. El
Monseñor sonríe; él sabe que tiene a la Reina bajo su control.
La noticia de la pronta espera de un heredero
al trono se esparce por todos lados. En la aldea de Chandler, los aldeanos se
abrazan y piden bendiciones para la Reina. En el Monasterio de San Mirador,
Arturo levanta los brazos y dice que está seguro que la llegada de este niño
traerá la anhelada paz al reino.
En las recámaras de la Reina, Alysse felicita
a la Reina. La Reina se siente culpable y ordena a Alysse abrir la ventana.
Alysse dice a la Reina que el Rey es el hombre más feliz del reino gracias a ella.
Alysse abre la ventana y dirige su mirada hacia la Torre. Cierra los ojos y
recuerda el beso que Milun le dio.
La Reina mira detenidamente a Alysse y le dice
que una vez más le preguntará si hay noticias de Janice. Alysse le pide disculpas
y dice que al parecer el aire fresco la distrajo. La Reina, no muy convencida,
dice a Alysse que si a ella le ocurre algo, siempre puede contar con ella.
Alysse afirma con la cabeza.
El doctor Batista, un anciano con una túnica
de seda, ingresa en la habitación y dice a la Reina que él necesita examinarla.
La Reina lo observa con asombro.
El la Torre, Milun espera por Alysse, pero
luego se da cuenta de que ella no vendrá. Milun recuerda besándola y dice que
ha cometido un error ya que Nidia todavía está en su corazón. Milun mira el
rosario de Nidia y pide perdón.
La Reina dice al doctor que ella no lo
necesita por ahora. El doctor Batista sonríe y dice a la Reina que él también
cree que ella espera un hijo, pero a veces hay síntomas que podrían conducir a
una conclusión errada. La Reina dice que es necesario que el Rey esté presente
en el momento del examen. Para el doctor Batista todo esto es una sorpresa.
En los apartamentos del Rey, el General Riot
felicita al Rey con un fuerte abrazo. Columbio les comunica que han recibido
regalos procedentes de todas partes. El Duque se acerca al Monseñor y le pregunta qué harán al respecto. El
Monseñor sonríe y le dice que deben felicitar a la Reina por el nuevo heredero.
El Duque lo observa con furia.
Alysse camina por uno de los pasillos y se
le acerca Milun. Alysse le dice que será mejor dejar de verse. Milun le dice
que está muy apenado por besarla, y promete que no volverá a suceder. Alysse le
dice que debe marcharse. Milun le dice que ahora que conoce cómo es el Duque,
espera termine su compromiso con él. Alysse niega con la cabeza. Milun la toma
del brazo y le pide que le diga la verdad.
En las recámaras de la Reina, la Señorita
Pía y dos criadas reorganizan la habitación. El Monseñor ingresa y la Reina se
sorprende al verlo. La Señorita Pía y las criadas salen de la habitación. La
Reina dice al Monseñor que ella odia mentir a todos. El Monseñor le pide que no
se preocupe ya que ellos sólo lo hacen por la felicidad del Rey. La Reina le
informa que el doctor Batista vino y quería examinarla. El Monseñor se ríe y le
dice que él conversará con el doctor. La Reina dice que el Rey la odiaría si
llega a descubrir que todo esto es una farsa. El Monseñor le dice que mucha
gente vendrá a felicitarla y ella debe mostrarles su mejor sonrisa. La Reina
asiente con la cabeza.
La Señora Britta entra en el Despacho del
Duque llevando consigo una botella de champagne y dos copas. El Duque se
sorprende con su repentina visita. Birtta propone hacer un brindis en honor al
nuevo heredero. El Duque se ríe y dice a Britta que él sabe exactamente lo que
ella insinúa. El Duque se acerca a Britta y se besan.
Alysse llora desesperadamente y confiesa a
Milun que el Duque la tiene amenazada. Milun no parece sorprendido en absoluto
y pide a Alysse que confíe en él. Alysse dice a Milun que la noche que ella
visitó la taberna en su búsqueda, el Duque la siguió y la acusó de robar las
monedas que la Reina envió con ella. Milun dice que el Duque no la puede acusar
de robo, ya que la Reina fue quien envió las monedas. Alysse dice que si el
Duque o alguien más se entera que la Reina envió las monedas para él, podría
poner en peligro la imagen de la Reina. Milun baja la mirada.
En su Consultorio, el doctor Batista lee dos
libros al mismo tiempo. El Monseñor y el Capitán Jasper ingresan. El doctor se
sorprende al verlos. El Monseñor sonríe y le dice que en sus manos está la
felicidad de todo el reino. El doctor observa al Monseñor, muy confundido por
sus palabras.
En la cama del Duque, Britta arregla la
barba del Duque y le dice que ella nunca pensó que esto sucedería. El Duque
sonríe y dice que pronto se convertirá en un hombre casado y las cosas
cambiarán. Britta sonríe y le dice que ella sabe que a Alysse le gusta el nuevo
guardia, Milun. El Duque se ríe y le dice que es una mentirosa. Britta le dice
que alguien los vio besándose como dos tortolitos el otro día. El Duque,
incrédulo, ladea un poco la cabeza.
Milun dice a Alysse que ella debe encontrar
la manera de romper su compromiso. Alysse dice que no hay otra manera, ya que
es la única forma de proteger a la Reina. El Duque se acerca.
“¿Pero cómo te atreves a tocar a mi
prometida?”, pregunta el Duque.
Alysse y Milun voltean hacia él, asustados.
En el Salón de los Nobles, la Reina se reúne
con sus damas incluyendo a Laura. La Dama Felicia dice a la Reina que su hijo
será el más encantador de todos. La Dama Eugenia dice que ya ha empezado a
ordenar sus prendas muy hermosas para él. La Dama Clara dice que incluso si
ella tuviese una niña, todo el mundo,
igual la amaría. Laura dice a la Reina que le enviará la persona que le
ayudó cuando ella tuvo a su hijo. La Reina les dice que ella está agradecida
por la ayuda, pero por el momento no necesita nada.
Milun dice al Duque que Alysse y él sólo
estaban platicando. El Duque toma a Alysse por el brazo y le ordena que los
deje solos. Alysse se marcha. El Duque abofetea a Milun y le dice que es un
mugroso soldado. Milun está a punto de desenvainar su espada, pero decide mantener
la calma. El Duque dice a Milun que se ha metido en graves problemas y le
advierte mantenerse alejado de Alysse o lo matará. Milun le lanza una mirada
feroz lleno de odio.
Britta ingresa en el Salón y se acerca a la
Reina. Laura y las otras damas miran a Britta de reojo. Britta dice a la Reina
que siempre puede contar con ella en caso que necesite ayuda con el bebé. La
Reina sonríe y le dice que está contenta de tenerla en el Palacio. Laura dice a
Britta que ella no sabía que tenía experiencia con bebés. Britta le sonríe
dulcemente, pero la perversa mirada en su rostro muestra lo contrario.
En uno de los pasillos, el Duque toma a
Alysse por el brazo y le pregunta qué hacía ella con Milun. Alysse trata de
zafarse y dice al Duque que ellos sólo platicaban. El Duque dice a Alysse que
él sabe que estuvieron besándose el otro día. El Duque levanta la mano, listo
para golpear el rostro de Alysse, pero Alysse logra detener su mano. Alysse
dice al Duque que si él no la deja en paz, todos sabrán que él ordenó asesinar
a su prometida, Nidia. El Duque levanta las cejas con expresión de asombro.
Milun ingresa al Despacho de Columbio.
Columbio se da cuenta de la mirada de enojo que lleva Milun. Milun dice a
Columbio que el Duque tiene amenazada a Alysse. Columbio le dice que no es
ninguna sorpresa. Milun dice a Columbio que el Duque los vio a Alysse y a él
conversando y, reaccionó con furia. Columbio dice a Milun que él se lo
advirtió. Milun dice que él debe ayudar
a Alysse ya que la Reina la envió a la taberna con el propósito de entregarle a
él una bolsa de monedas, pero que el Duque la siguió y la acusa de ladrona.
Columbio niega con la cabeza.
El Duque se ríe y dice a Alysse que ella no
sabe lo que está hablando. Alysse le dice que ella se refiere a la muchacha que
lo atacó el otro día. El Duque le dice que ella está haciendo una seria
acusación contra uno de los miembros de la Corte. Alysse le dice que ella no
dirá nada siempre y cuando la deje en paz. El Duque dice a Alysse que nadie
creerá en la palabra de una “Bordana”. Alysse le asegura que la Reina creerá en
su palabra. El Duque mira a Alysse con aire desafiante y le dice que le alegra
no casarse con ella, después de todo. El Duque se marcha. Alysse da un grito
ahogado y, siente latir su corazón, lleno de emoción y temor a la vez.
En el Salón de los Nobles, El Rey Aidan y la
Reina Beatriz reciben a sus invitados. Una multitud de cortesanos permanecen
alrededor de ellos, pero sólo los más importantes miembros de la nobleza,
tienen la oportunidad de presentar sus obsequios. Los sirvientes traen
numerosas cestas repletas de tejidos decorados, vajilla de plata y cerámica. El
Rey se acerca a la Reina y le dice que ha ordenado un retrato de ella, de esa
manera todo el mundo se deleitará al verla llevando un hijo suyo. La Reina
sonríe y le dice que es demasiado pronto para eso. El Rey le sugiere que en su
retrato debe lucir los pendientes de diamante que él le obsequió. La Reina lo
mira paralizada de miedo.
El Duque ingresa al Despacho del Almirante
Guiness y le dice que necesita de su ayuda. Él se queja del comportamiento del
guardia privado de Columbio, Milun, quien ha estado cortejando a su prometida.
Guiness se sorprende y le dice que todo debe ser un malentendido. El Duque le
exige que Milun sea expulsado del Palacio inmediatamente.
Miccael se acerca a Alysse y le pregunta si
lo que ha oído acerca de Milun y ella es cierto. Alysse lo mira fijamente y le
dice que él puede pensar lo peor de ella; pero todo este tiempo ella ha estado
fingiendo estar enamorada del Duque. Miccael levanta la mirada, sorprendido.
En las recámaras de la Reina, Britta informa
a la Reina que logró comunicarse con el Caballero que ganó los pendientes y,
desafortunadamente, ya los ha vendido.
La Reina le dice que ella debe recuperarlos antes de que venga el
pintor. Britta le dice que no se preocupe; que saldrán a la venta muy pronto y
ella puede comprarlos, obviamente, por una mayor cantidad de dinero. La Reina
siente que la desesperación inunda su mente.
Al día siguiente, en el Despacho de
Columbio, el Almirante Guiness informa a Columbio que el Duque ha solicitado
que Milun sea expulsado del Palacio. Columbio ríe y dice que el Duque está
equivocado, ya que Milun no tiene interés alguno en cortejar a su prometida.
Guiness dice a Columbio que el Duque es un hombre muy celoso y como todo esto
parece ser un asunto personal, él dará a Milun otra oportunidad. Columbio
agradece a Guiness y dice que hablará con Milun al repecto.
En las recámaras de la Reina, Alysse sirve
el desayuno a la Reina. La Reina dice a Alysse que ella parece preocupada
nuevamente. Alysse deja escapar un suspiro ahogado y, decide contar a la Reina
la verdad, sobre las monedas. Britta ingresa y saluda a la Reina. Alysse sonríe
y dice que irá a traer más pasteles. Alysse sale de la habitación. La Reina
dice a Britta que Alysse está actuando un poco extraño. Britta se ríe y le dice
que ella le contará un pequeño secreto. La Reina sonríe. Britta le dice que
Milun y Alysse son amantes. La Reina la mira sorprendida.
Columbio informa a Milun que el Duque ha
solicitado su expulsión del Palacio. Milun lo mira preocupado. Columbio dice a
Milun que afortunadamente él fue capaz de convencer al Almirante Guiness y la
petición del Duque fue negada. Milun se ríe y dice que el Duque debe estar
furioso. Columbio dice que espera que el Duque no se queje ante la Corte.
El Duque le grita al Almirante Guiness
exigiéndole que cumpla con su petición. Guiness dice al Duque que Milun ha prometido no acercarse más a
Alysse. El Duque dice a Guiness que todo el mundo sabrá que él está mostrando
preferencia hacia un guardia, antes que a un miembro importante de la Corte.
Guiness niega con la cabeza y sale de la habitación. El Duque se frota las
manos y dice que si él no puede deshacerse de Milun, no tiene más remedio que
deshacerse de Alysse.
La Reina dice a Britta que debe estar
equivocada, ya que Alysse está comprometida con el Duque. Britta se ríe y dice
que muchos los han visto besándose en una de las Torres. La Reina baja la
mirada y dice que le pedirá a Alysse una explicación. Britta se acerca a la
Reina y le dice que estuvo pensando en los pendientes y, se le ha ocurrido, una
gran idea. La Reina sonríe. Britta le dice que la única solución es fingir que
alguien se los ha robado. La Reina la mira sorprendida.
El Duque ingresa en los apartamentos del Rey
y comunica al Rey que tiene una importante confesión que hacer. El Rey asiente
con la cabeza. El Duque se frota las manos y dice al Rey que Alysse está robando
a la Reina. El Rey lo mira sorprendido. El Duque le muestra la bolsa de monedas
que él arrebató a Alysse. El Rey abre la bolsa y dice que son las monedas que
él obsequió a la Reina. El Duque sonríe.
La Reina dice a Britta que ella no puede
decir que los pendientes fueron robados.
“Podría iniciarse una investigación y, al
final, el Rey se enteraría que los perdí en un juego de cartas”.
Britta le pide a la Reina que no se preocupe
y, le dice, que ella se hará cargo de todo. La Reina sigue con su preocupación.
En uno de los pasillos, el Duque se acerca a
Milun y le dice que debe estar contento porque su destitución no fue aprobada.
Milun dice al Duque que no fue su intención causarle algún problema. El Duque
se ríe y dice a Milun que, gracias a él, logró darse cuenta que no puede
desposar a una ladrona. Milun lo mira
fijamente, sorprendido. El Duque dice que el Rey ya está al tanto del
comportamiento de Alysse. Milun baja la mirada.
El Rey Aidan ingresa en las recámaras de la
Reina. La Reina sonríe al Rey y se sorprende al ver en su mano la bolsa de
monedas que ella entregó a Alysse. El Rey le pregunta ¿cómo fue posible que las
monedas hayan terminado en manos de Alysse? La Reina se queda perpleja con la
pregunta.
En el Monasterio de San Mirador, el Monseñor
camina con Donés. El Monseñor dice que le alegra que todo esté ocurriendo como
lo habían planeado. Ellos ingresan en la habitación de Donés. Donés abre la
bóveda y descubre que el libro dorado ha desaparecido. El Monseñor y Donés se
miran asustados.
La Reina dice al Rey que ella obsequió las
monedas a Alysse como agradecimiento a su servicio. El Rey se siente aliviado y
dice a la Reina que él sólo quería asegurarse, ya que ella nunca le comunicó
nada al respecto. La Reina se disculpa con él y promete, que la próxima vez, él
será el primero en saberlo. El Rey
besa sus labios y le pide que descanse. El Rey sale de la habitación y la Reina
mira fijamente la bolsa de monedas.
En su Despacho, el Duque bebe vino del pico
de una botella. Britta ingresa y pregunta al Duque el porqué de su repentino
consuelo en la bebida. El Duque dice a Britta que ella tenía razón, Alysse es
una mentirosa y una ladrona. Britta lo mira sorprendida. El Duque le dice que él
ha descubierto que Alysse robó a la Reina una bolsa de monedas. Britta ríe de
oreja a oreja.
En el Monasterio, el Monseñor golpea las
paredes fuera de control. Donés le dice que ellos encontrarán el libro. El
Monseñor le dice que está seguro que el ladrón es alguien cercano. Donés asiente
con la cabeza.
Alysse ingresa a las recámaras de la Reina.
La Reina, con una mirada de enojo, muestra a Alysse la bolsa de monedas. Alysse
baja la mirada. La Reina pregunta a Alysse por qué le mintió. Alysse observa,
asustada, el rostro de la Reina y le dice que ella pensó que no era apropiado
entregar las monedas a un desconocido. La Reina le dice que ella pensó que era
la única en quien podía confiar. Alysse le pide disculpas. La Reina pregunta a
Alysse si sabe cómo las monedas terminaron en las manos del Rey. Alysse
permanece callada. La Reina dice que pedirá a la Señorita Pía que le
proporcione otra Dama de honor. Alysse llora y sale de la habitación.
El Monseñor y Donés entran al Despacho del
Padre Superior. El Padre Superior saluda al Monseñor y expresa su alegría por
las buenas noticias respecto a la Reina. El Monseñor le dice que este no es un
buen momento para intercambiar cumplidos. Donés se disculpa con el Padre
Superior y le informa que alguien ha robado al Monseñor un objeto personal. El
Padre Superior los mira sorprendido.
Alysse ingresa en su habitación y llora.
Milun la observa desde la entrada y le pregunta qué ha ocurrido. Alysse le dice
que la Reina ya sabe la verdad sobre las monedas y ha decidido contar con los
servicios de otra Dama de honor. Milun, lleno de ira, dice que todo esto es
culpa del Duque. Milun se acerca a Alysse y le dice que la Reina la perdonará
si llega a saber que lo que ella hizo fue para protegerla. Alysse dice que ella
está cansada de todo esto y ha decidido marcharse del Palacio. Milun la mira
sorprendido.
La Señorita Pía ingresa en las recámaras de
la Reina. La Reina le dice que ha decidido tener una nueva Dama de honor. La
Señorita Pía, sorprendida, dice a la Reina que le conseguirá otra. Britta ingresa
y la Señorita Pía sale de la habitación. Britta pregunta a la Reina qué ha
ocurrido. La Reina dice que Alysse ha traicionado su confianza. Britta abraza a
la Reina y le pide que no se preocupe, sonriendo.
En el Monasterio, Donés propone una búsqueda
en todas las habitaciones de los sacerdotes. El Padre Superior les dice que
ninguno de los sacerdotes tiene alguna intención de robar. El Monseñor le dice
que esto es un grave delito, y el ladrón debe ser castigado. El Monseñor se
desmaya y cae al piso. Donés y el Padre Superior se acercan a él preocupados.
Milun se acerca a Columbio y le informa que
el Duque ha acusado a Alysse de robar la bolsa de monedas a la Reina. Columbio
dice que el Duque es imparable. Milun dice que la Reina mintió al Rey diciendo
que ella obsequió las monedas a Alysse, pero ahora la Reina ha pedido otra Dama
de honor. Columbio dice que Alysse debe confesar a la Reina que el Duque la
estaba amenazando. Milun asiente con la cabeza.
En su habitación, Alysse empaca su maleta.
Alysse dice que todo es culpa suya por mentir a la Reina. La Señorita Pía
ingresa y le pregunta qué está haciendo. Alysse le dice que ella ya tiene
motivo para estar contenta, ya que ha decidido marcharse del Palacio. La
Señorita Pía la mira sorprendida.
En las recámaras de la Reina, la Reina
Beatriz camina en círculos. Alguien llama a la puerta y es Milun. La Reina se
sorprende al verlo.
La Señorita Pía pregunta a Alyssse qué fue
lo que ocurrió. Alysse dice a la Señorita Pía que no va a perder el tiempo
explicándole ya que nunca estuvo contenta con ella. La Señorita Pía dice a
Alysse que ella pensó que era una mujer fuerte, pero estaba equivocada. La
Señorita Pía sale de la habitación. Alysse baja la mirada.
Milun ingresa en las recámaras de la Reina y
dice a la Reina que Alysse cometió un error, pero ella lo hizo para
protegerla. La Reina dice que ella no
necesita protección, lo que necesita es alguien
en quien confiar. Milun le dice que él le está dando su palabra de
honor. La Reina llora y dice que a veces piensa que nadie muestra interés por
ella como persona. Milun le dice que todo el mundo se preocupa por ella, sobre
todo, ahora que ella está esperando un hijo. La Reina mira profundamente a los
ojos de Milun. Luego, se inclina hacia él, y besa los labios de Milun. Milun la
mira, sorprendido. Alysse ingresa y no puede creer lo que está viendo.
En ese momento, alguien llama a la puerta.
Alysse se esconde detrás de una cortina. La Reina empuja a Milun. Janice y
Flere ingresan.
“Ha sido un largo, largo viaje”, dice Flere.
La Reina se alegra al ver que sus primos han
regresado.
Flere observa a Milun. Su rostro le parece
conocido.
“No sabes cuánto te extrañé”. Janice abraza
a la Reina.
“El Conde de Papier nos acompaña”, dice
Flere.
Un delgado hombre pelirrojo, con pómulos
prominentes y una barbilla estrecha ingresa en la habitación y se quita su
sombrero de dos puntas. Lleva puesto un chaleco y pantalones apretados de color
verde.
“¡Di-ya!” El Conde de Papier saluda a la
Reina en Criztino. La Reina le sonríe. Milun baja la mirada.
DE MI ÁLBUM
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